El galimatías de la elección judicial. Análisis de Julián Andrade.
CONFIDENTE EMEEQUIS
EMEEQUIS.– El INE había presupuestado 13 mil millones de pesos para realizar la Elección Judicial. Sólo les van a dar unos 8 mil millones de pesos.
¿Se hizo un estudio, se realizó un análisis en la Cámara de Diputados? No, todo es al tanteo. En Palacio Nacional dijeron que no podía costar tanto y no costará tanto, santas pascuas.
Eso de diagnosticar no es lo de ahora, al grado de que el representante del gobierno mexicano ante la CIDH, Antonio Montero, lo confesó con todas sus letras.
“No existe un diagnóstico; sin embargo, desde 2017 hay análisis, artículos, que establecen la necesidad de reformar”.
Por su parte, Guadalupe Taddei ya aceptó la reducción y nadie esperaba que hiciera otra cosa. El INE, debido a la conformación de su Consejo General, es una herramienta más en el engranaje que está desmontando la democracia liberal.
Pasar de 13 mil a 8 mil millones es una reducción significativa, pero a nadie le importa, porque saben que, de todas formas, habrá un desastre el año próximo.
A estas alturas ni siquiera se tiene claridad sobre cómo resolver el dilema que implican los circuitos judiciales, los que no tienen que ver con los distritos electorales. Y es que no es lo mismo elegir diputados, que integrar juzgados y tribunales.
La elección es operativamente imposible y sólo saldrá adelante por medio de la simulación. Los pocos ciudadanos que acudan a las urnas, porque la abstención será monumental, no tendrán ni la menor idea de a quién estarán designando.
Las señales están por todos lados. La primera es que existe poco entusiasmo en el gremio de los abogados. Los aspirantes a integrar el Poder Judicial de la 4T no están reventando puertas para ser inscritos.
Esto es así, porque muchos de los juzgadores en activo declinaron de participar, ya que saben que es un cuento y que en realidad lo que se quiere es capturar al Poder Judicial y ponerlo al servicio de la política.
Otro tanto se puede decir de litigantes y académicos, quienes están consternados por las consecuencias que habrá en el plano de la justicia, en la operación y funcionamiento de tribunales y juzgados.
Además, el 70 % de los inscritos, hasta ahora, son hombres, por lo que harán falta que participen muchas más mujeres para cumplir con los rangos de equidad.
En Morena harán todo lo posible para que el naufragio no sea desde la cantidad de postulaciones, así que se podrá observar “la participación copiosa” en los días que restan para el cierre de la convocatoria, el 24 de este mes.
Otra cosa es lo que respecta a la integración del Pleno de la Suprema Corte, que será de nueve integrantes y para completar la Sala Superior del Tribunal Electoral, a la que le faltan dos magistraturas.
Es probable que Arturo Zaldívar ya esté por completar los listados que le corresponden a la presidencia de la República, que son los que van a ganar la contienda.
A un tipo tan rencoroso como Zaldívar, la nueva cúpula del Poder Judicial, en todas sus ramas, le deberá el cargo y seguirán sus instrucciones.
Los partidos políticos tienen prohibido participar, pero lo harán. Será interesante observar cuál es el planteamiento particular del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano.
Un dilema, por supuesto, porque los puestos se van a llenar de todas formas.
Es factible que se postulen a la SCJN y al TEPJF personajes que abrevaron de las aguas neoliberales y que cuentan con prestigio, el asunto es que se trata de una elección trucada.
En Bolivia, único país del mundo que tiene un esquema similar al que se implantará en nuestro país, los opositores no entraron a un esquema que es pésimo y los ciudadanos optaron por votar en blanco, y eso porque el sufragio es obligatorio.
@jandradej