POR NATH ORTIZ
EMEEQUIS.– A pesar de los adelantos tecnológicos, sacar un pasaporte en México sigue siendo una experiencia como de los años setenta, con largas filas, redundancia de papeleo, malos tratos y falta de empatía para proveer de un ambiente adecuado a bebés durante las horas que dura el proceso.
Sacar un pasaporte es una prueba de resistencia en las oficinas destinadas para tal fin por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) a cargo actualmente de Juan Ramón de la Fuente y previamente de Alicia Bárcena.
En redes sociales abundan las quejas: en una review de Google Maps, el usuario Miguel Roselló se queja de los funcionarios de la oficina de Iztacalco: “Tanto la directora de esta oficina, María Lourdes Roldán Platas, como el jefe de departamento, Carlos Sansores, niegan la expedición del pasaporte de una menor y, tras un mes desde que se inició el trámite, se niegan a dar por escrito las razones legales de su negativa. Esta menor está sufriendo discriminación y trato desfavorable por parte de María Lourdes Roldán Platas y Carlos Sansores”.
En Coyoacán, la usuaria Daniela Enríquez comentó: “Hay espera hasta de 4 horas con adultos mayores y niños. No hay aire acondicionado. El personal de entrega de documentos, tiene muy mala actitud”.
En otro caso documentado por EMEEQUIS, unos padres de familia y su bebé de meses (prefieren omitir nombres) tuvieron que esperar casi tres horas para tramitar el pasaporte del menor, a pesar de contar con cita y un supuesto trato preferencial para las infancias que presume la Cancillería.
Mientras tanto, nunca contaron con un sitio idóneo para lactancia, además de enterarse que estaban prohibidas las carriolas, como lo señala un letrero rodeado de otros que proclaman la defensa de los derechos.
No sólo eso: a pesar que el gobierno presume simplificación de trámites, el bebé tuvo que esperar horas como si fuera adulto y, cuando le tocó el turno de tomarse la foto, el lugar tenía una frazada a todas luces sucia.
Por si fuera poco, tampoco hay un lugar con cambiador para pañales. Al mismo tiempo que el testimonio de esta familia, había otros 3 lactantes en las mismas circunstancias.
De esta manera, en una sola mañana, la Cancillería violó protocolos y derechos de la infancia contenidos en varias leyes, como la misma Constitución, la Ley Federal del Trabajo, la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes y la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación.
Los hechos sucedieron en la oficina de pasaportes de Plaza Galerías ubicada en Marina Nacional en la Ciudad de México.
La Secretaría de Relaciones Exteriores presume una campaña empática a favor de las mujeres y las infancias, sus derechos y a vivir una vida libre de violencia, pero la realidad se aleja de los buenos propósitos.
La odisea inició desde la llegada a las oficinas de pasaportes de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) a las 10 de la mañana para iniciar con el trámite.
Los padres y el bebé realizaron la fila de manera normal, como cualquier ciudadano, sólo que esperaban un trato adecuado al menor de brazos.
No lo hubo: en ningún momento se les ofreció un trato acorde a las circunstancias a la madre y mucho menos al lactante.
Pasada media hora se hizo la revisión de los documentos para cotejar que todo estuviera correcto y en orden. Después de eso, no se volvió a saber de los funcionarios.
Aproximadamente a las 11:20, la madre tuvo que acercarse a preguntar si aún faltaba mucho para que les atendieran, puesto que ya había pasado poco más de una hora y no veían que avanzara el trámite.
Le respondieron que “había tres personas delante de ella” y “se asignaban las citas conforme fueron ingresando”. Hasta las 11:38 fue que le tomaron las fotografías y huellas al infante y no fue sino hasta una hora después de eso que se les entregó el pasaporte.
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Cabe señalar que, al momento de llegar a la toma de la foto, el lactante estaba dormido, pues había transcurrido tiempo. Y los funcionarios pidieron que se le regresara a la zona de sillas de espera para que lo despertaran y trajeran hasta que no tuviera cara de dormido y ojos rojos.
Mientras tanto, la madre necesitaba dar pecho. Pero no lo hizo por falta de lugar adecuado. Tuvo que recurrir a que le llevaran fórmula de su casa. El área designada para mamás… estaba ocupada por hombres.
CRONOLOGÍA DEL VIACRUCIS
10:10 llegada, se hace la fila normal. No hay trato preferencial a bebés
10:30 hora de la cita
10:35 chequeo de cumplimento de papeles
11:38- 11:45 foto, huellas y verificación datos. Al preguntar si faltaba mucho contestan que había tres personas antes
12:39 entregan pasaporte
ALGUNAS IRREGULARIDADES
-Hacen que los bebés sean sacados de la carriola
-No hay sala de lactancia
-No hay lugar para cambio de pañales
-Los lactantes e infantes siguen el orden de llegada en la fila al igual que adultos
-De las filas de sillas, en dos de ellas colocan un letrero de área de mamás. Y ahí, es donde deben cambiar a los bebés, darles pecho, etcétera
-La zona de mamás, al estar en la misma área de sillas de los demás, es usada por la gente en general y el ni personal de la oficina, ni seguridad, hacen que se respete
Hombres sentados en el área exclusiva para mujeres, según el letrero en la pared.
OFICINAS DE PASAPORTES METROPOLITANAS
AEROPUERTO INTERNACIONAL BENITO JUÁREZ CIUDAD DE MÉXICO TERMINAL 1
AEROPUERTO INTERNACIONAL BENITO JUÁREZ CIUDAD DE MÉXICO TERMINAL 2
ZONA PONIENTE ÁLVARO OBREGÓN – CUAJIMALPA DE MORELOS
COYOACÁN
MIGUEL HIDALGO
MIGUEL HIDALGO II (GALERÍAS)
NAUCALPAN
OFICINAS DE ENLACE EN LA ZONA METROPOLITANA DE LA CIUDAD DE MÉXICO
ZONA ORIENTE
ZONA NORTE
LAS 8 LEYES DESATENDIDAS
El trato digno y humano es un derecho de todas las personas marcado desde la Constitución, pero tanto la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y la SRE omitieron atender la queja respectiva.
Al interponer una queja directamente en CNDH aplican el famoso “pase a la ventanilla de al lado para que le atiendan”, puesto que indicaron que tenían que acudir a la Cancillería. Mientras que en Secretaría de Relaciones Exteriores ni siquiera toman la llamada en los teléfonos designados para tal fin.
Desde febrero de 2021, el gobierno de México comenzó la difusión para que las empresas instalaran salas de lactancia, para que así las mujeres ejercieran su derecho.
Antes, el 2 de diciembre de 2020, el Congreso reconoció el derecho de las mujeres para amamantar a sus hijos en lugares públicos.
Así lo estipula el Artículo 9, Fracción XXXIV, de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación: se reconoce el derecho de las mujeres para amamantar a sus hijos en entidades de gobierno “al considerar discriminatorio, prohibir, negar, limitar o restringir el acto de amamantar en espacios públicos”.
De acuerdo con una gráfica del propio gobierno federal, las salas de lactancia deben contar, como requisitos mínimos, con un refrigerador, congelador independiente, para que se pueda almacenar y conservar la leche, sillas ergonómicas y cómodas, dispensador de agua, bote de basura, fregadero con tarja, reglamento y cartel informativo, tomacorriente, un pizarrón blanco, una bitácora y fácil acceso para la madre.
Sin embargo en instituciones como la SRE no tienen ni sillas cómodas para que las madres se sienten a lactar.
En las instalaciones de pasaportes de la SRE tienen carteles e infografías donde resaltan el supuesto compromiso de la institución a que las mujeres tengan una vida libre de violencia, no obstante, de forma irónica, justo a un lado de los carteles contra la violencia hacia las mujeres, tienen un letrero en el que se indica a las personas que el acceso con carriolas está prohibido.
Las carriolas son una necesidad de las madres para transportar a sus infantes, así como las mochilas, mamilas, y demás aditamentos que requiera el bebé.
Nelly Segura, periodista y activista por la lactancia, opinó lo siguiente al mostrarle la foto de la prohibición de carriolas: “Las autoridades no son sensibles a las necesidades de las mamás, o sea, habilitan espacios, pero sin el conocimiento de las normas, incluso internacionales, para que existan lugares adecuados para las mamás, en las que, por supuesto, es una necesidad la carriola.
“Es un poco incongruente verlo al lado del cartel de por una vida libre de violencia, pues porque podríamos caer en eso ¿no? O sea, el restringirte a un lugar también puede ser violencia”.
En una revisión del Consejo de la Judicatura, perteneciente al Poder Judicial, se resume que los derechos a una lactancia plena están contenidos en al menos siete leyes, que son:
- Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
- Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación
- Ley General de Salud
- Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia
- Ley Federal del Trabajo
- Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado
- Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura
- Y, además: Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación
Aunque la mayoría de esas leyes se refieren a mujeres que laboran en una dependencia o lugar privado, los derechos también aplican para las madres lactantes en general.
Al final, queda claro que las campañas de la Secretaría de Relaciones Exteriores para un “trato digno y preferencial” son opacadas por letreros como el referido de “prohibido entrar con carriolas“.
@_MeDicenGaby_