EMEEQUIS.– Giovanni Sartori menciona en su libro icónico, Partidos y sistemas de partidos, que debe existir competencia real entre las distintas fuerzas políticas que contienden por un puesto de representación popular.
Tras la elección presidencial de 2018, en la que Andrés Manuel López Obrador ganó con más del 53% de los votos, la fuerza política de Morena quedó completamente confirmada, al obtener, además, la mayoría en las cámaras de diputados y senadores.
Las elecciones intermedias de 2021 no sólo confirmaron el poderío de Morena, al ganar 11 de las 15 gubernaturas en disputa, sino que también obtuvo la mayoría en 19 de 30 congresos locales. Con estos resultados, sin duda el partido en el poder no permite que exista una competencia real con las demás fuerzas del espectro político.
Ahora, según las encuestas rumbo a las elecciones para renovar 6 gubernaturas en 2022, Morena ganaría 5 de 6. De lograrse tales triunfos esta administración contaría con 22 de los 32 estados, dos terceras partes. Y si todo sigue como va hasta el momento, Morena podría llegar con más de 25 estados gobernados para el 2024.
PIENSAN COMO SI FUERAN OPOSICIÓN
Ante tal ventaja política y, sobre todo, electoral ¿por qué los aspirantes a suceder a AMLO en el 2024 decidieron iniciar la elección tan apresuradamente? La respuesta es sencilla: porque Morena no ha comprendido la magnitud del fenómeno López Obrador, el cual ha permitido que el país sea dominado por una fuerza política. Y más bien están pensando como si su escenario político fuera tan adverso como el de la oposición, donde la necesidad es sin duda posicionarse.
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Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal están altamente posicionados frente a cualquiera de los posibles contendientes de la oposición. De hecho, si el día de hoy fueran las elecciones, cualquiera de estos tres aspirantes ganaría la Presidencia. Y eso es precisamente el elemento que los ha hecho tomar una decisión tan arriesgada de levantar la mano mucho tiempo antes.
Sin embargo, levantar la mano con tanta anticipación representa que todos tus adversarios pueden empezar a ubicar tus fortalezas, pero también tus amenazas y debilidades. Una campaña electoral en un sistema como el nuestro requiere de mucha paciencia, pero sobre todo de mucha estrategia, algo que actualmente Claudia Sheinbaum no tiene. De los tres aspirantes es quien más se ha mostrado públicamente, al colocar todos sus esfuerzos en lograr ser la mejor posicionada en este momento, olvidando que el proceso de selección es hasta finales del 2023.
Lo que los asesores de la jefa de Gobierno no le han dicho es que, en 2017, Margarita Zavala se encontraba en primer lugar de las preferencias electorales para lograr la candidatura por el PAN, sin embargo, la historia fue otra: quien logró la postulación presidencial fue Ricardo Anaya, personaje que controlaba el partido, elemento central en cualquier aspiración política. Quien domina el partido tiene más posibilidades de obtener la candidatura. Ya ocurrió en 2006, cuando Felipe Calderón le arrebató la oportunidad a Santiago Creel.
En la actualidad, no basta con ser el favorito del presidente, si no se tiene el control del partido, esto no sirve de nada. Todo puede pasar rumbo al 2024: Morena y sus candidatos deben pensar más con estrategia que con las emociones, sino podrían, en determinado momento, abrir el camino a que esa elección se vuelva competitiva y darle un respiro innecesario a la oposición.
@LuisHurRa