EMEEQUIS.– Dominada por la mayoría morenista y bajo la premisa de no incomodar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados ha eludido la discusión sobre la pandemia de Covid-19 en casi 160 días que lleva la LXV legislatura.
“Desde que inició el periodo legislativo, el año pasado, no hemos tenido una reunión para discutir, para hablar y proponer en materia de Covid”, denuncia el diputado Salomón Chertorivski Woldenberg, secretario de dicha comisión.
En entrevista con EMEEQUIS, el diputado emecista precisa: “En los asuntos que le incomodan al gobierno, hasta el día de hoy no veo las posibilidades de negociación”.
La Comisión de Salud de San Lázaro está formada por 39 diputados, de los cuales 22 pertenecen a la coalición obradorista –16 de Morena, tres del PT y tres del PVEM–, grupo que marca la agenda de dicha instancia.
La mayor crisis sanitaria que ha enfrentado el país en su historia contemporánea no es el único tema que rehuye la mayoría morenista en el órgano encargado de revisar las políticas públicas de salud en San Lázaro.
También ha congelado el tema del desabasto de medicamentos, otra de las crisis que enfrenta el sistema público de salud tras la decisión oficial de suprimir el sistema de compras y la cadena de abasto.
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La única medida que la comisión ha tomado es la solicitud de informe a la Secretaría de Salud, señala Chertorivski.
El emecista también ha denunciado también el caso del experimento que realizó el gobierno de Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México, al suministrar ivermectina a 83 mil capitalinos como tratamiento contr la Covid-19:
“Cuando ya había evidencia suficiente de que la ivermectina no estaba en ninguna guía médica, la Ciudad de México decidió incluirla en sus kits. Hay una gran falla ética y de protección a la salud de las y los capitalinos. (…) Un segundo yerro es publicar un estudio que se le llama ‘cuasi-experimental’. (…) Cuando se trata de evaluación de pacientes estos deben saber que estan siendo evaluados y debe haber un consentimiento expreso. (..) Ya se sabía que la ivermectina tiene toxicidad y requiere de un acompañamiento relevante. (…) Se necesita un ejercicio serio de rendición de cuentas”.
DESABASTO: “SÁLVESE QUIEN PUEDA”
El sistema de abasto de medicamentos en insumos médicos que existía hasta noviembre de 2018 fue suprimido por la administración obradorista, como ha sido puntualmente documentado. El desabasto ocasionaba rondaba ya por entonces el 40% de la demanda del sistema público de salud.
Según Salomón Chertorivski, los niveles se mantienen en ese nivel: “Andamos igual de mal. No se ha logrado recomponer, porque no es por arte de magia. Y el gobierno insiste en los mismos mecanismos, probablemente lo que hoy tendríamos es un sistema muy heterogéneo. El último comunicado del Insabi (Instituto de Salud para el Bienestar) fue prácticamente un ‘sálvese quien pueda’, dirigido a las instituciones (federales de salud) y a las entidades federativas: salgan ustedes a comprar lo que no tengan”´.
Puntualiza: “Lo que tienen, adicionalmente al desabasto, pues es un desorden absoluto en precios y proveedores, y eso distorsiona todo el mercado”.
Sobre las instituciones de salud de los estados, señala que están padeciendo el desabasto en condiciones de auténtica desesperanza.
“Sobre todo –explica– si es una entidad que se decidió sumar al Insabi, pues no tiene los resortes ni los mecanismos ni el presupuesto para poder hacer las compras, porque todo está concentrado, centralizado. Entonces pues se enfrenta a la desesperación, utiliza recursos que estaban destinados para otros fines en los presupuestos estatales para tratar de salir del paso”.
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Chertorivski Woldenberg, quien además fue secretario de Salud en la parte final del gobierno de Felipe Calderón, señala que la comunicación institucional de la Comisión de Salud con el gobierno es poca, y a lo más que se ha llegado es a solicitar pormenores sobre el desbasto, tema la que se sumó la bancada oficialista:
“Todavía en la última reunión de la Comisión, se votó por unanimidad pedir una serie de reportes para que expliquen qué está pasando con el desabasto y se sumó el propio grupo mayoritario”.
Pero el órgano legislativo no ha ido más allá, a pesar de que se trata de una de las crisis más graves de la política sanitaria del país en las últimas décadas. La pregunta es ¿por qué dar la espalda a un problema de dimensiones gigantescas como ese?
Chertorivski lo explica así: “Mira, te voy a dar un dato: desde que inició el periodo legislativo, el año pasado, no hemos tenido una reunión para discutir, para hablar y proponer en materia de Covid, por ejemplo”.
–Pero entonces ¿la Comisión funciona?
–Estamos haciendo otras cosas, tuvimos una buena discusión sobre la legislación que se tiene que hacer en materia de objeción de conciencia, creo que vamos a poder avanzar en algunos otros temas, y discutir. Pero en los asuntos que le incomodan al gobierno, hasta el día de hoy no ven condiciones para negociar…
ZONA DE DESASTRE
Hasta noviembre de 2018, la cadena de abasto de medicamentos e insumos terapéuticos estaba formada de cuatro piezas: la Comisión Negociadora de Precios (CNP), la Compra Consolidada federal, la infraestructura de almacenamiento y distribución que era portada por medio centenar de empresas, y los fabricantes (laboratorios farmacéuticos).
El 5% de los medicamentos que compraba el gobierno eran de patente y el 95% genéricos. El precio de los primeros se negociaba cada año, a través de la CNP, directamente con los laboratorios que, como titulares de esas patentes, los fabrican en exclusiva. La compra de los genéricos, producidos por múltiples laboratorios, se procesaba a través de la Compra Consolidada que se planificaba en una unidad especializada del IMSS para todo el sistema federal de salud y para las instituciones estatales que decidían integrar sus demanda al proceso de consolidación,
Todo aquello fue suprimido y una serie de ocurrencias se han sucedido tras la desaparición. Es la combinación perfecta para una situación de desastre, explica el diputado Chertorivski:
“No se ha reconstruido el mecanismo de planeación, de compra y de distribución. La planeación no es inocua, es la pieza central para poder hacer bien esto. Hacer el estudio de demanda adecuado, cuánto vas a necesitar, dónde lo vas a necesitar, en qué momento del año lo vas a necesitar, distribuirlo en más de 4 mil puntos, que llegue a la unidad médica, al hospital que lo requiere”.
Subraya la cantidad de tipos de medicamentos o insumos (claves) ―algunos de los cuales se compran por millones de unidades― y la complejidad de racionalizar un proceso de compra de tales dimensiones:
“Estamos hablando de mil 600 claves, desde paracetamol hasta medicamento oncológico más complejo, pero todo esa planeación se tardaba varios meses, empezaba en febrero de un año antes a hacer el estudio de demanda, porque después con este ibas a hacer el estudio de oferta: quién lo ofrecía, qué capacidad de producción tenía”.
Detalla cómo se planificaba la compra de medicamentos: “Se separaban entre medicamentos de patente, porque ahí no había licitación, sino negociación con el proveedor (titular de la patente), con los estudios de mercado internacionales. Y en los medicamentos genéricos, ahí sí había licitación y también un proceso con base en las capacidades de producción de las farmacéuticas. Y ya con esa información se emitían las bases de licitación y de compra, era un proceso que empezaba en febrero, en donde participaban alrededor de 500 funcionarios especializados en compras. Desaparecieron el área…”.
Vinieron entonces los ensayos de la actual administración y las sucesivas asignaciones de la responsabilidad institucional del abasto: “Se pasa primero a la oficialía mayor de la Secretaría de Hacienda, que nunca había tenido experiencia en cómo se planeaba la compra, y luego interviene el Insabi, pero el Seguro Popular (su predecesor) tampoco había comprado medicamentos nunca. Y luego interviene la UNOPS (Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos), que tampoco en su vida había enfrentado un proceso de compra de medicamentos de la complejidad y el tamaño que requiere México”.
En suma: “lo que hay es una combinación para que sea un desastre”.
OBRADORISTAS: RECLAMOS POR FALTA DE SUMINISTRO
Ante la errática conducta del gobierno frente al desabasto, Salomón Chertorivski se muestra escéptico respecto de las posibilidades de solución:
“Han pasado por la negación, por echarse la culpa, pero al final lo que no se ha establecido que si queremos hacer compras consolidadas, lo que necesitamos recuperar la capacidad de planeación y de proceso de compra, lo cual requiere un montón de funcionarios, y de mucha experiencia y de capacidades, conocimiento previo”.
Subraya: “No se puede improvisar, y todo lo que han intentado es corregir (el abasto) a través de improvisaciones, no va a salir así, es imposible que salga así”.
–¿Cuánto tiempo llevaría reconstruir el sistema de abasto?
–No sabría decirlo –admite el diputado emecista–, tienes que reconstruir todo un sistema que fue destruido, pero no se recompone de la noche a la mañana, es un largo proceso. La experiencia existe, los funcionarios existen, las capacidades de producción se tendrían que irse ajustando.
Pero falta algo más, advierte Chertorivski: “Es fecha en donde, de entrada, no hay la voluntad”.
Según Chertorivski, la problemática del desabasto de medicamentos e insumos médicos en el sistem público de salud ya está explotando en manos de los propios representantes populares oficialistas:
“Tal vez no lo dicen en público mis colegas de la bancada del gobierno, pero pues cuando recorren sus distritos, se enfrentan en cada recorrido a la realidad del desabasto y a la queja constante. No es un invento. Ya no lo niegan, pues lo ha reconocido el propio presidente”.
@estedavid