Operativo de febrero de 2023 en la Colonia Centro de la capital. Foto: Rogelio Morales / Cuartoscuro.com.
EMEEQUIS.– El 27 de marzo de 2021, una persona reportó al Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) de la Ciudad de México que un hombre yacía en la calle con heridas por golpes.
Los agentes que atendieron a la orden central de inspeccionar el lugar notificaron que se trataba de una alerta falsa. Después que se marcharon, una ambulancia llegó y encontró con vida a la víctima, que falleció en un hospital a causa de un traumatismo craneoencefálico.
Dos años después, un juez sentenció a dos elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana capitalina (SSC CDMX) por homicidio, al constatar que la violencia excesiva con la que agredieron a la víctima fue lo que ocasionó la muerte.
Además, constató la omisión de auxilio y una serie de violaciones cometidas por integrantes de la corporación.
El caso dio origen al expediente CDHCM/I/121/VC/21/D1700 de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM), el cual, tres años más tarde, derivó en la Recomendación 02/2024 por violaciones al derecho a la vida por personal de la policía capitalina.
Esta es una de las nueve recomendaciones por tortura, detenciones arbitrarias y violencia sexual de las que fueron acusados elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana durante la gestión de Omar García Harfuch (del 4 de octubre de 2019 al 9 de septiembre de 2023).
Se trata de casos en los que se acreditaron los tratos inhumanos y agresiones sexuales contra las víctimas a través de peritajes, incluidas videograbaciones y certificados médicos, así como Protocolos de Estambul.
¿DÓNDE ESTÁ ERICK?
El 10 de febrero de 2022, entre las 22:33 y 22:38 horas, aproximadamente 14 unidades de la Secretaría de Seguridad Ciudadana arribaron a las inmediaciones del domicilio de Verónica y su hija menor.
Con base en la reconstrucción a través de testimonios y evidencia recabada por la CDHCM, los elementos comenzaron a avanzar en dirección a la calle donde se ubica la vivienda e irrumpieron sin orden judicial.
Verónica comenzó a ver reflejos de muchas luces a través de una ventanita que tiene la puerta de la recámara donde ellas estaban, con la puerta cerrada, y escuchó voces desde la sala; eran palabras altisonantes hacia su esposo, a quien los agentes encontraron con la sala y empezaron a referirse a él como “el hielero”. La familia se dedica a la compra y venta de hielo.
Verónica pidió a su hija que se escondiera detrás de un mueble y le entregó su teléfono celular. Le pidió que enviara un mensaje a alguien de la familia diciendo que habían ingresado a su casa a robar, y ella decidió hacerlo a su hermano Erick.
Hasta ese momento ellas no sabían quién había irrumpido en su domicilio, pero escucharon que, con tono amenazante, ordenaron que abrieran la puerta de la recámara o que ellos iban a entrar.
Ella obedeció y vio primero a dos personas vestidas de negro, con uniformes que tenían logotipo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, sin que le mostraran alguna identificación ni precisaran el motivo de la irrupción.
Cuando sacaron a Verónica de la habitación, ella notó que su esposo era golpeado en la sala. Mientras tanto, uno de los policías se le acercó y le preguntó cuántos hijos tenía, cuáles eran sus nombres, dónde se encontraban en ese momento y le pidieron que les mostrara fotos de ellos que tuviera en su teléfono celular.
La mujer respondió que su celular lo tenía su hija, quien aún se encontraba sola en la habitación. Al tenerlo, vieron el mensaje que había enviado a Erick, que justo en ese momento les marcaba.
Los policías pidieron a Verónica que contestara y que no le dijera nada de lo que estaba pasando; de lo contrario, matarían a su hija y las dos les “harían cosas”. Ella contestó la llamada y le preguntó a Erick dónde estaba, y él respondió que en una calle cerca del domicilio. La mujer le colgó inmediatamente.
A Verónica la sacaron con la cabeza agachada, para subirla a una patrulla pickup, color blanco con verde, estacionada en la esquina de su casa. En esa unidad estaban tres elementos: el conductor, una mujer policía de su lado derecho y un policía de su lado izquierdo.
Según lo que narró a CDHCDMX, comenzaron a agredirla verbalmente para que los llevara donde se encontraba Erick. Tras negarse, comenzaron a pegarle en las costillas y en la sien. Después sacaron un arma de fuego y le dijeron que la iban a matar a ella, a su esposo y a su hija.
Como no daba la información, dos mujeres policías empezaron a golpearla con puño cerrado en las costillas y en las sienes. Uno más le apuntó con una pistola en la cabeza, mientras que una tercera mujer policía se acercó a la patrulla y desde la ventanilla la amenazaba y le dijo que ya habían matado a su hija. Asimismo, se subió otra de las agentes quien nuevamente le pegó en las costillas y en la sien.
Cuando eso ocurría en la calle, en el domicilio de las víctimas la menor permanecía en la recámara y escuchó cómo le pegaban a su papá, le decían groserías y le preguntaban también por Erick. La infante también oyó que lo amenazaban de muerte y le preguntaban dónde estaba el dinero. Por temor, la niña les dio el dinero del negocio familiar. Además, para que dejaran de torturar a su padre, les dijo que ella sabía dónde estaba Erick.
Los sacaron de la casa y los dejaron momentáneamente con una vecina. Después a esa vecina y a las dos víctimas las subieron a una patrulla para llegar a la casa de Erick. La menor vio cómo lo sacaron de la casa a la que ella los había llevado para tirarlo al piso y comenzar a patearlo.
El policía que conducía la patrulla en la que iban la menor y la vecina regresó para llevarlas a un lugar donde se encuentra una Virgen ─localizada a unas calles del domicilio de Erick─ por lo que la infante le preguntó a una policía que viajaba con ellas ¿a dónde las llevarían?, le respondió que a declarar, pero no fue así, ya que las regresaron a su casa. Los elementos les dijeron que no se fueran a ir, ya que regresarían por ellas.
A su mamá también la llevaron a su domicilio, donde ya se encontraba la niña, quien le comentó que vio cuando los policías golpearon a su papá, por lo que tuvo que decirles dónde estaba Érick. Verónica le contó a su hija que pensó que la habían matado.
Erick se fue a casa de su suegro, donde se reunió con su pareja, su hija también infante y otros familiares. Los policías de la SSC CDMX llegaron al inmueble, sin autorización y sin orden judicial, preguntando por él. Les pidieron a todos que se tiraran al piso; uno de los policías dijo: “es ese, es el de los tatuajes”.
Le propinaron una patada en el lado derecho de la cabeza, lo levantaron y un policía rodeó su cuello con su antebrazo, después, lo bajaron por la escalera, al tiempo en que lo iban golpeando. Él escuchó que le dijeron que le iba a tocar “de pagador”. Recibió puñetazos en la cabeza (oreja izquierda), la región malar derecha, en las costillas y abdomen, iba medio desvanecido.
Con palabras altisonantes, le dijeron que iba a grabar un video en el que dijera que había matado a alguien, porque tenía problemas con él; que se habían peleado y lo mató.
Ya en una patrulla tipo pick up donde iban cuatro agentes, uno de ellos que iba del lado derecho sacó un arma de fuego y le pegó en los muslos con la cacha. El elemento que iba del lado izquierdo sacó una tableta electrónica, y comenzó a grabarlo y fue él quien le dio puñetazos en la cara; así como con la cacha de su pistola.
Le pegaban en los muslos, mientras, le volvieron a pedir que dijera que había matado a una persona. Erick fue llevado a “Cañada”, donde se encuentra un módulo de policía. Ahí se detuvieron y le hicieron grabar el video en el que dice que había matado a una persona por problemas que había tenido con ésta días antes.
Para lograr que grabara el video, en la cabeza le colocaron un plástico conocido como playo y también una bolsa de hule con lo que le cortaban la respiración cada que se negaba a grabarlo y lo amenazaban con matarlo, también a su hija, su esposa y su suegro.
Aunque la “detención” ocurrió entre las 23:30 horas del 10 de febrero de 2022 y las 24:00 horas del día 11, Erick fue puesto a disposición hasta las 2:24 horas del 11 de febrero en la Agencia Investigadora del Ministerio Público AO-3, de la Fiscalía de Investigación Territorial en Álvaro Obregón, de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, por el delito de robo. Allí le certificaron lesiones.
En una red social fue exhibida su fotografía, en la que se le aprecia de pie, de cuerpo completo, así como a dos elementos de la SSC CDMX flanqueándolo, quienes están de espaldas. Asimismo, en la imagen se aprecia su nombre, edad y fecha de nacimiento. Además, en dicha publicación se dice que fue detenido momentos después de haber supuestamente cometido un robo y que, al ser revisado, se le encontró el dinero robado y un arma de fuego. Toda esa narrativa creada por la policía fue falsa.
Su dictamen médico refirió huellas tortura por traumatismos causados por objetos contundentes y asfixia por métodos secos. En tanto que el dictamen psicológico concluyó que a Erick los hechos de tortura vividos como la sensación de falta de control, miedo a morir y miedo a que dañaran a su familia le causaron sufrimiento psicológico afectando el funcionamiento normal de su vida.
El dictamen de Verónica también reveló traumatismos causados por golpes, como puñetazos, patadas, los cuales le causaron dolor físico. Mientras que las pruebas psicológicas a su hija, una niña en ese momento, arrojaron que se vio expuesta a diferentes formas de maltrato que fueron aumentando en intensidad conforme fue pasando el tiempo, llegando a temer por la vida de sus familiares, causándole sufrimientos psicológicos.
Durante el trámite de la investigación se identificaron a otras personas que pudieran haber sufrido afectaciones por los hechos narrados; sin embargo, la Comisión indicó que éstas no manifestaron su consentimiento para continuar con el proceso. Por este caso, Derechos Humanos emitió la recomendación 07/2024, por la detención ilegal y arbitraria de una persona, así como tortura infligida a una niña y su familia.
DIEZ MESES ENCARCELADAS POR UNA FABRICACIÓN
El 15 de abril de 2022, el juez de Control, Júpiter López Ruiz, otorgó una orden de cateo para que personal de seguridad ciudadana ingresara al domicilio ubicado en la calle República de Cuba, número 60 de la colonia Centro, en la alcaldía Cuauhtémoc, a fin de que se realizara una búsqueda de objetos relacionados con el robo y daño a la propiedad que se investigaban en una carpeta de investigación. Magdaeva Tamara y Karla Itzel se encontraban en ese lugar.
Aproximadamente, a las 19:30 horas, Karla se encontraba en la azotea para lavar su ropa, cuando se percató que afuera del inmueble se encontraba un gran número de elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, por lo que se dirigió a una de las habitaciones donde se encontraba Tamara dormida porque había llegado de trabajar.
Salieron al balcón y ahí pudieron observar que los policías golpeaban con un objeto grande de metal la puerta de madera de la entrada del edificio. En ese momento, ambas se atrincheraron en el balcón de una recamara que daba hacia el exterior, además de que cubrieron su rostro con capuchas negras. Los agentes entraron al inmueble y ellas se encontraban recargadas en las puertas del balcón con la intención de mantenerla cerrada, resguardándose, porque no sabían el motivo de la irrupción. Fue cuando recibieron diversos golpes en la espalda ya que las policías pateaban las puertas con la finalidad de abrirlas.
En un momento, una integrante de la Secretaría de Seguridad abrió un poco la puerta, golpeó en las costillas a Tamara, con la finalidad de que se soltara; logró tomarla del cabello y la capucha que tenía puesta y la arrastró en el piso boca abajo para llevarla a la habitación.
Karla, al ver esta situación, y ante los gritos de las policías, decidió entrar de forma voluntaria a la habitación que da al balcón; una vez que ambas se encontraban dentro, las policías que estaban con ellas ahí las tiraron al suelo, azotando sus cabezas en el piso con la intención de someterlas y realizarles una revisión.
Después de golpearlas, las llevaron a la calle y las tuvieron cerca de 20 minutos en el piso. A las 20:50 horas, aproximadamente, 11 mujeres policías las levantaron y entre empujones las llevaron a una patrulla tipo pick up con placas de circulación MX533S2 de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, donde las subieron para trasladarlas a una Agencia del Ministerio Público, sin precisar el lugar exacto donde serían puestas a disposición, ni el motivo por el cual estaban siendo detenidas.
Durante el traslado, que duró aproximadamente 40 minutos, Tamara comenzó a gritar consignas feministas, por lo que una policía la jaló del cabello y le metió sus dedos en la boca para evitar que continuara gritando, mientras le decían que guardara silencio o tendría consecuencias.
El informe que rindieron las policías María Guadalupe García Pérez y Rosa García García dice que la detención se llevó a cabo cuando Tamara y Karla salieron corriendo del inmueble con la intención de darse a la fuga.
A las 21:30 horas, estas agentes pusieron a disposición de Alfredo Álvarez del Toro, agente del Ministerio Público de la Coordinación Territorial BJ-2 de la Fiscalía de Investigación Territorial en Benito Juárez, a las víctimas, contra quienes se inició una carpeta de investigación por delitos contra la salud en su modalidad de narcomenudeo, porque dichas servidoras públicas mencionaron que durante la supuesta revisión corporal que les realizaron les encontraron bolsas de plástico con hierba verde.
En las bancas de la Agencia del Ministerio Público Tamara y Karla fueron fotografiadas por policías de investigación adscritos a la Fiscalía General de Justicia. Esas fotografías fueron filtradas a los medios de comunicación y redes sociales, exhibiendo también sus datos de identificación.
A las jóvenes, la policía de Investigación Brenda Yadira Martínez Cruz las llevó, una a una, a un espacio de la agencia acondicionado con lockers donde les pedía que se desnudaran. Les tomó fotografías de su cuerpo, les preguntó si no tenía nada escondido, mientras introducía sus dedos en la vagina.
El 16 de abril de 2022 el agente del Ministerio Público Álvarez Del Toro, emitió el acuerdo de verificación de flagrancia, señalando que durante la detención de Tamara y Karla “se encontraban reunidos y satisfechos los elementos legales para decretar la flagrancia por los hechos constitutivos de delitos contra la salud”.
En la certificación médica se constató que ambas tenían moretones en diferentes partes del cuerpo; incluso, la médica Hanni Arlette Barrera Quiroz, de la Secretaría de Salud de la CDMX, anotó que Karla “refiere dolor intenso en región sacro lumbar por lo que se sugirió valoración y tratamiento por hospital de la red”. No obstante, sin atención, fueron trasladadas el día siguiente al Centro Femenil de Reinserción Social “Santa Martha Acatitla”, donde permanecieron 10 meses privadas de su libertad.
“Karla Iztel y Magda protestaban contra la violencia de la que después fueron víctimas, por lo que esta realidad permite dotar de una dimensión estructural a los hechos victimizantes que generaron las violaciones a derechos humanos, pues éstos se dieron en un contexto importante de violencia en contra de las mujeres jóvenes, pero también de estigmatización a algunas de las formas de expresión de los movimientos feministas”, expuso Nashieli Ramírez Hernández, presidenta de la CDHCM, al presentar la Recomendación 06/2024 sobre la detención arbitraria y tortura sexual en agravio de mujeres jóvenes, el 19 de julio de 2024.
FABRICAN CULPABLE A BASE DE TORTURA
Por tortura durante la detención ilegal y arbitraria de Gustavo Fabián, un estudiante que fue incriminado en un homicidio que ocurrió en la alcaldía Azcapotzalco, la CDHCM emitió, igualmente este año, la Recomendación 04/2024.
De acuerdo con la relatoría y la reconstrucción de hechos a través de pruebas, el 2 de mayo de 2023 el joven salió de su domicilio para ir a casa de un amigo para jugar ajedrez; eran, aproximadamente, a las 16:16 horas. Mientras caminaba en la vía pública, la unidad con número de placa MX-329-AI, que pertenece al “Sector Hormiga” de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, le interceptó para cerrarle el paso. Del vehículo se bajaron el policía segundo Ramón Ramírez Jiménez y el inspector Jefe de la U.P.C. “Hormiga” Abad Hernández Domínguez, quien arribó al lugar de los hechos en la unidad MX-276-D2.
Ambos elementos le informaron que debían realizarle una revisión de rutina, ya que minutos antes una mujer informó que había sufrido un asalto y sus características físicas coincidían.
Aunque se negó, los agentes actuaron y él no resistió por temor a que lo agredieran. Cuando lo revisaron únicamente le encontraron sus llaves, cartera y celular, pero el policía Ramírez Jiménez le informó que tenía que acompañarlos para que la víctima del robo pudiera reconocerlo y, en caso de que no lo hiciera, podría retirarse del lugar. Así subió a la Unidad MX-329-A1.
La patrulla paró aproximadamente a las 16:30 horas al llegar a los alrededores del Colegio de Bachilleres Plantel 18 Tlilhuaca-Azcapotzalco y el Panteón San Isidro en la Alcaldía Azcapotzalco. El agente Ramón Ramírez bajó y diez minutos más tarde regresó en compañía de los policías segundos Víctor Manuel Oliver Millán, también adscrito a la U.P.C. “Hormiga”, e Iván Palacios Hernández, elemento de la U.P.C “Clavería” quienes se subieron en la parte trasera del vehículo junto con la víctima.
Ellos le dijeron que había ocurrido un homicidio dentro del Panteón San Isidro y que una persona testigo de los hechos informó que el presunto responsable usaba una sudadera roja. Ambos le exigieron a Fabian grabar un video en el que asumían responsabilidad del asesinato y que debía de mencionar que actuó “bajo las órdenes del Cash”.
Porque se negó, Palacios Hernández le dijo: “quieres ver cómo sí, hijo de la chingada”, mientras que Oliver Millán le colocó las esposas y sacaron una cinta amarilla de contención y la enrollaron en la cabeza, tapando ojos, nariz y boca, con la que obstruyeron su visión y su respiración por varios minutos, hasta que sintió principios de asfixia.
Tras varios golpes en las costillas y sufrir mucho dolor en su cuerpo, Fabian accedió a grabar el video que le pedían y en el cual, con base en la evidencia recabada por la CDHCM estuvo obligado a decir que era otra persona y se inculpó como responsable del delito cometido en un panteón aledaño a donde él había sido detenido.
Lo trasladaron al estacionamiento de la Fiscalía de Investigación Estratégica del Delito de Homicidio de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, a donde arribó el Inspector Jefe de la U.P.C. “Hormiga”, Abad Hernández Domínguez, quien le informó a Fabian que debía de ponerse una sudadera roja y le exigió que una vez que fuera puesto a disposición del Agente del Ministerio Público informará que no se le ocurriera decir nada de lo que había pasado, ya que “iba a valer verga y no le tirarían paro”.
Cuando fue puesto a disposición de la Fiscalía de Investigación Estratégica del Delito de Homicidio de la (FGJ CDMX), los agentes entregaron un arma de fuego que, afirmaron, le había asegurado durante la detención.
Su certificado médico evidenció “lesiones al exterior que tardan en sanar menos de 15 días, en mucosa de labio del lado derecho equimosis puntiformes rojas en un área de 1×1 centímetros y en mucosa de mejilla izquierda laceración superficial circular de 1 centímetro de diámetro”.
Dos días después, a las 10:20 horas, Fabian fue trasladado al Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, donde estuvo privado de la libertad hasta el 11 de junio de 2023, día en que, tras una audiencia de sobreseimiento con efecto de sentencia absolutoria, se encontró que era “incompatible” con los hechos y descripciones relatados por los elementos de policía que afirmaban la participación del joven en el delito de homicidio doloso.
LO MATAN A GOLPES Y LO ABANDONAN EN LA VÍA PÚBLICA
El 26 de marzo de 2021, alrededor de las 09:59 horas, un hombre salió de su domicilio en su bicicleta rumbo al municipio de Nezahualcóyotl, y aproximadamente a las 18:00 horas se comunicó telefónicamente con uno de sus hijos para comentarles que ya se dirigía de regreso a casa. Aproximadamente a las 19:25 horas, escribió tres mensajes dentro de un grupo de aplicación telefónica con el nombre de su esposa, sin que su familia volviera a tener contacto con él. Este hecho derivaría en la recomendación 02/2024 por violaciones al derecho a la vida por personal de la policía capitalina.
Por grabaciones de cámaras de seguridad, los familiares conocieron que aquella noche, a las 22:0 horas, la patrulla de la SSC con número MX-222-N2 arribó a la calle Comunal casi esquina con Cuarta Cerrada en Río Churubusco, colonia Agrícola Pantitlán, alcaldía Iztacalco.
La unidad llevaba su cajuela abierta y, colgando de ella, la bicicleta. Descendieron dos elementos de la policía -Luis Gerardo García Nolasco y Raúl López Uraje-, quienes al detenerse junto a la acera peatonal iniciaron el forcejeo en la zona donde llevaban a la víctima, que cayó de la patrulla al piso con cierta rigidez, aunque sin moverse.
Al caer al piso, los policías lo cargaron para colocarlo en el piso de la acera de la calle Comunal, recargado en una pared, donde finalmente uno de los policías puso la bicicleta, una mochila y una bolsa. A las 22:20 horas abordaron la patrulla y se retiraron del lugar.
Al día siguiente, 27 de marzo, aproximadamente a las 09:38, un tercero reportó al Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la Ciudad de México la presencia de un masculino en la vía pública con golpes en la cara y, no obstante que el personal a bordo de las patrullas MX-226- N2 y MX-222-N2 asistió al lugar, el elemento Ángel Ortiz Miguel notificó que el reporte era negativo, aunque que de acuerdo con lo que se pudo observar en videos de cámaras de seguridad, de dicha patrulla descendió un agente a las 09:51 horas y, sin brindar auxilio alguno, se retiró todo el grupo aproximadamente 18 minutos después.
La víctima fue trasladada por una ambulancia al Hospital General Balbuena con un traumatismo craneoencefálico severo, hematoma subdural agudo frontal, contusiones hemorrágicas frontales bilaterales, hemorragia subaracnoidea postraumática, con Glasgow de 9 puntos a su ingreso, con deterioro neurológico progresivo. A consecuencia de esas lesiones, falleció.
Un dictamen del 8 de abril de 2021, suscrito por un perita en especialidad de medicina forense de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, concluyó que la víctima “no presentó lesiones compatibles y típicas de las ocasionadas en un hecho de tránsito terrestre y que, contrario a ello, presentó un traumatismo craneoencefálico producido por un mecanismo directo de percusión o golpe que le causó la muerte, aunado a diversos moretones”.
En sentencia del 4 de mayo de 2023, el Juez del Tribunal de Enjuiciamiento del Sistema Procesal Penal Acusatorio, adscrito a la Unidad de Gestión Judicial Seis del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, estableció que los policías Raúl López Uraje y Luis Gerardo García Nolasco fueron coautores materiales del delito de homicidio calificado y abuso de autoridad en contra de la víctima, quien falleció por un traumatismo craneoencefálico y que, sin motivo alguno, fue depositada en la vía pública por los policías. El juez constató que los agentes ejercieron violencia sin causa legítima en contra de la víctima y a consecuencia de los golpes que le dieron lo privaron de la vida.
A estas cuatro recomendaciones, todas emitidas en 2024, se suman cinco más del año previo por casos en el periodo que García Harfuch estuvo al frente de la corporación, las cuales acreditó la CDHCM por partes médicos y otros mecanismos para la investigación de agresiones, tratos crueles e inhumanos, incluida la tortura y fabricación de un delito contra tres jóvenes en situación de calle que pertenecen a la comunidad LGBTTTIQA+; la detención ilegal de una adulta mayor y su hija cuando viajaban en su vehículo –a una la intentaron asfixiar para que se incriminara en un delito y dos veces desfalleció–, así como la agresión a un adolescente a quien un agente sujetó del cuello y otro joven, que intentó grabar los hechos, fue ahorcado por otro policía que le derribó el celular; igualmente, la intensión fue obtener una confesión forzada.
La Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (ENPOL) 2021, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, refiere que el 43.9 por ciento de las personas privadas de libertad encuestadas, declararon haber sido acusadas falsamente o haber sido implicadas en la comisión de un delito; 19.8 por ciento fueron sustraídas de un lugar, sin orden de detención; el 85.8 por ciento declaró haber sufrido algún uso de la fuerza durante la detención, mientras que el 60.6 por ciento especificó que usaron la fuerza física para someterla.
En el mismo tenor, 64.5 por ciento de las personas encuestadas manifestaron haber sido sometidas a violencia física y 62.1 por ciento, a algún acto de violencia psicológica, realizada o permitida, por los agentes policiales después de su detención
Entre las agresiones físicas documentadas en la ENPOL 2021 que se cometieron en contra de la población privada de su libertad después de su detención, están las patadas o puñetazos, asfixia o ahorcamiento, ataduras, lesiones por aplastamiento, golpes con objetos, ahogamiento, descargas eléctricas, lesiones en órganos sexuales, agresiones sexuales y quemaduras. Del mismo modo, los actos de violencia realizados o permitidos fueron, ser incomunicadas o aisladas; amenazadas con levantarle cargos falsos, o con hacerle daño a la persona o a su familia; ser presionada para denunciar a alguien; o pasearla en automóvil por horas, entre otras.
@axelchl