EMEEQUIS. ― Para el escritor Marcelo Fabián Monges, “la guerra en Ucrania es una carnicería silenciosa que se desarrolla mientras el mundo parece ausente”, frente a la que ha quedado patente que “en más de 500 días de guerra, la ONU jamás encontró un mecanismo para detener la invasión, irónicamente la mayoría de las propuestas de paz han sido solo parte de la propaganda rusa”.
Entrevistado por EMEEQUIS en ocasión de la publicación de su segundo título sobre el tema, Monges denuncia que la guerra “transcurre como si sucediera en otro planeta” y las víctimas mortales “no fueran seres humanos”. Pero sobre todo, “como si el derecho internacional ya no existiese”.
Apenas dos meses después de la invasión rusa, el autor publicó “Putin, la invasión a Ucrania”, probablemente el primer libro sobre el tema. Y este mes de julio ha aparecido ya la secuela: “Ucrania entre la esperanza y el infierno”.
La obra ha tenido una respuesta positiva entre la prensa especializada en conflictos internacionales. La experimentada periodista Dolia Estévez, excorrespsonsal en Washington y radicada en esa ciudad, atenta observadora de los conflictos internacionales, y en especial de las actividades de espionaje del régimen de Putin, reaccionó a la publicación del libro con una recomendación en Twitter:
“Recomiendo este libro y no solo porque el autor Marcelo Fabián Monges destaca mi trabajo sobre el espionaje ruso en México, sino porque es la primera reseña completa de sucesos y reacciones tras la invasión rusa de Ucrania y la amenaza mundial que representa”.
Al respecto, el autor comenta: “Dolía Estévez es una mujer valiente, con un trabajo comprometido y riguroso. Lo primero que tengo que decir es que se lo agradezco mucho y que me da mucho orgullo. Después creo que su recomendación vía Twitter de mi libro, funciona un poco como un certificado, una garantía, de que es un buen trabajo. Estévez ha hecho un trabajo profundo, prácticamente de “cazadora” de espías rusos en México. Algo que hoy se sabe gracias a ella, que constituye casi una plataforma para la operación casi masiva de espías rusos dirigidos hacia Estados Unidos, algo similar a lo que están realizando los rusos desde Austria, un país al que se ha considerado como un “portaviones” de espías rusos dirigidos hacia Europa.
140 MIL PASAPORTES PARA ESPÍAS
― ¿Por qué un nuevo libro sobre la guerra en Ucrania?
― Bueno, porque la guerra sigue. El primer libro, “Putin, la invasión a Ucrania” fue publicado a dos meses de la invasión. Y si bien son 350 páginas con información muy relevante, que incluye lo que sucedió en Georgia en el 2008 y en Crimea en el 2014, desde que publiqué ese libro hasta el presente, el escenario tiene una nueva configuración y elementos.
Por ejemplo, hay dos capítulos que considero fundamentales: uno sobre la propaganda rusa, en donde explico cómo funciona ésta en distintas partes del mundo, incluso con formas y métodos que no se ven tan fáciles a simple vista, y otro sobre el ejército de espías que Putin lanzó después de que no pudo tomar Kiev, ni hacerse con Ucrania en una semana.
Putin mandó a imprimir 140 mil pasaportes diplomáticos, para enviar espías a todas partes del mundo, y saltarse las sanciones, cuando su cancillería solo tiene 15 mil empleados. Además han armado diversas operaciones para anclar espías en muchos países, haciéndolo con distintos métodos, que son dignos de analizar y conocer. Todo esto además con la complicidad de muchos gobiernos afines ideológicamente.
― ¿Cómo describirías la situación actual?
― La situación actual es como cuando dos individuos se están peleando y hay mucha gente mirando que se dedica a filmar y nadie hace nada para detenerlos. Para el mundo pareciera que es casi un espectáculo. Nadie, o casi nadie hace algo serio para detener la guerra. Algo bastante insultante para lo que podría llamarse un “sentido de humanidad”.
La gente en general, en el mundo, solo se preocupan por los problemas cuando estos les afectan directamente. Si hubiera una guerra nuclear claro que les afectaría directamente. Pero para ese entonces hacer algo, lo más seguro, es que ya sería demasiado tarde. Esperemos que eso no suceda.
― ¿Qué condiciones son necesarias para parar la guerra?
― Hace falta voluntad. En primer lugar, que el mundo deje de mirar hacia otro lado. Agrandar el alma de la humanidad para que una guerra como la de Ucrania, deje de resultar tan lejana a la gente, y deje de sentirla tan ajena. No hay grandes manifestaciones contra la guerra en el plano internacional. La guerra transcurre como si sucediera en otro planeta, como si los que se mataran no fueran seres humanos. Como si el derecho internacional ya no existiese. Al invadir Ucrania, Rusia pisoteó el derecho internacional, y nos quedamos con eso. El mundo se quedó con eso.
Nadie se opone de forma importante, con movilizaciones a las amenazas nucleares de Putin, que han sido permanentes. No es lo mismo que Putin lance una bomba nuclear táctica en Ucrania, mientras toda la humanidad se le opone y lo condena, a que Putin se tome el permiso de cometer el acto más bestial en este guerra, el uso de una bomba nuclear, mientras toda la humanidad permanece en silencio mirando para otro lado.
― ¿Que tan cerca ha estado la posibilidad de que Putin use una bomba nuclear táctica en Ucrania?
―Ya lo ha dicho incluso el presidente Joe Biden, la amenaza nuclear de Putin, es real. Lo ha dicho exactamente con esas mismas palabras. Quienes creen que Putin no sería capaz, pecan de ingenuos. Y ser ingenuos en una guerra, tal vez sea la peor actitud que alguien pueda tener.
CABILDEO EN WASHINGTON PARA OBTENCIÓN DE ARMAMENTO
Hace unos cuantos días, el ministro de Defensa de Gran Bretaña, Ben Wallace, durante la Cumbre de la OTAN, declaró que Ucrania debería ser más agradecida con el envío de armas, y que sus aliados internacionales “no eran Amazon”. Además, recomendó a los ucranianos hacer “lobby” con los congresistas norteamericanos que se oponen al envío de armas a Ucrania, y con los políticos que tienen la misma actitud en otros países.
Cuestionado al respecto, Monges explica: “Esas declaraciones tienen dos partes. Lo más fácil para los ucranianos sería decir que desde luego el Ministro Ben Wallace está en un error. De hecho él mismo después hizo aclaraciones sobre el tema y dijo que pusieron sus declaraciones fuera de contexto, lo cual no fue así. Si yo fuera asesor del gobierno de Zelensky, me preguntaría si en algún momento el Ministro recibió un destrato. Porque él dice que después de un viaje de once horas recibió una lista de las armas que requerían y listo. Gran Bretaña ha sido el aliado más decidido que ha tenido Ucrania a la hora del envío de armamento que Putin considera decisivo para la guerra. Por lo que no me gustaría que mi mejor aliado se sienta así.
“Además, el hecho de que tu causa sea justa, o seas el agredido, o tengas razón en defenderte, no te garantiza que el mundo entero por eso te va a apoyar, ni que lo harán indefinidamente. Así que si fuera parte del gobierno de Zelensky revisaría bien de qué forma nos paramos ante la guerra y ante el mundo, por lo que nos sucede.
“Sobre la segunda parte de la declaración de Ben Wallace, yo creo que tiene razón. Rusia ha desplegado un enorme aparato de propaganda internacional, que le da como diez vueltas a lo que podría considerarse propaganda ucraniana sobre la guerra, incluso a lo que comunica occidente sobre la guerra. En ese sentido Ucrania tiene la suerte de contar en un momento crucial como este, con un excelente líder y comunicador como lo es Zelensky. Sin él probablemente los resultados para convencer al mundo sobre la justicia de su causa y conseguir ayuda serían muy diferentes. Pero fuera de eso Ucrania no tiene un aparato de propaganda para contrarrestar la propaganda rusa. Es más, ni siquiera es algo que esté haciendo occidente de una manera efectiva. Y el lobby del que habla Ben Wallace, sobre los políticos que se oponen a que se les siga dando armas a Ucrania, es algo que tampoco se está haciendo. Tampoco parecen contemplar, incluso sus diversas representaciones diplomáticas, que ese lobby no solamente puede ser directo sobre los congresistas, sino que también debe realizarse a través de distintas manifestaciones sociales, e incluso formando corrientes de opinión en los medios de comunicación. En ese sentido, el trabajo es un poco lánguido”.
― ¿Cuál es tu diagnóstico sobre el desenlace del conflicto armado?
― Para empezar hoy por hoy, sigue sin haber nada en el horizonte internacional que genere la posibilidad de parar la guerra. Ni una negociación, ni una mediación, ni intenciones efectivas en ese sentido. En el libro planteo los distintos escenarios que pueden suceder. Tal vez el más probable sea que Donald Trump llegue a la presidencia nuevamente en el 2024, y le diga a Ucrania, no hay más armas, como ha dicho que hará, y que le diga a Putin, te quedarás con los territorios ocupados, y se acabó la guerra. Y si Putin no acepta, le dará más armas a Ucrania que nunca. Así lo ha dicho. En lo personal creo que es el más consciente de que este conflicto podría terminar en una Tercera Guerra Mundial.
Creer que Ucrania va a vencer a Putin en el campo de batalla, con armas convencionales, va a echar a las tropas rusas de su territorio y Putin se va a quedar de brazos cruzados y se va a ir humillado y vencido, teniendo armas nucleares, creo en primer lugar que quienes tienen esa esperanza, no tienen un perfil correcto de Putin, y es una posición bastante ingenua.
Para no llegar a ninguna de esas opciones debería haber una revuelta social dentro de Rusia que destituya a Putin y entonces sí existiría la posibilidad real de parar la guerra en Ucrania. Creo que es el único caso en que se podría dar que las tropas rusas se retiren de Ucrania y lo hagan sin escalar el conflicto.
Llego a estas conclusiones como si estuviera mirando un juego de ajedrez. Putin es considerado un maestro de ajedrez. Aunque en esta partida ha cometido errores básicos desde el principio. Yo tenía diez años y tenía medallas de ajedrez. Creo que la gente que no sabe jugar ajedrez, se queda mirando el árbol y no ve el bosque para analizar esta guerra y los posibles desenlaces. También hay una mirada bastante frívola sobre lo que sucede en la Guerra en Ucrania, y esta mirada incluye a muchos políticos y a muchos gobernantes. La tragedia para los ucranianos es mayúscula, hay decenas de millones de ucranianos que se han visto obligados a abandonar su país, está el tema de los miles de niños ucranianos secuestrados por Rusia, los ataques a propósito a lugares donde había periodistas, como la pizzería donde matan a la escritora ucraniana Victoria Amelina. Un misil ruso cayó donde ella estaba no por casualidad, fue un ataque dirigido hacia un lugar donde se reunían periodistas y corresponsales de guerra.
@emeequis
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