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Tarde de danzón masivo. Fotos y videos: ESPECIAL.
EMEEQUIS.– En una tarde que conjuga historia, cultura y la innegable pasión por el baile, la Macroplaza de Iztapalapa se convirtió en el epicentro de un Danzón Masivo que reunió a más de 2 mil personas. No fue solo un evento más, sino un reflejo del compromiso de la alcaldía por revitalizar y democratizar los espacios públicos a través del arte y la cultura. Bajo la dirección del alcalde Raúl Basulto Luviano, este evento se inscribe en una serie de iniciativas que buscan transformar la percepción y el uso de los espacios urbanos en una de las demarcaciones más pobladas de la Ciudad de México.
El Danzón: Una Tradición con Raíces Profundas
El danzón, ese género musical y baile que nació en Cuba a finales del siglo XIX, encontró en México un terreno fértil donde echar raíces profundas. Desde su llegada, se ha convertido en un pilar de la cultura popular, especialmente entre los adultos mayores que encuentran en su cadencia un eco de épocas doradas. La presencia de Acerina y su Danzonera, una agrupación con más de 80 años de historia, y la Orquesta Anáhuac de Gerardo Arreguín, oriunda de Iztapalapa, no solo garantizó la autenticidad del evento, sino que rindió un homenaje a la continuidad y evolución de esta tradición.
A nivel mundial, los festivales de música y danza juegan un rol crucial en la preservación y difusión de tradiciones culturales. Eventos como el Festival de Jazz de Montreux en Suiza o el Carnaval de Río en Brasil, demuestran cómo la música puede transformar ciudades en epicentros de intercambio cultural y turismo. En este contexto, el Danzón Masivo de Iztapalapa se inserta como un esfuerzo local pero no menos significativo, que busca no solo mantener viva una tradición, sino también fomentar el sentido de comunidad y pertenencia entre sus habitantes.
“La cultura y el arte son temas estructurales de este gobierno,” declaró Raúl Basulto Luviano, subrayando la visión de una administración que, bajo la anterior gestión de Clara Brugada Molina, ha priorizado la activación de espacios públicos a través de eventos culturales. “El danzón es una expresión democrática y popular,” continuó Basulto, señalando cómo estos eventos no solo entretienen, sino que también democratizan el acceso a la cultura, permitiendo que personas de todas las edades y contextos sociales se apropien de los espacios públicos.
La directora ejecutiva de Cultura, María Antonieta Pérez Orozco, enfatizó la importancia de mantener la oferta cultural hasta el último día de la administración, asegurando que Iztapalapa continúe siendo la alcaldía más cultural y alegre. La serie de “Domingos de Danzón” ha sido una constante, interrumpida solo por la pandemia, y ha demostrado ser un espacio donde la comunidad puede reunirse, celebrar y mantener viva una parte esencial de su identidad cultural.
El Danzón Masivo no solo fue una tarde de baile; fue un reflejo de cómo la cultura puede transformar y unir a una comunidad. La Macroplaza de Iztapalapa vibró con la música, pero también con el espíritu de una población que, a través del danzón, reivindica su derecho a la alegría y a la cultura.
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