Paradójicamente, los policías municipales son indispensables, pero ganan poco. Análisis de Julián Andrade.
CONFIDENTE EMEEQUIS
EMEEQUIS.– Las policías municipales tienen una importancia central en el combate a los delitos, pero paradójicamente son las más abandonadas y sus condiciones laborales son dispares.
Es un despropósito, porque son ellos los que están en el terreno, los que conocen las dinámicas delincuenciales en sus municipios y quienes tienen una información valiosa y que lo sería aún más si se le diera el tratamiento de inteligencia respectivo.
Los municipales pueden ser útiles a nivel preventivo en delitos como el de la extorsión, ya que generan vínculos con la ciudadanía, estableciendo redes de alertamiento y reacción.
Hay que tener en cuenta que los grupos del crimen organizado extraen rentas de pequeños comerciantes e inclusive de vendedores en vía pública, cuyo nivel de ingresos es de subsistencia.
Los policías tienen una función, menospreciada de modo absurdo, que es la de mediar socialmente y la de controlar los delitos menores, lo que es indispensable para romper con la escala piramidal que conduce al sicariato.
Al ser los primeros respondientes de conductas delictivas o de simples faltas, modulan la convivencia y evitan roces mayores entre las fuerzas de orden y los ciudadanos.
Pero ser policía en nuestro país también es de rangos y de regiones. En el norte se invierte más en seguridad, mientras en el sur las condiciones de quienes trabajan en tareas de seguridad suelen ser precarias.
Un oficial en Coahuila tiene un ingreso de 18 mil pesos y uno en Oaxaca de 5 mil 740 pesos. Todo ello de acuerdo con cifras oficiales y del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
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El salario promedio es de 10 mil 316 pesos, pero no se ajusta a realidades específicas y entre ellas, la que debiera ser la más relevantes que es la de los índices delictivos por entidad.
Lo que persiste en un círculo vicioso, donde los policías que laboran en zonas relativamente seguras son los que tienen mejores condiciones laborales.
Esto implica dos conclusiones, por un lado, que la inversión salarial sí incide en la baja o contención de los índices delictivos, y al mismo tiempo que las condiciones deficientes derivan en que se mantengan o inclusive aumenten la frecuencia de los delitos.
El 14 % de los policías no cuenta con seguridad social y el 4.28% tiene un segundo empleo.
Este es un aspecto inquietante porque revela, entre otras cosas, el abandono en el que subsiste una de las tareas prioritarias en el mantenimiento de la seguridad ciudadana.
Es increíble que oficiales del orden tengan que arriesgar su vida y a sabiendas de que la protección institucional con la que cuentan es baja o de plano nula.
Trágicamente, mueren 1.21 policías al día, la mayoría de ellos municipales y estatales. Causa en Común tiene estudios interesantes al respecto, que además tienen utilidad comparativa porque se han realizado desde 2018.
Desde hace años se han hecho esfuerzos para lograr salarios dignos, pero no han fructificado, aunque los presidentes municipales suelen declarar que la seguridad es una de sus prioridades. En descargo de ellos, hay que señalar que no siempre cuentan con los presupuestos suficientes, ya que ello debería de provenir de una política pública de carácter nacional.
La ausencia de una visión integral y del establecimiento de carreras policiales, en la mayoría de los casos, lo que propicia son niveles de operación que están debajo de lo que se requiere y más aún en una situación de inseguridad como la que impera en el país.
Por eso, ser policía no es atractivo, y quienes son reclutados en las diversas corporaciones, suelen caer en circuitos de corrupción con relativa facilidad.
Aunado a ello, no se avanzó en propiciar un rearme ético de las policías, que estableciera un relato claro sobre la utilidad que tienen en el mantenimiento las condiciones de seguridad e inclusive en lo que respecta a la gobernabilidad democrática.
LAS VÍSPERAS DEL 2024
Claudia Sheinbaum mantendrá a los militares en tareas de seguridad pública “hasta que sea necesario”. Esto significa que será para siempre o mientras gobiernen ellos, ya que la propuesta es que la Guardia Nacional forme parte de las fuerzas armadas y por eso quieren una reforma a la Constitución.
Aunque hay que señalar que, a diferencia de López Obrador en el 2018, ahora en Morena ya no mienten con aquello de que los militares volverían a los cuarteles.
@jandradej