EMEEQUIS.– Desde el 8 de enero de este año, la Sedena mantiene un canal activo en la red social TikTok, que acumula a la fecha 159 videos de las diferentes actividades que se realizan en las instalaciones castrenses.
Apenas en agosto, la Sedena obtuvo el distintivo de “cuenta verificada” para TikTok, la cuenta oficial que manejan y que ya tiene un millón de seguidores. En Instagram Sedenamx tiene 441 mil seguidores y Sedena Facebook es seguida por tres millones de personas.
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De acuerdo con documentos obtenidos de la filtración provocada por #GuacamayaLeaks, las fuerzas armadas consideran las redes sociales como un elemento fundamental para la propaganda y la contrapropaganda de las actividades de inteligencia y contrainteligencia que realizan los institutos castrenses en el combate a la delincuencia organizada.
Uso de redes sociales para “denostar” a la delincuencia organizada.
Inclusive, mediante los correos oficiales de las distintas dependencias militares, se solicita el envío de videos específicamente para su publicación en TikTok, los cuales después son editados para que se suban a esa red social.
Pero además del esfuerzo de comunicación que se lleva a cabo en las cuentas oficiales de la Sedena, también se realizan actividades de otro tipo y con otra intención. Según el acuerdo No. GOI/2418 de Contrainteligencia, en su punto C, se especifica que personal adscrito a la institución “realiza contenido digital que se difunde a través de redes sociales no oficiales, a fin de revertir posibles daños a la imagen institucional y coadyuvar en su fortalecimiento”.
Es decir, que muchos de los contenidos que aparentemente son “filtrados” de algunas de las actividades que realizan las fuerzas armadas, en realidad son actuaciones que se llevan a cabo para “posicionar al Instituto Armado como la de mejor desempeño y confianza”, como señala el documento en su punto 1.
Asuntos de máximo interés: videos de TikTok.
En un documento fechado el 13 de febrero de 2022, marcado como “urgente”, puede verse cómo la comandancia de la región militar número V da difusión a un par de cuentas no oficiales en Facebook y Twitter, instruyendo a la comandancia para que se promueva su uso entre el personal asignado: “Eufemio Alberto Ibarra Flores” en Facebook y “@ComteEjercitoMex” en Twitter, informando que para esa fecha contaban ya con 43 mil 096 y 3 mil 304 seguidores cada una respectivamente.
La red de contrainteligencia considera que “las redes sociales no oficiales es un campo de oportunidad para incrementar el número de seguidores en las plataformas digitales e influir en la percepción que tiene la población sobre el Instituto Armado, así como denostar a los integrantes de la D.O. y su base social”.
Además de este esfuerzo, el área de Comunicación Social del instituto armado también lleva a cabo trabajos oficiales en las redes sociales y mantiene activas cuentas en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y Youtube, en donde realizan un rango de entre 50 y 60 publicaciones diarias, a las que le dan un puntual seguimiento de las reacciones de los seguidores, e informan a la titularidad del área de contrainteligencia (S2), quien como parte de sus funciones de “ciberseguridad”, analiza diariamente el contenido de los comentarios, para catalogarlos como positivos o negativos.
La cuenta [email protected] también da seguimiento a las actividades personales de los elementos militares, activos o retirados, que en sus redes sociales personales publiquen aspectos que se consideren inapropiados para las fuerzas armadas, imponiendo correctivos con frecuencia por subir fotos en uniforme, o que aparezcan vehículos oficiales.
La Sedena ordenó investigar el origen de esta foto que se compartió en Whatsapp, por el uso de un avión oficial.
FOTOS PROHIBIDAS
Uno de esos correos que prendió las alarmas de las actividades de la “ciberdefensa” fueron las fotografías que se enviaron por medio de Whatsapp el 21 de septiembre de 2020, en las que aparece una mujer modelando y a sus espaldas un avión de la Fuerza Aérea mexicana. “Urgente Ubicar el sitio en donde fueron tomadas así como la persona que aparece en ellas y el responsable de haber permitido que se tomaran. Información requerida por J5”, se señala en el correo.
La intercepción de las comunicaciones personales de los miembros de las fuerzas armadas parece ser algo común, ya que muchos de los correctivos que se señalan, y los encargos que se le hace a la célula de contrainteligencia, provienen de detecciones de fotografías que se comparten a través del programa de mensajería Whatsapp.
En los archivos obtenidos por Guacamaya, abundan las cédulas en Excel con registros telefónicos de entrada y salida, con posiciones georreferenciadas y solo en contadas ocasiones cuentan con la leyenda “se obtuvo autorización”.
@salamillab
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