Por Juan Ortiz / Lupa Legislativa
EMEEQUIS. – El Gobierno de la Ciudad de México, en su búsqueda para controlar la crisis de comunicación desatada tras la tragedia de la Línea 3, se ha propuesto imponer la narrativa de que el Metro tiene presupuesto suficiente y que nunca se le ha invertido tanto, aunque eso implique tener que maquillar las cifras.
En diversas ruedas de prensa Claudia Sheinbaum ha reiterado que el presupuesto del Metro en 2023 es mayor que en años anteriores, especialmente 2022 y 2018. ¿Pero cuál es la trampa? Compara presupuestos ejercidos (lo que ya ocurrió) contra presupuestos aprobados (lo que se promete). Tampoco considera el impacto de la inflación.
Gráfica presentada por Claudia Sheinbaum en la mañanera del 12 de enero.
¿Por qué es importante incluirlo en la elaboración de los presupuestos? Es simple. El dinero cambia de valor a lo largo del tiempo. Las familias lo saben muy bien al momento de realizar sus compras de la semana. Los productos son cada vez más caros.
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Dicho esto, 100 pesos no valen lo mismo en 2018 que en 2023. Hoy equivale a 130.16 pesos si consideramos la inflación, o dicho de otro modo, el deflactor.
Esto aplicado en el Presupuesto del Metro significa que el monto aprobado en 2018, de 17 mil 580 millones de pesos, en realidad representan 22 mil 882 millones de pesos en el presente año. Si lo comparamos con el presupuesto aprobado para 2023, de 18 mil 847 millones de pesos, resulta que es 17.6% menor en términos reales.
Comparativa entre los presupuestos 2018 (con y sin inflación) y 2023.
Entonces sí importa, y mucho, considerar la inflación en el Presupuesto del Metro. Con los mismos recursos públicos de años anteriores no puedes hacer frente al incremento de salarios, el costo de los materiales y refacciones o de los insumos para mantenimiento y limpieza. Sin más dinero, te obligas a realizar recortes en algunos de estos puntos.
Es por eso que el impacto de la inflación vuelve injustificable la falta de una inversión igual o mayor en mantenimiento que en años pasados. No necesitamos ir más lejos, basta leer el reportaje de Frida Mendoza para EMEEQUIS sobre las condiciones de abandono y la falta de herramientas que enfrentan los trabajadores de los talleres de Ticomán del Metro.
Incluso si aplicamos el deflactor en el presupuesto capitalino de este año, podemos identificar rubros que en realidad sufren una disminución en comparación de 2022:
A) Alcaldías: Álvaro Obregón (-0.2%), Benito Juárez (-0.2%), Coyoacán (-0.2%), Cuauhtémoc (-0.2%), GAM (-0.2%), Iztapalapa (-0.2%), Miguel Hidalgo (0.2%) y Venustiano Carranza (-0.2%).
Comparativa de presupuestos aprobados de la CDMX de 2022 y 2023.
B) Secretarías: Desarrollo Económico (-0.6%), Educación (-0.4%), Movilidad (-4.5%), Salud (-4.5%).
Comparativa de presupuestos aprobados de la CDMX de 2022 y 2023
C) Órganos autónomos: Comisión de Derechos Humanos (-0.2%), Instituto de Transparencia (-4.8%), Instituto Electoral de la Ciudad de México (-4.8%), Tribunal de Justicia Administrativa (-0.5%).
Comparativa de presupuestos aprobados de la CDMX de 2022 y 2023.
En otras palabras, todas estas áreas deberán hacer recortes que afectarán los servicios que reciben las y los capitalinos.
Nadie dijo que el rescate del Metro fuera un tema sencillo. Pero negar las afectaciones del presupuesto para su mantenimiento integral es seguir apostando a que las condiciones empeoren. Tanto para trabajadores que mantienen en funcionamiento este sistema, así como para los usuarios, que realizan cientos de miles de viajes cada día para llegar a sus destinos. Para arreglar un problema, primero hay que reconocerlo.
@Juan_OrtizMX
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