El panorama que le espera a Kamala Harris. Análisis de Julián Andrade.
CONFIDENTE EMEEQUIS
EMEEQUIS.– Si los amigos políticos se conocen en el momento de las horas bajas, Joe Biden tuvo uno en Bernie Sanders, quien defendió la candidatura del presidente de los Estados Unidos en busca de su reelección.
Este sábado, en un artículo publicado en The New York Times, Sanders escribió: “Lo sé. El señor Biden está envejecido, es proclive a los gafes, camina con dificultad y tuvo un debate desastroso con Trump. Pero también sé esto: la elección no es un concurso de entretenimiento. No comienza o termina con 90 minutos de debate”.
Tiene razón, pero sólo en parte, ya que el encuentro en Atlanta sí implicó un movimiento telúrico, pero porque evidenció lo que era una sospecha, que Biden ya no estaba en condiciones de continuar en la carrera.
Quizá con el tiempo, si las cosas no salen tan mal como parecen, el debate del 27 de junio de Atlanta será visto como un diagnóstico adelantado de lo que podría ocurrir.
Sanders es senador por Vermont, y en un video para anunciar su postulación para mantener el escaño definió: “¿seguirá EE.UU funcionando como una democracia, o iremos hacia una forma de gobierno autoritaria?”
En efecto, eso es lo que estará en juego en la elección de noviembre.
Bajo esa perspectiva, parecía temerario el que los actores más influyentes del mando demócrata estuvieran más ocupados empujando el desistimiento de Biden que advirtiendo la tormenta que ya se dibuja en el horizonte.
El retorno de Trump a la máxima posición de poder es un peligro, porque ya demostró que es capaz de infligir las reglas de la democracia y que no se detendrá ante obstáculos de orden legal.
El presidente Biden optó por hacerse a un lado, pero se pronunció por la vicepresidenta Kamala Harris para ser su relevo, en la candidatura y en la Casa Blanca, si es que ella es capaz de derrotar a Trump.
Si bien Harris tiene que ser respaldada por la convención del partido Demócrata que se realizará en Chicago los próximos 19 y 22 de agosto, es poco probable que alguien se le oponga y más porque la debacle de Biden no puede significar, también, que no se apoye a su propuesta, después de todo, sigue siendo el presidente.
Además, Harris posee los méritos suficientes para tratar de rescatar una candidatura que estaba en debacle. Puede hacerlo si logra cambiar la narrativa y devolver la esperanza a amplios sectores de votantes.
Es la primera vicepresidenta de la historia, y cuenta con una biografía de servidora pública en la que destacó como fiscal de California, una posición en la que tuvo que lidiar con un aspecto central y es de la propia justicia.
En unas cuantas horas recaudó 80 millones de dólares para su precandidatura, una señal de que existen pronósticos favorables para enfrentar a ese remolino en el que se convirtió Trump, sobre todo después de que intentaron matarlo.
Harris es un respiro para las democracias occidentales y sobre todo en un momento en que se requiere un liderazgo que comprenda lo delicada que es la agenda geopolítica.
Para México sería una estupenda noticia que se logre contener a Trump en las urnas, ya que ello evitaría múltiples problemas y mantendría el espacio para la cooperación y no de chantaje y hasta extorsión.
En particular, es evidente que habría una diferencia, más que notable, en aspectos centrales como el de la migración o el de la seguridad.
De ahí que uno de los imperativos tenga que ser, en el caso del próximo gobierno, el de la prudencia, particularmente para no dar señales de injerencia y mucho menos de favoritismos.
Para empezar, se requiere de información de calidad, la que no se tuvo hace unos días y por eso no contaron con una versión adecuada de uno de los discursos de Trump e hicieron una interpretación errónea de sus dichos, algo que no debería volver a ocurrir.
@jandradej