EMEEQUIS.– Los obreros que construyen el Tren Maya trabajan todos los días, de lunes a domingo, de la seis de la mañana a la seis de la tarde. Es el precio que pagan por mantener la plaza laboral y para cumplir con los plazos exigidos para la ejecución de esa obra, que es uno de los sueños del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los han reclutado en número considerable entre comuneros indígenas de Chiapas y Yucatán. Les prometieron 12 mil pesos mensuales, 4 mil por semana, pero sólo les dan mil 500 y ni siquiera les pagan regularmente.
“Puedes irte cuando quieras, hay muchas personas que quieren tu trabajo, la obra no puede detenerse por ningún motivo porque son instrucciones del presidente”, le dijeron sus superiores a Pedro, un mayahablante que trabaja en el tramo yucateco del tendido férreo.
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Los retrasos en la obra propician que el gobierno federal presione a las empresas contratistas para que se termine en los tiempos que pide el presidente, por lo que las horas de trabajo se multiplican, pero sin paga adicional, cuentan los trabajadores a EMEEQUIS.
Para colmo, los sindicatos que tutelan los contratos laborales de esa obra prioritaria del obradorismo, no se ocupan de la defensa de sus supuestos protegidos, pero disputan con rabia las cuotas de los obreros. Se trata de de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y de Confederación Autónoma, CATEM, central ésta última de Pedro Haces Barba, el sindicalista que hasta hace poco ocupaba una curul en el Senado de la República en el grupo parlamentario de Morena.
Los retrasos obligan a los obreros a trabajar a marchas forzadas. Foto: Cuartoscuro.com.
RECLUTADOS CON ENGAÑOS
Sentados en el parque “Francisco Cantón Rosado”, en el centro de Valladolid, Yucatán, José y Juan, comuneros indígenas de Chiapas, relatan en entrevista con EMEEQUIS las promesas que les hicieron para contratarlos y la emoción con que empezaron a trabajar para la obra del presidente.
Cuentan que les ofrecieron más de 4 mil pesos semanales, hospedaje y alimentación por parte de la CATEM. Dejaron su pueblo a sus familias, y se vinieron a trabajar a las obras del Tren Maya con la esperanza de tener por una vez en la vida ingresos suficientes para sus hogares.
“Pero no nos pagan, apenas el sábado pasado nos dieron mil quinientos pesos, dormimos en el monte y hay días que no podemos comer, ya queremos regresar a nuestro pueblo”.
Además, según refieren, lo que tienen que desembolsar diariamente para sus alimentos supera a veces los 100 pesos.
Encima, según los entrevistados, padecen una sobrecarga laboral que se incrementó aún más en el mes de diciembre. La justificación que les dan los responsables de la obra, es que sí van a tener vacaciones, por lo que tienen que trabajar para cubrir los días que no asistirán.
Por todo ello, las renuncias de los trabajadores están a la órden del día, tanto de aquellos que residen en comunidades cercanas como de los que vienen de otros estados de la República.
Salarios que aparecen en las agrupaciones sindicales y empresas.
SIMULACIÓN SINDICAL
La defensa de los derechos laborales de los obreros del Tren Maya, por parte de los sindicatos que los tutelan, ha sido nula. Las centrales sindicales que ostentan los contratos colectivos de trabajo son, para el tramo 3, el Sindicato Nacional de Trabajadoras y Trabajadores de la Construcción en General, Similares y Conexos de la República Mexicana (Sinatrab) de la CTM.
Para el tramo 4 es el Sindicato Autónomo Nacional de Trabajadores y Empleados de las Industrias Minera y del Transporte y Relacionadas “Lic. Guillermo Cano Garduño”, fundado apenas el 5 de diciembre de 2019 y que forma parte de la CATEM, organización del obradorista Pedro Haces.
Al menos en el papel, las condiciones ofrecidas a los obreros agremiados en el sindicato de la CATEM son mejores, lo que puede comprobarse en los tabuladores, aunque estos sean ficticios.
Por ejemplo, el Sinatrab de la CTM registra un pago diario para un oficial fierrero de 206 pesos, mientras que el salario mismo puesto para un agremiado de la CATEM es de 257.14 pesos por jornada; un oficial de albañilería en el tramo 3 cobra 190 pesos diarios contra 257.14 en el tramo 4; un chofer de camioneta 165.05 en el tramo tres y 242.85 en el tramo 4.
Pero los sindicatos “solamente están interesados en cobrar el 2% (de cuotas sindicales sobre el salario de cada trabajador) que les corresponde, según las leyes laborales, pero no se ocupan de las necesidades y los problemas de los trabajadores que incluso son traídos con engaños de otras partes de México”, explica a EMEEQUIS Napoleón Escamilla Solís, Secretario General de la Federación de Organizaciones Obreras y Sindicales de Empleados y Trabajadores de Oficios Varios en el Estado de Yucatán, organización que se formó después de las diferencias que se presentaron con la CATEM de Pedro Haces.
La disputa por las cuotas obreras ha provocado que se incurra en situaciones que no benefician a los trabajadores, como el desplazamiento de estos a distintos puntos de la obra, y la incorporación de obreros que son residentes de otros estados del país y que deciden viajar por las atractivas ofertas laborales, que nunca llegan a concretarse.
Las violaciones a las condiciones generales de trabajo generan un ciclo permanente de renuncias, pero las bajas son rápidamente sustituidas por nuevos obreros, destinados a enfrentar las mismas situaciones.
Al cierre de esta edición no había sido posible contactar a José Reynol Neyra González, Secretario General del Sindicato responsable, ni tampoco con el exsenador de Morena Pedro Haces, secretario general de CATEM, al respecto de las quejas de sus trabajadores y extrabajadores que acusan esta situación laboral.
Algunos grupos de trabajadores del Tren Maya temen que se reproduzcan hechos como los que ocurrieron en 2021 en la refinería de Dos Bocas, otro de los proyectos prioritarios de AMLO, donde las protestas de los trabajadores por las condiciones laborales y para exigir condiciones y equipos de seguridad fueron apaciguadas con la intervención de las fuerzas armadas y la Guardia Nacional.
PLAZOS IMPOSIBLES
En Yucatán son dos los tramos del Tren Maya que confluyen, el tres que viene de Calkiní en Campeche, hasta Izamal, adjudicado a Construcciones Urales, GAMI Ingeniería e Instalaciones y AZVI; y el tramo cuatro, que va de Izamal hasta Cancun en Quintana Roo, responsabilidad de grupo ICA quien también administra la carretera de cuota Kantunil-Cancún.
Según Rogelio Jimenez Pons, director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), la obra lleva un retraso de cinco meses, provocado principalmente por la burocracia de distintas dependencias federales como la SEMARNAT, la CONAGUA, o la SEDATU.
Los costos de esta obra prioritaria para el presidente se han elevado a más de 200 mil millones de pesos, pero según el propio director, se espera que los costos totales sean por 237 mil millones de pesos, es decir un 47% más de lo presupuestado en el proyecto inicial.
Los atrasos en los tiempos planeados originalmente y la necesidad de evitar que los costos se incrementen, ocasionan presiones a los trabajadores por parte de las empresas contratantes, y esa condiciones de trabajo, semejantes a las que prevalecían antes de la consagración de los derechos laborales en la Constitución de 1917.
@salamillab