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Un extraño robo en San Ángel. Análisis de Julián Andrade.
CONFIDENTE EMEEQUIS
EMEEQUIS.– En el escritorio de Ulises Lara, el fiscal de la Ciudad de México, ya deben estar los pormenores de un caso de alto impacto por todo lo que pudo estar en riesgo.
Un grupo de bandidos penetró en un edificio de lujo en San Ángel, esperaron escondidos durante horas, y procedieron a saquear el departamento del piso 32.
Los nombres del propietario del inmueble y víctima del robo permanecen en reserva.
La mecánica del crimen, la información con la que debieron contar los perpetradores, entre la que se encuentra los horarios en los que el propietario no estaría en su vivienda, hacen sonar diversas alarmas sobre la inseguridad en la capital del país.
Esto es así, porque el contexto puede servir para acciones preventivas de gran calado y para implementar estrategias eficaces para combatir este tipo de ilícitos.
Todo está asentado en la carpeta de investigación CI-FIAO-UAT-AO/UI-1 S/D/5643/09-2024.
Los elementos de la empresa de seguridad SSSPI México, permitieron la entrada de los tres sujetos, que portaban gorras, lentes oscuros y cargaban mochilas, sin pedirles que se identificaran o que se registraran en el libro de acceso. Eran las 10 horas de la mañana del domingo.
Tampoco le pusieron obstáculo alguno a su salida, cuando, corriendo, abandonaron el conjunto habitacional a las 18:03 horas.
En la carpeta de investigación, radicada en la fiscalía de Álvaro Obregón, se encuentran los videos de seguridad respectivos.
Las sospechas sobre la conducta de los elementos de seguridad privada son una de las líneas más importantes de la indagatoria, pero se espera que la empresa ofrezca toda la colaboración, ya que cuenta con los registros en la Dirección General de Seguridad Privada y Colaboración Interinstitucional de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México.
Seguramente Pablo Vázquez, el secretario de Seguridad Ciudadana, debe tener el diagnóstico de que es lo que está ocurriendo, si se trata de tendencias o sólo de hechos de alto impacto, pero focalizados.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 2023 se cometieron 54 mil 616 robos en casa habitación, un promedio de 4 mil 500 al mes en el país.
En el caso de la capital del país los robos denunciados fueron 3 mil 433.
El robo en San Ángel, lejos de ser anecdótico, debe ser atendido con todo el cuidado del caso, ya que se pueden desprender diversas acciones para enfrentar a uno de los delitos que más zozobra causan a la ciudadanía.
Por fortuna, en el asunto aquí narrado, no hubo actos de violencia, pero no debe pasar desapercibido que pudieron ocurrir y más aún en las horas que los delincuentes permanecieron ocultos y esperando el momento para actuar.
En otros puntos de la Ciudad de México han ocurrido situaciones similares, donde los custodios privados fungen como cómplices en robos.
La seguridad privada es necesaria y más en contextos de inseguridad como el que se padece en el país, pero su supervisión y vigilancia tiene que ser una tarea permanente de las autoridades.
A nivel alcaldía, y en lo que respecta a sus competencias, es también una oportunidad para mostrar cercanía y empatía con los ciudadanos en aspectos que son delicados por todo lo que engloban.
El delito de robo a casa habitación ha tenido una disminución en los últimos años, pero prevalecen zonas críticas, como las que se padecen en las alcaldías de Iztapalapa, Tlalpan, Cuauhtémoc y Gustavo A Madero que este año registran 279, 221, 212, 213, carpetas de investigación respectivamente.
San Ángel, en la Álvaro Obregón es de especial interés y por ello es por lo que el robo de hace unos días genera preocupación entre autoridades.
La resolución de la carpeta, la búsqueda de los responsables y que ellos sean llevados ante la justicia, debe ser el mensaje de que no habrá impunidad.
@jandradej
