CONFIDENTE EMEEQUIS
EMEEQUIS.– La clave es la seducción de la clase media. Como en 2018, en Morena están desplegando una estrategia, más que notoria, para tratar de reparar los agravios generados en estos cinco años contra pequeños empresarios, científicos, universitarios, intelectuales, feministas, comerciantes, periodistas, profesionistas y los que se puedan sumar a esa constelación social que el presidente López Obrador ha descalificado por aspiracionistas.
Es una apuesta pragmática, ya que Claudia Sheinbaum requiere de esos apoyos para triunfar en las elecciones del 2024. Y, en esa lógica, es explicable que su apuesta para la Ciudad de México –que es prioritaria por el tamaño de su listado electoral–, sea Omar García Harfuch.
El exsecretario de Seguridad, por la condición de su puesto, no se metió en los debates y mucho menos tuvo que respaldar los agravios cotidianos contra cada personaje o grupo que no se plegó a los dictados de Palacio Nacional.
Clara Brugada, la otra aspirante con posibilidades, tampoco se enfrascó con ahínco en polémicas, pero consideró necesario aclarar que ella no es enemiga de las clases medias, al contrario, las considera indispensables en el panorama de la capital. A estas alturas nadie come fuego.
Pero la exalcaldesa de Iztapalapa, para bien y para mal, es una genuina representante de Morena, quizá demasiado, para volver a convencer a franjas de ciudadanos que están francamente descontentos y hasta alarmados; que vieron cómo se caía la Línea 12 del Metro y no pasó nada, que no quieren que se reviertan los avances democráticos y que no están de acuerdo con los ataques al Poder Judicial.
Es ese contexto es el que García Harfuch es invaluable para el grupo que gobierna. Por su perfil y maneras, puede mandar un mensaje de tranquilidad a quienes verían con desconfianza la llegada de políticos todavía más radicales al Palacio del Ayuntamiento.
Justamente en esas franjas lo que importa es el pasado reciente, del que el exjefe policiaco tiene buenos números, y no los episodios alrededor de Ayotzinapa (en los que no tiene nada que ver) o su pertenencia a la Policía Federal, pero mucho menos sus antecedentes familiares, porque simplemente no tienen idea de quiénes fueron y mucho menos de por qué ello puede generar inconformidades en la izquierda.
En el fondo, lo que no deja de ser revelador, es que Sheinbaum está operando para desmorenizar la contienda en la Ciudad de México y así tener una mayor oportunidad. Tiene a cuestas los resultados del 2021 y sabe que no puede fallar de nuevo, porque comprometería su propia aspiración.
Es un hecho que Brugada o Hugo López-Gatell serían los contendientes ideales para el Frente Amplio, porque, sobre todo quien despachó en la Subsecretaría de Salud, tiene todos los negativos del mundo, por su pésimo manejo de la pandemia del Covid-19, por su soberbia y desplantes.
El reto de García Harfuch, de ser el seleccionado en la encuesta, será poder contar una historia que resista a los malos balances que sí tiene la administración actual y que sea una especie de teflón al endurecimiento que ya muestra el presidente López Obrador contra todo aquel que no lo respalda de modo absoluto.
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Todo un reto, porque está impedido para criticar a Sheinbaum y a Martí Batres, por cuestiones estratégicas y tácticas. En el primer caso, porque se tiene que mantener un acompañamiento que permita eficacia en la operación electoral y, en el segundo, porque lo último que necesitaría es tener al actual titular de la Jefatura de Gobierno jugándole las contras.
Otra variable, más compleja todavía, es que los votantes que pertenecen a sectores que han sido afectados y vilipendiados, vuelvan a confiar en la 4T para otros seis años en el Palacio del Ayuntamiento.
En 2018 los niveles de apoyo a la alianza Juntos Haremos Historia, no se explica sin esos votantes que posteriormente se convertirían en blanco de ataques.
Por eso es por lo que Sheinbaum está dispuesta a pagar un costo interno, que en todo caso es manejable, porque sabe que la contienda no la tiene ganada y que el Frente Amplio será muy competitivo.
Ahí está la oportunidad de García Harfuch, quien, en un escenario claramente favorable a Morena, seguiría siendo el jefe de los policías en la Ciudad de México.
@jandradej
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