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La candidata, que hizo suya la Marea Rosa, tiene muy claro lo que se definirá en unas semanas. Análisis de Julián Andrade.
CONFIDENTE EMEEQUIS
EMEEQUIS.– La Marea Rosa está en el cierre de un ciclo que culminará el próximo 2 de junio en las urnas. Por lo pronto, el balance es ya exitoso, porque fueron las organizaciones ciudadanas, agrupadas en Unidos, las que pronto advirtieron de los riesgos que acechaban a las instituciones democráticas.
En 2021 impulsaron el proyecto de Sí por México, que permitió, con el acompañamiento del PRI, PAN y PRD, el construir una fuerza legislativa que impidió que se destruyera al INE y se comprometiera la operación y sentido del TEPJF.
Luego vendría la creación del Frente Amplio por México, el que funcionó, entre otras cosas, para la designación de una candidatura presidencial que recayó en Xóchitl Gálvez, una competencia en la que también participaron Beatriz Paredes, Enrique de la Madrid y Santiago Creel.
Esto conviene recordarlo, porque la postulación de Gálvez fue resultado de un genuino procedimiento democrático y con participación de la sociedad y los partidos.
Una convergencia que respondió, por supuesto, a la coyuntura y a desafíos que no se habían presentado al menos desde que se inició el proceso de reformas que significó la transición a la democracia en los años setenta y su consolidación, acaso incipiente.
Este domingo, de nueva cuenta, los ciudadanos demostraron capacidad de movilización en el Zócalo de la CDMX y en 100 plazas del país.
Ante un Zócalo repleto, a pesar de la CNTE y del decreto de Contingencia Ambiental, que impidió el ingreso de autos foráneos a la CDMX, Gálvez y Santiago Taboada firmaron el Manifiesto por una Nueva República que presentó, a nombre de la Marea Rosa, Ana Lucía Medina.
Un marco de democracia, justicia, libertad, unidad, igualdad, solidaridad, prosperidad y confianza en la que caben, de acuerdo con Guadalupe Acosta Naranjo, todos quienes entiendan que “la disyuntiva histórica es entre demócratas y autoritarios”.
El líder del Frente Cívico parafraseó a Heberto Castillo al señalar que “no pongamos tanta atención de dónde venimos sino hacia dónde vamos.”
Para nada se escatimaron reconocimientos, aunque no los mencionaron de modo directo, a Alejandro Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano, quienes resistieron innumerables presiones para que no prosperara una alianza que sí puede disputar el poder.
En efecto, esa es la clave de la onda expansiva que es la Marea Rosa. Gálvez lo describió con acierto al recordar que los ciudadanos tocaron la puerta en el PRI, PAN y PRD y estos la abrieron.
Un asunto central porque es precisamente esa mancuerna la que le da potencia a Fuerza y Corazón por México.
La candidata, que hizo suya la Marea Rosa, tiene muy claro lo que se definirá en unas semanas: años de opresión, si gana Morena, o de libertad si la oposición logra el triunfo en las urnas.
Ese es su diagnóstico, pero es más que eso, porque describe la consistencia de su propio proyecto y horizonte.
Quizá por eso afirma que los ciudadanos del 2024 podrán sostener la mirada de sus hijos para decir con orgullo: “respondimos al llamado de la República para defenderla, derrotando al autoritarismo y defendiendo a la democracia”.
Después de todo, en la principal plaza del país, a un costado de la puerta Mariana de Palacio Nacional, la que no quisieron abrirle y con ello catapultaron su carrera política, Gálvez habló a los suyos, a una base social que entiende que el desafío mayor es el democrático y el que no se pueden utilizar medias tintas.
El planteamiento, en todo caso, radica en desterrar la división de “estos años oscuros, de enfermedad, odio y tristeza” para volver a la convivencia en la pluralidad.
La candidata de Fuerza y Corazón por México lo resume en vida, verdad y libertad, ejes de una propuesta que echó su resto, que, al menos el domingo, y en el Zócalo, mostró músculo y recreó la esperanza.
Gálvez está a unos días de una prueba definitiva, pero en el fondo ya ganó y lo hizo al colaborar en la articulación de un gran movimiento social, que, pase lo que pase dentro de dos domingos, llegó para quedarse, aunque, dependiendo los resultados, tendrá que reinventarse.
LAS VÍSPERAS DEL 2024
En Chiapas la violencia no se detiene. Tan solo en la última semana 16 personas relacionadas con la contienda fueron asesinadas. La autoridad electoral ya pidió a las fuerzas de seguridad que se garantice el voto en libertad, ojalá los escuchen.
@jandradej
