A competir por el voto como sea. Análisis de Julián Andrade.
CONFIDENTE EMEEQUIS
EMEEQUIS.– Como en la Gran Marcha. Aquí no se raja nadie. De modo “espontáneo” se registraron de última hora miles de aspirantes a integrar los más altos cargos del Poder Judicial.
Funcionó la movilización, el exhorto, el acarreo, y más valía que así fuera, sobre todo para las cuentas que tienen que rendir Adán Augusto López, Ricardo Monreal y Arturo Zaldívar, responsables políticos de los decorativos comités.
Una gran cantidad de jóvenes “se dieron cuenta”, el pasado fin de semana, que lo suyo es impartir justicia, decidir, entre otras cosas, sobre la inocencia o la culpabilidad, sobre la libertad de las personas.
Experiencia no tienen, porque esa solo se adquiere con la sólida formación académica, la carrera judicial y el paso del tiempo en los juzgados y tribunales.
Pero de eso se trata, para que “no estén maleados” como alguna vez instruyó el autor de la Reforma Judicial, Andrés Manuel López Obrador, con la peregrina idea de que por eso no se corromperán.
Un argumento por demás retorcido, pero que les resultó eficaz para convocar incautos, quienes tendrán que apañarse en asuntos que los van a superar.
Algunos de ellos, inclusive, serán jueces sin rostro, girarán órdenes de captura en los casos más delicados. Una figura que llevó al desastre a Perú, cuando ese delirio del entonces presidente Alberto Fujimori también fue llevado a las leyes.
Son 49 mil 398 inscritos, una sustancial parte por correo electrónico, que tendrán que ser sometidos a los Comités de Evaluación, para que, quienes cumplan con los modestos requisitos académicos y los estrictos parámetros ideológicos, entren en una tómbola, de la que quedarán 5 mil 379 concursantes para ir a las urnas.
Los aspirantes, ya aprendieron, en su mayoría, la primera regla de sobrevivencia: apuntarse en los listados de los poderes Ejecutivo y Legislativo, y evitar el Judicial.
Por muy novatos que sean, y la mayoría lo son mucho, ya intuyen que hay que estar del lado correcto de esta historia.
Saben que las boletas, en su interminable compendio de nombres, solo tendrán una brújula, la de la instancia que los postuló.
Los números lo muestran: 18 mil 447 prefirieron el cobijo de Palacio Nacional, 27 mil 146 a las cámaras legislativas y 3 mil 805 al propio poder en desmantelamiento, el Judicial, de acuerdo con el diario El País, donde hicieron el recuento más acabado.
“Un hecho inédito”, por supuesto, en ninguna otra nación se deja a la suerte de la justicia a una mezcla del azar y el sometimiento político.
“Histórico”, también, porque se pueden pronosticar el desastre que está en puerta.
En el INE, mientras tanto, estudian cómo recortar los gastos. Como no les van a dar el dinero que en principio pidieron, los recortes serán al papel seguridad de las boletas y en lugar de casillas se instalarán centros de votación.
Será algo parecido a la consulta aquella, que se llevó a cabo en 2021, sobre si los expresidentes debiesen ser investigados y llevados a juicio.
La participación fue baja, 6 millones 658 mil 288 participantes, el 7.10% de la Lista Nominal, conformada por 93 millones de ciudadanos. Para ser vinculante se requería del 40% del listado.
En esa oportunidad también se tuvieron que hacer las cosas sin los recursos adecuados. Era un ejercicio inútil, absurdo, contrario a la lógica.
Lo que estará en juego el próximo año es más delicado, pero si ni en Palacio Nacional, ni en las bancadas de Morena y acompañantes tienen interés en dotar de los presupuestos adecuados, lo que ya de suyo es malo, terminará siendo mucho peor.
El INE está ya en el camino de un desastre, aunque, a diferencia del pasado, no están sujetos al denuesto cotidiano, porque optaron por someterse.
Harán una elección a la altura de la 4T, lo dramático, lo inquietante, es que lo que estará en juego es la justicia misma.
@jandradej