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Margarita González Saravia, la izquierda señorial tras Morelos

Funcionarios del imperio de los Habsburgo, antimaderistas, hacendados porfiristas, banqueros y empresarios alemanistas, figuran en la ascendencia de la candidata obradorista al gobierno de Morelos, que lo mismo colaboró con el obispo Sergio Méndez Arceo, que con Heberto Castillo, Marco Adame y Cuauhtémoc Blanco.

3 / 05 / 24

De la Lotería a Morelos. González Saravia busca suceder a Cuauhtémoc Blanco. Foto: Especial.

EMEEQUIS.– En el linaje de Margarita González Saravia Calderón, candidata obradorista al gobierno de Morelos, han desfilado funcionarios del imperio de los Habsburgo, feroces antimaderistas, hacendados porfiristas, banqueros y hasta empresarios alemanistas.

La historia de la aspirante a ocupar el Palacio de Gobierno de Cuernavaca incluye un arrebato juvenil por el que, en los 70, huyó de casa para trabajar con el teólogo de la liberación, Sergio Méndez Arceo, para después hacer trabajo de campo en organizaciones sociales y, finalmente, alcanzar la cúspide de la “izquierda bonita” de los pedregales en CDMX, hasta convertirse en tesorera de la campaña presidencial de Heberto Castillo, en 1988, con cuya familia mantiene sólidos lazos.

De acuerdo con un perfil elaborado por EMEEQUIS a partir de fuentes hemerográficas y bibliográficas, principalmente, Margarita González Saravia Calderón no volvió nunca a la casa paterna, pero sí volvió a los negocios turísticos de la familia, cuyo buque insignia, el balneario de Las Estacas, ensanchó sus dimensiones gracias a las concesiones decretadas por el presidente Miguel Alemán.

Para 2002, de acuerdo con registros notariales, la actual candidata de Morena ya era presidenta del Consejo de Administración de Las Estacas.

La nostalgia por el poder político arraigó en las nuevas generaciones de los González Saravia, y llevó a la empresaria a formar parte del gabinete estatal del gobernador panista Sergio Estrada Cajigal, después del futbolista Cuauhtémoc Blanco, alineado con el obradorismo, y al cabo en el de AMLO, en el que encabezó la Lotería Nacional.

Este es apenas un vistazo de la historia señorial de uno de los linajes históricamente más poderosos de Durango y Morelos, el cual apuesta ahora por la gubernatura de esta última entidad.

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González Saravia en Yautepec. Foto: Cuartoscuro.com.

LA ASCENDENCIA SEÑORIAL

La otra precandidata con militancia izquierdista efectiva es Margarita González Saravia, quien busca ocupar el Palacio de Gobierno de Cuernavaca. Proviene de una familia acaudalada que ya a finales del siglo XIX poseía haciendas ganaderas en Durango, como la de San Isidro de la Punta, que perteneciera a la Compañía de Jesús por más de un siglo.

La simiente de la estirpe es de un político nicaragüense conservador emigrado a Durango, Buenaventura González Saravia, que “sirvió a la intervención francesa y al imperio”, además de que fungió como prefecto imperial en esa entidad. (Milenios de México, T. II, Humberto Musacchio, Raya en el agua, 1999).

Pasado histórico.

De sus vástagos, Enrique González Saravia y Murúa administró varias  haciendas de la región, oficio en el que había iniciado a su hijo y heredero, Atanasio González-Saravia y Aragón.

De acuerdo con el historiador Javier Guerrero Romero, “el 27 de enero de 1903, la propiedad junto con grandes extensiones de tierra fue comprada por la Sociedad Agrícola Gurza Hermanos-González Saravia Hermanos. Esta sociedad administró la propiedad durante sólo tres años. Al disolverse la empresa agrícola, en 1906 la adquirieron los hermanos Alberto, Ricardo y Buenaventura G. Saravia. Desde entonces la finca ha continuado siendo una próspera empresa ganadera, a cargo ahora de la familia G. Saravia, quien ha sabido conservar y mantener la propiedad con dignidad y orgullo”.

Por su parte, el historiador Andrés Lira González, “en 1913, cuando los maderistas asediaron y tomaron la ciudad de Durango, Atanasio, al igual que otros coterráneos, participó en las ‘Defensas sociales’ que mantuvieron el orden y defendieron la capital del estado hasta que cayó en poder de los sitiadores”.

Gracias al caudal familiar y sus habilidades administrativas, en 1913, a los 26 años, Atanasio ―abuelo de la precandidata obradorista al gobierno morelense― ya era gerente de la sucursal del Banco Nacional de México (BNM) en Durango, de donde pasó a la San Luis Potosí, y al cabo de  la oficina central en 1939. (Bancarios y banqueros. Las relaciones laborales en los bancos del México posrevolucionario 1920-1940, tesis doctoral de Víctor Ángel Flores González, Instituto Mora, México, 2018).

Hacienda de la Punta, Nombre de Dios, Durango.

Llegó a ser subdirector (1939-1953) y director general de dicha institución de crédito (1954-55), además de un notable historiador autodidacta que firmó su obra como Atanasio G. Saravia. La biblioteca de la Academia Mexicana de Historia, que presidió, lleva su nombre, así como una avenida de la alcaldía Iztapalapa, y un premio de historia.

Su hijo, también banquero y a su hora igualmente director del BNM, Enrique González Saravia, contrajo nupcias con Margarita Guadalupe Calderón e Inclán ―más conocida en la alta sociedad morelense como Margarita Calderón de González Saravia― hija del empresario Julio Calderón Fuentes, que en 1940 había comprado el predio de Las Estacas en Tlaltizapán  a Luis Alarcón, hijo del gobernador Morelos, Manuel Alarcón, compadre este de Porfirio Díaz.

La familia desarrollaría ahí el famoso balneario del mismo nombre. Ya en sus inicios, el “rancho turístico” recibía huéspedes de la clase política, como el expresidente Emilio Portes Gil y el excandidato presidencial José Vasconcelos, según cuenta la madre de la morenista. Según ha relatado la madre de la actual abanderada morenista, doña Margarita Calderón, la primera vez que pisó “La Estacas” fue en 1940, cuando apenas contaba con ocho años de edad, de la mano de su padre, Julio Calderón. Tiempo después, siendo ya una colegial, Margarita Calderón invitó a cierta amiga suya, que además era su tocaya, Margarita Ahumada, a que visitara Las Estacas. La amiga aceptó y llegó acompañada de su abuelito, nada menos que el exsecretario de Educación Pública y autor del Ulises Criollo, el licenciado José Vasconcelos.

“Al retirarse los invitados, luego de compartir la mesas en un ambiente cordial, mi padre me reconvino por no avisarle que vendría el señor Vasconcelos. Yo ignoraba que aquel viejito fuera tan importante, para mí era sólo el abuelito de mi amiga”. (Margarita Calderón de González Saravia, Estilos, Arturo Reyes Fragoso, El Universal, 3 de abril de 2000).

Años después, en los años dorados del régimen priísta, el gobierno alemanista concesionó a los dueños del “rancho turístico” las aguas del Río Verde o de Las Estacas (Diario Oficial de la Federación, 25 de abril de 1951) y la propiedad alcanzó las 672 hectáreas. 

Diario Oficial de la Federación. Concesiones del poder.

LA VETA TEOLÓGICA

Margarita González Saravia Calderón (1956), la candidata morenista, es la mayor de los 10 hijos que procreó el acaudalado matrimonio. Cursó estudios en el confesional Colegio Francés del Pedregal, en Ciudad de México, y al concluirlos se marchó del hogar. A través de una de sus tías, religiosa, encontró rápidamente un empleo en la asociación civil Centro de Encuentros y Diálogo, del célebre obispo de Cuernavaca, Sergio Méndez Arceo, filial de la teología de la liberación.

“Cuando cumplí 18 años (1974) me fui de mi casa para siempre, me fui a Comala, en Colima y ahí estuve en una escuela para campesinos. Años más tarde llegaron allá refugiados argentinos, huyendo de la represión en su país, ellos se hicieron cargo de la escuela; fue allí en donde recibí instrucción marxista y tomé conciencia de la lucha de clases y de los cambios revolucionarios. Fue entonces donde definía muchas cosas, entre ellas mi gusto por visitar y ayudar comunidades; ahí se concreta mi carácter social de izquierda” (De viva voz: Margarita González Saravia, La Jornada de Morelos, 3 de marzo de 2023).

Participó en la Unión de Colonias Populares (UCP) y en la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, organizaciones del movimiento urbano popular y reivindicadoras de causas obreras y campesinas, respectivamente. Para 1988 ya era secretaria de Finanzas de la campaña presidencial del Partido Mexicano Socialista (PMS), que nominó a Heberto Castillo ―con cuya familia estrechó fuertes lazos―, quien terminó por ceder el registro para que el Frente Democratico Nacional (FDN) postulara a Cuauhtémoc Cárdenas.

Fue directora de la Lotería Nacional. Foto: Cuartoscuro.com.

QUISO SACAR A AMLO DEL PRI

Margarita trabajaba, simultáneamente, como encuestadora en la estructura del director de Promoción Social de la Procuraduría del Consumidor (Profeco), Andrés Manuel López Obrador, a quien dice haber intentado persuadir, sin éxito, de sumarse a la izquierda:

“En ese entonces impulsábamos a un candidato para la presidencia de México; ahí iba por las tardes, después de cumplir con mi trabajo en el Instituto, me iba a la grilla, de esto no sabía mi jefe, el licenciado Andrés Manuel, pero en un momento determinado tuve que decirle, porque tenía que renunciar para apoyar en la campaña presidencial de Heberto Castillo como secretaria de finanzas de la campaña. (…)

“Lo invité a unirse y salirse del PRI, como lo estaban haciendo figuras destacadas como Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, y me acuerdo de que me dijo que no (…) Después nos reencontramos en el PRD”.

NEGOCIOS Y PODER POLÍTICO

Margarita González Saravia no volvió a casa, aunque sí a los negocios de la familia. Ya en 1994, presidía la Asociación de Parques Acuáticos y Balnearios. Por ese entonces su lucha era otra, según ha denunciado: contra el gobierno de Carlos Salinas, porque, según ha declarado, el clan presidencial buscaba arrebatar a la familia González Saravia las posesiones de Tlaltizapán.

De 1998 a 2002 su trinchera de lucha era bien diferente a las cavernas de Lomas de Padierna, donde ha dicho que fue profesora: presidía la Asociación de Hoteles del estado de Morelos y el Consejo Turístico del  estado de Morelos. Presidía, además, desde 1998,  a sus 32 años, era socia y gerente del  Parque Acuático Natural Las Estacas Sa. A. de C.V., de acuerdo con las actas notariales respectivas.

Un negocio dedicado a: “A. La explotación de todo tipo de parques acuáticos; B. La creación, promoción y desarrollo de balnearios familiares. C. Apertura de restaurantes y bares para toda la familia dentro de los parques”.

Las Estacas.
Registro Público de Comercio. Constitución de Sociedad.

Se alejó largo tiempo no sólo de la izquierda, sino en general de la actividad política. Pero en 2010 reapareció en un ala política muy distante de las ambiciones marxistas del movimiento en el que había militado la acaudalada política morelense: fue nombrada subsecretaria de Turismo del gobernador panista Marco Adame Castillo, cargo que desempeñó en 2012.

Ya en el ascenso del obradorismo, se sumó a gobiernos del derechista Partido Encuentro Social (PES). Se encargó de la política social del ayuntamiento de Cuernavaca en la accidentada gestión del exfutbolista Cuauhtémoc Blanco como presidente municipal.

En la no menos tortuosa gubernatura de Cuauhtémoc Blanco, Margarita González Saravia Calderón asumió el cargo de secretaria de Turismo y Cultura.

Pero en 2020, López Obrador la puso a cargo de la Lotería Nacional. Y de ahí a la candidatura…

@estedavid

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