CONFIDENTE EMEEQUIS
EMEEQUIS. – El presidente López Obrador descalificó a Xóchitl Gálvez por ser mujer. En siete conferencias mañaneras del mes de julio, se refirió al asunto y en donde pretendió caracterizar a la aspirante a coordinar el Frente Amplio con México como una construcción de un grupo de hombres que decidieron catapultarla para engañar al pueblo.
Pero hizo más, dijo que “es la candidata del bloque conservador y es una farsa que ella como mujer haya podido superarse mediante un oficio honesto” y, para no dejar dudas, añadió que, “nos quieren vender otra farsa, que una mujer que empezó vendiendo gelatinas ha logrado superarse”.
Esto implica una discriminación por género, clase social y origen étnico. Todo un decálogo de lo que no debe hacerse y decirse.
Al parecer, para el presidente López Obrador no hay forma de que una mujer alcance la cúspide del poder si no es patrocinada por un varón. Refleja su pensamiento y debería alarmar a sus seguidoras.
También es inquietante las pocas posibilidades que les otorga a quienes son pobres y más aún si no son hombres para salir de la condición de marginación.
Se dirá que los señalamientos son parte del debate político, de la dureza que se adquiere y enfatiza cuando se acercan las contiendas electorales, pero al mismo tiempo da pistas de los límites que cada uno coloca en lo que respecta a sus adversarios.
A ello habría que añadir la evidente desproporción entre el presidente de la República y una senadora. Los parámetros importan y por eso la ley impide que los funcionarios se refieran a temas electorales utilizando recursos públicos para ello, como son las transmisiones de las conferencias y sus réplicas en redes sociales.
Si bien la andanada contra Gálvez muestra la preocupación que ya hay en Palacio Nacional sobre el futuro de la 4T, esto no debe significar que se salten todas las barreras del decoro en términos políticos.
Además de los prejuicios que implican los señalamientos presidenciales contra Gálvez, es evidente que se actualiza la violencia política en razón de género, aunque en el INE no se atrevieron a calificarlo así y por eso desecharon la queja que presentó Gálvez como improcedente.
El Tribunal Electoral enmendó la situación y le pidió al INE que analice, de nueva cuenta, si expresiones como las comentadas ameritan de medidas cautelares, en el entendido de están amparadas por disposiciones de protección a las mujeres.
La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia advierte que las órdenes de protección deben ser otorgadas de oficio y a petición de parte por las autoridades administrativas respectivas.
Veremos que hace el INE al respecto, pero la Sala Superior debió ordenar que se emitieran las medidas cautelares como una forma de tutela preventiva, aunque en la sentencia Sup-Rep-272/ 2023 establece con claridad cuál es la ruta que se debe seguir si se quiere que impere el derecho.
En la disposición aprobada se señala que se están generado “estereotipos que tienden a invisibilizar el papel de las mujeres en el ámbito de la política al atribuirles un papel subordinado”.
Esperemos que en el INE hagan los que les corresponde, aunque tampoco hay que esperar un cambio en el discurso de López Obrador, quien sostiene en que está haciendo bien en señalar lo que opina de sus oponentes y que lo ampara la libertad de expresión.
Por ello, en Palacio Nacional no van a dejar de descalificar a Gálvez y continuarán presionando a los consejeros electorales para que sigan optando por una ceguera que terminará por enrarecer, aún más, el ambiente político.
Nadie duda que es un momento complicado para las autoridades electorales, pero no deben de ser avasalladas. Tienen un mandato constitucional claro y el respaldo de la sociedad, como quedó demostrado en las movilizaciones ciudadanas.
Las resoluciones del INE y las sentencias del Tribunal Electoral también serán un parámetro y establecerán las líneas que no deben rebasarse. Esto importa, y lo hará cada vez más en la medida en que se acerque el fin del sexenio, donde vendrán los balances de rigor y las valoraciones de lo que cada quién hizo en uno de los periodos más comprometidos para la joven democracia mexicana.
Y en ese contexto, Xóchilt Gálvez debe recibir la protección a la que tiene derecho y que consiste en no ser descalifica de antemano y mucho menos por quien tiene el deber de la neutralidad.
@jandradej
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