EMEEQUIS.– Los juzgados mediáticos y sociales lo sentenciaron desde el gobierno de Vicente Fox, pero aún no la justicia mexicana. Israel Vallarta lleva 17 años esperando sentencia por los delitos de secuestro y delincuencia organizada, de los que todavía las autoridades mexicanas no logran acreditar su responsabilidad.
En 2005, Vallarta fue acusado, junto a la ciudadana francesa Florence Cassez, de liderar una supuesta banda delictiva denominada Los Zodiaco, responsable presuntamente de secuestros y delitos fantasma; ya que hasta ahora ninguno de los detenidos ha recibido una sentencia condenatoria.
Israel Vallarta “sigue siendo legalmente inocente porque no se ha pronunciado una sentencia que así lo establezca”, afirma Edilberto Molina Ruiz, abogado del Instituto Federal de Defensoría Pública quien forma parte de la defensa que ha llevado el caso durante los últimos 11 años.
La familia Vallarta, periodistas y escritores que han seguido el caso por casi dos décadas y algunos personajes involucrados han llamada a este caso como un “montaje mediático y jurídico”, originado por un gobierno de Felipe Calderón (de 2006 a 2012) que necesitaba mostrar mano dura y resultados frente a una oleada de secuestros que aumentaron drásticamente en el país.
Resultados fabricados que, en julio de 2021 llevaron a prisión a Luis Cárdenas Palomino, extitular de la Policía Federal durante el gobierno de Felipe Calderón, acusado de tortura por el caso Cassez-Vallarta, demostrando así la implicación del gobierno mexicano.
Las cuentas aún no están saldadas. Por el mito de la banda de Los Zodiaco también se implicó y encarceló a cinco miembros de la familia de Israel Vallarta, quien declaró haber sido torturado y amenazado durante la conformación del caso, situación que fue reconocida y avalada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en la recomendación 20/2021.
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“Lo habían amenazado con matar a su familia. No nos mataron pero sí nos involucraron en una banda que nunca existió, por delitos que se nos fabricaron donde tampoco éramos culpables”, cuenta Alejandro Cortéz Vallarta, sobrino de Israel que pasó seis años encarcelado y ahora busca que el Estado mexicano reconozca su responsabilidad.
A 17 años de los acontecimientos fuertemente mediatizados por las dos televisoras más importantes a nivel nacional, cuatro de los juzgados están en libertad: Florence, liberada en 2013, y Alejandro, Juan Carlos y René, sobrinos y hermano de Israel Vallarta, quienes fueron absueltos en 2016 por falta de elementos que comprobaran su responsabilidad.
En el contexto en el que México discute la eliminación de la prisión preventiva oficiosa, figura que ha mantenido en prisión sin sentencia a más de 92 mil mexicanos; la liberación de Israel Vallarta parece inminente.
De acuerdo con la defensa y la familia, de mantenerse el proceso jurídico que casi llega a su última fase, podría darse su absolución a los delitos; pero a nivel más próximo la modificación de la medida cautelar que podría darle el beneficio de llevar el proceso en libertad.
Según el presidente Andrés Manuel López Obrador “con voluntad, en 24 horas se resuelve el caso Vallarta”; sin embargo es una promesa incumplida durante los últimos meses.
De izquierda a derecha: Alejandro Cortéz Vallarta, René Vallarta Cisneros y Juan Carlos Cortéz Vallarta. Foto: Cortesía.
LA LUCHA POR LA LIBERACIÓN DE VALLARTA
“Hemos estado dando guerra, Israel desde adentro y nosotros desde afuera”, afirma Mary Sainz, pareja de Israel Vallarta desde hace casi ocho años. Se conocieron y casaron en el penal del Altiplano en el Estado de México.
Él por un proceso jurídico sin sentencia, ella por ser activista en derechos humanos que, en su lucha, conoció a la familia Vallarta.
“Por toda la violencia que vivíamos decidí iniciar una lucha a voluntad, con mis propios recursos. Tomé cursos de derechos humanos para poder defender y defenderme”, cuenta en entrevista con EMEEQUIS la activista originaria de Tamaulipas que conoció a Israel Vallarta en 2014.
Describe su relación como “una historia de Romeo y Julieta”, que comenzó con llamadas, cartas, visitas de amistad, hasta confirmar una “relación bonita y a la antigua”, de “pasitos a pasitos”, cómo la recuerda. Israel le pidió casarse en bodas colectivas al interior del penal. El próximo 17 de octubre cumplirán cinco años de casados.
Desde el primer momento en que conoció a fondo el caso y a la familia Vallarta, Mary se dio cuenta de toda la maquinaria del Estado que estaba en contra de que Israel lograra su absolución. “Eran pocos los que querían apoyar el caso, por el miedo, por los intereses de algunas personas poderosas que estaban detrás de este montaje mediático y jurídico”, cuenta.
Mary formó parte del plantón que se instaló a finales de 2020 fuera de Palacio Nacional para exigir al presidente inmediata resolución al proceso jurídico; pues denunciaron actos de tortura contra Israel en el Penal 17 de Michoacán, además de falta de atención médica al enfermar de covid en el Penal de Puente Grande, Jalisco.
Tras ser escuchada por el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, Mary afirma que ha notado avances en el caso durante el actual gobierno; sin embargo, se han dado dos intentos fallidos desde la Secretaría de Gobernación. Ahora el caso se encuentra en pláticas con el equipo de Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana.
“Seguimos detectando anomalías dentro de las mismas instituciones, obstáculos, siguen moviendo hilos para obstruir la libertad de Israel; desde el Poder Judicial, la Judicatura, el Centro Penitenciario”, reconoce la esposa de Vallarta, quien apunta que sólo fue un microempresario acusado de un “acto escénico” a conveniencia del gobierno de Felipe Calderón.
“Es otra verdad histórica creada por una ola de corrupción que manejaban en los sexenios pasados”, afirma que hasta el momento no se ha encontrado pruebas fiables o testimonios de víctimas sustentadas que sostengan la culpabilidad de Israel Vallarta.
Mary Sainz, esposa de Israel Vallarta. Foto: Cortesía.
LOS OTROS AFECTADOS POR LA INVENCIÓN DE “LOS ZODIACO”
“Sólo por ser sobrino de Israel y traer el apellido Vallarta”, las razones por las que Alejandro Cortéz afirma fue encarcelado en 2009, acusado junto a su tío René y su hermano Juan Carlos de formar parte de la banda de secuestradores Los Zodiaco.
Secuestro, delincuencia organizada y la portación de un rifle, sembrado por los agentes que los detuvieron, fueron los delitos de los que se les acusaron a los tres Vallarta. Previo al calvario de ser encarcelados, Alejandro trabajaba en un hotel y en una imprenta, su hermano se encargaba de la producción de cosméticos y su tío tenía un taller mecánico.
Sobre la manera en que Florence e Israel fueron criminalizados en 2005, Alejandro recuerda la angustia de su abuela y su madre, la consternación de toda la familia. Cuatro años después él también fue aprehendido y pasó casi seis años en prisión sin una sentencia.
“Ah, son Vallartitas, entonces ya se los cargó”, con groserías y amenazas de muerte, los sobrinos y hermanos de Israel Vallarta fueron detenidos, sometidos y llevados a las oficinas de la entonces, Procuraduría General de la República en Toluca, Estado de México. “La casa de la tortura”, como lo llama ahora Alejandro Cortéz.
“Estábamos con mucho miedo porque teníamos al sistema y al Estado encima. Todos los medios encima señalandonos de criminales, de secuestradores y vivir con eso no es fácil. Hasta la fecha salgo a la calle con esos temores de ver camionetas blancas, gente sospechosa”, cuenta en entrevista el sobrino de Israel Vallarta.
El 25 de febrero de 2016 fueron absueltos por falta de elementos que probaran su responsabilidad, además, Protocolos de Estambul positivos demostraron que fueron torturados durante la aprehensión. Pese a ello la criminalización continuó, desde activistas y personal del gobierno.
Alejandro denunció a Jaime Rochín, extitular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, por señalamientos en su contra, ya que pese a ser absueltos de delito el funcionario declaró públicamente que que la institución “no era caja chica para los delincuentes o victimarios”.
“En los medios nos revictimizó a mi hermano Juan Carlos y a mí. Junto con la señora Wallace (Isabel Miranda de Wallace), mostraron documentos supuestamente privados que nosotros habíamos llenado en la CEAV”, cuenta.
Por la tortura que vivieron y la criminalización posterior a su salida, hay una denuncia penal y una queja ante la CNDH; sin embargo, apuntan que no ha habido ningún pronunciamiento de la institución garante de los derechos humanos.
Respecto a la denuncia penal, afirma que se encuentra detenida “por omisión o falta de voluntad de la Fiscalía”, pues refiere que las autoridades no han querido entregar la cadena de custodia de las personas que los detuvieron, pues involucra incluso personas que pertenecen al gobierno en turno.
“Uno de los aprehensores hoy está vigente en la Guardia Nacional. Se llama Enrique Montiel Sánchez. ¿Por qué no nos han dado la cadena de mando? porque probablemente haya gente vigente de quienes estamos denunciando”, asegura Alejandro Cortéz Vallarta.
Hasta el momento otros dos familiares que se encuentran en prisión, se trata de Mario y Sergio Cortéz Vallarta, hermano y sobrino de Israel; de quienes se comprobó que sufrieron actos de tortura que ahora pesan en un auto de formal prisión contra Luis Cárdenas Palomino, exdirector de Seguridad Regional de la Policía Federal.
Protestas para exigir la libertad de Israel Vallarta. Fotos: Mary Sainz.
EN ESPERA DE LIBERTAD: CASO EN CANCHA DE LA 4T
Legalmente Israel Vallarta no es culpable de los cargos de secuestro y delincuencia organizada que se le imputan, pero se le han quitado 17 años dentro de prisión. Muy superior a los dos años de plazo constitucional máximo que tiene una persona con prisión preventiva para ser juzgada.
“El proceso se ha dilatado en el caso de Israel por la lógica del desahogo probatorio. Hay algunos medios de prueba que son complicados de reproducirse: involucran testimoniales de personas que no son ubicables, que promueven recursos para no atender citatorios jurisdiccionales”, explica en entrevista con EMEEQUIS el abogado defensor Edilberto Molina Ruiz.
Pese a ello refiere que el proceso se encuentra a días de finalizar en la etapa de instrucción, para que posteriormente, el juez determine emitir una sentencia que podría ser condenatoria o de absolución del delito.
La oportunidad en el proceso que tienen para Israel es la sentencia absolutoria que se dio en el caso de Florence en 2013 y en 2016 para sus familiares.
“Esperamos que el criterio que tomó en cuenta la Corte beneficie a Israel a través de algo que llamamos cosas juzgadas refleja, que el escenario que ocurrió para un coprocesado sea idéntico, pero el caso de Israel tiene otras causas personales acumuladas”, explica.
Hasta el momento hay otras causas penales que recaen en responsabilidad de Israel, adicionales a las que pesaban también en contra de Florence; además de otros dos procesos en los que él se encuentra en calidad de víctima, por denunciar tortura contra los agentes que lo aprendieron en 2005 y durante su estacia en prisión.
Para hacer posible la liberación de Israel Vallarta el proceso está dividido en dos canchas. El primero referido por Andrés Manuel López Obrador, donde el Ministerio Público Federal tiene la palabra de dejar sin efecto los cargos y autorizar inmediata liberación; o seguir el proceso jurídico donde hasta ahora se espera lograr cambiar la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa.
“Lo se busca es que concluya la prisión preventiva que ha permanecido durante 17 años y que se le imponga una diversa que sea distinta: arresto domiciliario o la localización a través de un brazalete electrónico, una presentación periódica”, comenta el abogado, quien refiere que este proceso podría efectuarse en un periodo corto de tiempo.
@GloriaPE_
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