EMEEQUIS.– Miriam N., de 18 años, fue encontrada sin vida a un lado del estadio de los Dorados de Sinaloa, en Culiacán, el 9 de abril de 2018, después de varios días desaparecida.
Mientras que Brenda N,, de 21 años, fue hallada, también sin vida, en un paraje de Almoloya de Juárez, en el Estado de México
Las dos mujeres tenían algo en común: viajaban en transporte público. Miriam había tomado un Uber. En tanto que Brenda salió de casa de sus padres, en Amanalco, con destino a Toluca, el 14 de julio de 2019. Iba en taxi y nunca llegó a su destino.
Como estas historias, hay otras de mujeres que pudieron escapar de la agresión. EMEEQUIS conversó con tres de ellas, que fueron atacadas mientras viajaban en taxi, y consultó a dos especialistas sobre cómo empoderar a la mujer mientras se desplaza en transporte público.
“ME QUERÍA BAJAR Y NO ME DEJÓ”
Así lo vivió hace unos días Alejandra Armenta, de 25 años, quien abordó un taxi con dirección a su casa, cuando notó que el conductor empezaba a desviarse del camino. “Me asusté mucho, me quería bajar y no me dejó. Abrí la puerta con el carro andando y sólo así se frenó. Me empezó a pegar en los brazos, me quitó mi dinero, pero logré salirme, como pude le tomé foto y corrí”.
Para Alejandra no fue la primer experiencia de ese tipo. “Hace dos años, igual me subí a un taxi, una persona se nos emparejó, nos dispararon y el conductor murió; la verdad vivo con miedo de todo y esto que me volvió a pasar me colapsó”.
También está la historia de Raquel Rangel, de 40 años, quien sufrió un secuestro exprés a bordo de un taxi, sobre Viaducto, a las 7 de la mañana, cuando se dirigía a su trabajo.
“Acababa de subirme al taxi, de los rosas, que según son más seguros. Cuando, de pronto, en un alto, se subió otra persona que me aventó al asiento y me tapó toda la cara, para que no pudiera ver nada. Le calculo que fueron más o menos dos horas en las que me estuvieron dando vueltas y me quitaron todo lo que tenía. El terror que se vive en ese momento es indescriptible. Yo pensé que me iban a matar, no le veía fin, fue muy cruel. La sensación que se vive en el cuerpo es horrible y sentir que en ese momento se te va la vida. Gracias a Dios me soltaron, pero me quitaron todo lo que traía y robaron dinero de mis tarjetas”.
EMPODERAMIENTO DE LA MUJER
Salvador Guerrero Chiprés, consejero presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, destaca que, de los episodios de violencia reportados en la línea de seguridad de dicho organismo, alrededor del 60% sucedieron en el Metro y Metrobús, 15% en microbús y 10% en taxi (15% en otros).
Explica que se necesita un esquema para combatir la impunidad con base en el empoderamiento de la mujer en el transporte público y que se construya a partir de la colaboración entre ciudadanos, organismos de la sociedad civil, empresarios y autoridades.
“Hay que implementar lo que nosotros llamamos un triángulo virtuoso, en donde debe haber un proceso de reeducación indispensable, que es de cultura cívica por parte del varón.
“En el caso de la mujer debe haber un empoderamiento para denunciar ante el Ministerio Público, lo cual requiere también que exijamos a las autoridades mejoren sus capacidades institucionales para responder a esas demandas y denuncias que se presentan”.
Agrega que los reportes indican que se han denunciado 6 mil casos de violencia sexual en Estados Unidos, incluidas las más de 450 violaciones que hubo entre 2017 y 2018, de acuerdo con reportes de Uber en ese país, por lo que resaltó la importancia de la denuncia, pues de esta forma se contribuye a la prevención.
Guerrero Chiprés menciona que ya hay aplicaciones para mejorar la seguridad, como el caso de Mi Taxi y Mi Policía, las cuales tienen botón de pánico.
El Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia cuenta con una línea de seguridad y chat de confianza en el (55) 5533 5533.
Son muchas las historias de delitos cometidos contra las usuarias, que van desde hostigamiento, robo de pertenencias, abuso sexual, desaparición y homicidio, lo cual incrementa el temor de las pasajeras de viajar solas.
“HAY CHOFERES QUE USAN UN GAS PARA DORMIR A LAS MUJERES”
Pero la inseguridad también se presenta en los vehículos solicitados mediante aplicaciones, como el caso de Mara N., de 19 años, quien tomó un Cabify al salir de un bar en Cholula, Puebla, con destinto a su casa, el 8 de septiembre de 2017. Su cuerpo fue encontrado una semana después con huellas de violencia. Al poco tiempo, el conductor fue detenido y se dio a conocer que ya había trabajado antes para Uber en Chihuahua y había sido dado de baja de la plataforma por comportamiento indebido.
Andrea Gutiérrez, de 21 años, también fue víctima de la delincuencia cuando viajaba a bordo de un Uber. Hace un año, saliendo de su trabajo en la zona de Santa Fe, se desmayó al inhalar gas dentro del vehículo, lo cual la hizo perder el conocimiento.
“Apróximadamente a las 4:30 tomé un Uber. Antes de subirme verifiqué que las placas coincidieran. El conductor estaba muy amable. Cuando íbamos a tomar la Supervía, me comentó que tenía que subir los vidrios, porque traía uno flojo y se le podía zafar, y que prendería el aire acondicionado. A la altura de Luis Cabrera me empezó a dar mucho sueño, los ojos se me cerraban involuntariamente, pero me di cuenta que empezaba a ir en otra dirección y no podía bajar los vidrios”, relata Andrea.
“En ese momento hice una llamada a mi mamá para decir que ya había llegado, por lo que el conductor no tuvo otra opción más que bajarme, portándose muy grosero y diciendo que ahí no era el destino que le había marcado. Tomé otro Uber y llegó una conductora, quien me llevó a mi casa desmayada. Fui al doctor para saber qué me había sucedido, mis estudios salieron bien; sin embargo, el doctor nos comentó que ya le habían llegado varios casos similares, pues los choferes usaban un gas inoloro con el cual duermen a las mujeres”.
URGE HACER EXÁMENES A TAXISTAS
“Para acabar con la inseguridad es necesario transformar la cultura y educación en nuestro país”, asegura Ernesto López Saure, especialista en política criminal y derecho penal, quien destaca que para lograr disminuir estos delitos es necesario transformar la cultura y educación en nuestro país. “Hay que dejar de ver a la mujer como un objeto, porque esto normaliza la violencia. En la medida que cambiemos esta visión los indices de violencia empezarán a bajar”.
Señala que el Estado debe crear políticas de equidad de género, construirlas para que los varones no cometan estos delitos. Asimismo, es necesario dar a los ciudadanos opciones al comportamiento delictivo antes y después, pues no tenemos cultura de la legalidad y sólo así se podrá reafirmar el derecho.
“Hay que transformar las estructuras sociales y así vamos a reducir la violencia y debemos empezar ya pues un cambio generacional se da cada 15 o 25 años. Necesitamos combatir de raíz esta idea de ver a las mujeres como posesiones”, asegura.
El especialista en política criminal y derecho penal indica que el Estado debe detectar en dónde se da el mayor número de incidencias; generar una nueva política pública que incluya capacitación a taxistas, tests psicológicos, elevar los requisitos para ser chofer, así como regular a las empresas que brindan estos servicios mediante las aplicaciones.
“El Estado debe dar mayor seguridad a las mujeres, como mencionaba, generar políticas públicas que garanticen su protección física, libertad sexual y la vida, sin ofender los derechos fundamentales de los ciudadanos. Además, las mujeres pueden generar redes o grupos de apoyo para protegerse ante este déficit”, finaliza.
@ximenagpaez