En el Senado quedaron atrapados en la agenda electoral. Fotos: Galo Cañas / Cuartoscuro.com.
Por Juan Ortiz / Lupa Legislativa
EMEEQUIS.– El reloj no se detiene para el Congreso, enfrentando hoy una montaña de tareas sin resolver. A pocas semanas del cierre del último periodo ordinario de sesiones, el panorama se muestra desalentador: miles de iniciativas y cientos de nombramientos están pendientes. La pregunta que surge es si desean pasar a la historia como los legisladores más improductivos.
El ambiente en el Congreso, ya tenso por las reformas impulsadas por AMLO y el ritmo de las campañas electorales, ha caído en un estancamiento notable. La situación es alarmante: existen más de 8 mil 100 iniciativas esperando ser discutidas y votadas.
La jornada laboral de 40 horas semanales destaca entre estos ejemplos de parálisis. Aunque hay un dictamen desde abril de 2023, su votación se ha retrasado por diversas razones. Aún en caso de aprobarse, debe pasar al Senado y, en su caso, tener luz verde de al menos 17 congresos locales.
Esta inmovilidad se extiende a otras áreas, como el Sistema Nacional de Cuidados, aprobado en una cámara, pero olvidado en la otra, dificultando su aprobación final. Esto se ve complicado aún más por la agenda electoral, especialmente con la intención de AMLO de posponer debates importantes hasta después de las elecciones para evitar su politización.
Las 20 reformas presidenciales presentadas en febrero, incluidas las relativas a la Reforma Electoral, la Guardia Nacional, el Poder Judicial, y los derechos de pueblos indígenas y afromexicanos, permanecen en espera de discusión.
Diversos legisladores de Morena, incluido el Coordinador Parlamentario Ricardo Monreal, anticipan que muchas de estas propuestas no serán discutidas hasta la siguiente legislatura, en septiembre, por ‘falta de acuerdos con la oposición’.
El Senado enfrenta su propio conjunto de desafíos, con más de 100 nombramientos pendientes que afectan instituciones clave como el INAI, la Sala Superior del Tribunal Electoral federal, así como tribunales electorales locales.
Estos retrasos entorpecen no solo el acceso a la información pública sino también la justicia electoral y la eficacia de organismos que sirven de contrapeso a las decisiones del poder.
La inacción legislativa también es evidente en temas laborales, con propuestas como el aumento del aguinaldo, la ampliación de licencias de paternidad y derechos para artistas y deportistas profesionales pendientes de discusión.
Asimismo, temas importantes en materia de género, como la igualdad salarial y la regulación de los vientres de alquiler, esperan acción en el Congreso.
Después del 30 de abril, poco podrá hacerse. Con el receso legislativo y el fin de los contratos de los asesores parlamentarios, surge la interrogante sobre quién quedará para evaluar estas propuestas.
En cambio, observamos a las Cámaras del Congreso actuando por revancha. Casos notorios son aquellos que van en contra del Poder Judicial. En estos días, el Senado discutió en fast track una iniciativa del Senador Ricardo Monreal, la cual busca limitar el juicio de amparo para blindar reformas y obras públicas de Morena contra suspensiones.
Otra situación son las llamadas ‘dictámenes de consenso’, donde la mayoría de los cambios son superficiales. Hay reformas que actualizan nombres de dependencias (Secretaría de Comunicaciones y Transportes por Secretaría de Infraestructura, Comunicación y Transportes) o cambios de denominación (Distrito Federal por Ciudad de México). Y aquellas que son trascendentes, únicamente se aprueban en una Cámara para quedarse congelada en la otra.
Esta situación refleja una desconexión palpable entre los legisladores y las necesidades ciudadanas. Atrapado entre reformas y campañas, el Congreso parece olvidar su propósito fundamental, erosionando la confianza de la sociedad en sus representantes.
Ante esta inercia parlamentaria, es crucial un llamado a la acción ciudadana para exigir que estos temas pendientes se aborden de manera oportuna. La transparencia y la participación ciudadana son fundamentales para superar esta parálisis legislativa.
Con el fin del periodo de sesiones acercándose, urge que el Congreso actúe para resolver estos pendientes, definiendo no solo el rumbo legislativo sino también la calidad de nuestra democracia y gobernabilidad.
Es imperativo que legisladores y sociedad colaboren estrechamente para superar este bloqueo legislativo. De lo contrario, la espera se prolongará hasta septiembre, con la llegada de una nueva legislatura.
@Juan_OrtizMX