El reto para el Frente: contender en solitario. Análisis de Julián Andrade.
CONFIDENTE EMEEQUIS
EMEEQUIS.– El Frente Cívico (FC) se quiere convertir en partido político. Es una buena idea, pero tendrán mucho trabajo de ahora en adelante y, de cumplir con los requisitos, contender en solitario en las elecciones de 2027 y al menos obtener el 3% de respaldo en las urnas.
Una misión compleja en cada una de sus etapas, sobre todo si nos atenemos a que la mayoría de los esfuerzos similares, por las más diversas razones, no han logrado su cometido.
Entre 1991 y 2018, los partidos que perdieron el registro fueron 25 (aunque un puñado luego lo recuperó), y eso sin contar a los que ni siquiera pasaron las aduanas para estar en las boletas.
En el camino quedaron los partidos Revolucionario de los Trabajadores, Demócrata Mexicano, Popular Socialista, Centro Democrático, Auténtico de la Revolución Mexicana, Democracia Social, Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, y otros más que han dibujado, aunque brevemente algunos de ellos, el mosaico de la pluralidad.
Mención aparte merece el PRD, porque su historia es un reflejo de la de la propia transición democrática y su etapa de consolidación. Su registro en realidad provino, como antecedente histórico, del Partido Comunista Mexicano y de modo concreto del Mexicano Socialista.
Es sintomático del momento que ahora vive el país, que sea justo esa organización la que ya no hubiera alcanzado el respaldo ciudadano suficiente, pero acaso eso es parte de la explicación sobre lo que ocurrió el pasado 2 de junio.
Pero los resultados de la contienda, lejos de reprobar la exploración de nuevas organizaciones, la incentivan, ya que uno de los diagnósticos sobre el nuevo panorama político, es que diversas expresiones se perdieron y eso provocó un traslado de votos a los partidos más fuertes, y de modo especial a Morena.
Se requiere de partidos con proyectos definidos, que con claridad presenten una propuesta y defiendan su visión sobre los grandes temas nacionales. La etapa que está iniciado lo requerirá, sobre todo para evitar que se imponga un discurso.
Convocado por Cecilia Soto, Guadalupe Acosta Naranjo, Amando Avendaño, Emilio Álvarez Icaza y Fernando Belaunzarán, entre otros, el proyecto, que podrá concretarse a partir del Encuentro Ciudadano que se realizará este sábado, puede ocupar un espacio a la izquierda del tablero político.
Los perfiles más conocidos y destacados del FC provienen de experiencias diversas, pero los hacen converger grandes temas como la defensa de los derechos humanos, la pertinencia de la seguridad pública en manos de los civiles, y la preservación de una ruta que, aunque accidentada, ha significado el avance en las libertades.
Pero hay que decir que muchos de ellos, estuvieron, desde las primeras horas, advirtiendo los nubarrones que se iban formando en el horizonte desde 2018.
La transformación del FC es una consecuencia directa de la campaña de Xóchitl Gálvez y de los apoyos ciudadanos con los que contó.
El ánimo que le pusieron a la construcción de una candidatura que fuera consecuencia de la voluntad ciudadana fue decisivo. De ahí que el Frente Amplio por México haya instrumentado un proceso inédito de discusión y decisión política.
Pasadas las elecciones, la realidad se impone y, por ello, dentro de su agenda prevalece la defensa del Poder Judicial y han denunciado con puntualidad las consecuencias que tendrá la sobrerrepresentación en el legislativo.
No serán todas las organizaciones de la sociedad civil las que se sumen a este empeño, porque lo que definió a Fuerza y Corazón por México fue su pluralidad, donde los acuerdos se posibilitaron a partir de la defensa de la democracia y de las instituciones que fungen como un contrapeso al Poder Ejecutivo.
Ojalá que el FC logre su cometido, porque será saludable una opción que proviene de una genuina lucha ciudadana, y que seguramente habrá de confluir, en algún momento, con el PAN, PRI y PRD, que también acompañaron en el propósito de contener las pulsiones autoritarias de la ahora fuerza hegemónica.
@jandradej