EMEEQUIS._ Sinaloa, un estado marcado por la presencia de grupos de delincuencia organizada desde los años 60 y 70, enfrenta actualmente una crisis de seguridad que ha deteriorado la salud mental de su población, de acuerdo con un análisis de la organización Sentido Común recientemente publicado.
La región fue inicialmente un importante productor de drogas, lo que llevó al surgimiento del Cártel de Guadalajara, y más tarde al Cártel de Sinaloa, el cual ha tenido control hegemónico sobre el territorio por varias décadas. Sin embargo, el quiebre de las estructuras criminales tras la detención de Joaquín Guzmán en 2019 ha desencadenado un aumento de la violencia y la ruptura de la hegemonía del cártel, exacerbando la inseguridad y afectando gravemente el bienestar emocional de los sinaloenses.
BASES SOCIALES DE LA DELINCUENCIA ORGANIZADA
La delincuencia organizada en Sinaloa ha utilizado mecanismos de control territorial que inicialmente no implicaban violencia, sino que se apoyaban en la satisfacción de las necesidades de la población en seguridad y servicios públicos. Sin embargo, cuando la violencia se incorporó a estos controles, las bases sociales que previamente mantenían bajo nivel de criminalidad se rompieron, intensificando la crisis de inseguridad.
LA VIOLENCIA COTIDIANA Y SU IMPACTO EMOCIONAL
La violencia ha pasado a formar parte de la vida cotidiana de los sinaloenses, lo que ha tenido efectos devastadores en la salud mental de la población. Homicidios, enfrentamientos, y los narco-mensajes han dejado una huella profunda en la comunidad. La Organización Mundial de la Salud define la salud mental como un estado de bienestar que permite afrontar el estrés, pero en Sinaloa, la inseguridad genera un estado de angustia y ansiedad generalizada.
En un sondeo realizado en Culiacán y Mazatlán, los participantes reportaron un sentimiento de inseguridad generalizada, especialmente en la esfera pública. Aunque se sienten relativamente seguros en sus hogares, la violencia en las calles es percibida como una amenaza constante. Este contexto ha generado un estado emocional marcado por la desesperanza, el miedo y el resentimiento, lo que ha afectado profundamente la dinámica familiar y social.
CAUSAS Y RESPONSABILIDADES DE LA CRISIS
Los residentes de Sinaloa consideran que la falta de gestión por parte del gobierno local ha agravado la crisis de inseguridad. La figura del gobernador es vista como incapaz de gestionar adecuadamente la situación, lo que ha generado enojo y frustración entre la población. Además, los participantes identifican a los tres niveles de gobierno y a la delincuencia organizada como responsables de la crisis, lo que refleja una clara percepción de abandono y desatención por parte de las autoridades.
NECESIDAD DE POLÍTICAS PÚBLICAS PARA LA SALUD MENTAL
El impacto de la crisis de seguridad en Sinaloa sobre la salud mental de los sinaloenses es profundo y requiere una atención urgente. La desesperanza y el enojo generalizado podrían dar paso a nuevas formas de protesta social. Las autoridades deben implementar políticas públicas enfocadas en la salud emocional de la población, tales como servicios de primeros auxilios psicológicos, espacios públicos seguros y diagnósticos frecuentes sobre el estado emocional de la población. De no hacerlo, Sinaloa podría enfrentar epidemias de enfermedades mentales en el futuro cercano.
La creación de una política de salud pública a largo plazo que priorice el bienestar emocional de las generaciones futuras es esencial para garantizar la estabilidad y cohesión social en el estado.
@emeequis