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Sacerdotes combaten al Covid desde los aires y en la #IglesiaDigital

En la era del coronavirus, sacerdotes recurren a Facebook, Youtube o Twitter para hacer llegar su mensaje, pero también se valen de medios poco ortodoxos, como bendecir desde los aires en helicóptero o avioneta.

Por Emequis
5 / 25 / 20

Especial de Sexta W para EMEEQUIS.– La pandemia de Covid-19 que azota a la mayor parte del mundo ha trastocado las rutinas cotidianas de la gente en los últimos meses, y la práctica religiosa, quizá una de las actividades más realizadas en colectivo por la sociedad actual, no ha sido la excepción: ha surgido la #IglesiaDigital. 

Aunque el fenómeno no es nuevo, ya que desde hace décadas los sacerdotes y obispos ofician misa a través de televisión y radio, en México la contingencia sanitaria por la epidemia de coronavirus que se estableció justo semanas antes de la Semana Santa, fecha principal del calendario religioso, provocó que el fenómeno se intensificara: sacerdotes ofician misa vía Facebook, Youtube, párrocos envian mensajes de esperanza por WhatsApp, obispos otorgan bendiciones a sus feligreses desde helicópteros, capillas abren sus cuentas en Facebook o realizan chats de oración vía Zoom.

La iglesia se reinventa tecnológicamente, para enfrentar así su principal desafío en décadas: la total ausencia de feligreses.

Pero el uso de las redes sociales en la emergencia sanitaria ha tomado por sorpresa a la mayoría de integrantes la jerarquía católica mexicana, poco acostumbrada a esa tecnología, y por ser un sector principalmente habituado a la privacidad de sus oficinas y templos. 

Por primera vez en casi un siglo, desde la epidemia de gripe española de la primera década del siglo XX, este año los católicos del mundo, con improvisaciones, vivieron una Semana Santa virtual: en casa. 

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La #IglesiaDigital se ha convertido en un reto para los sacerdotes, porque tan sólo en un mes la oferta religiosa en redes sociales y en la televisión se incrementó, pero se advierte que la utilización de éstas herramientas podría ser un peligro y convertirse en un show que orille a los sacerdotes a buscar más un like o un mayor número de televidentes, que preparar un mensaje litúrgico con lenguaje claro, sobrio, que acompañe a los creyentes en estos momentos difíciles.

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Todo un desafío, como comenta el especialista Elio Masferrer, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, quien considera que la utilización de las redes sociales como una opción para estar en contacto con su comunidad no resulta fácil para la mayoría de los 11 mil 382 sacerdotes y más de 3 mil 291 religiosos que hay en México –según el Anuario Estadístico de la Santa Sede del 2018– porque se encuentran alejados de estas herramientas por una cuestión simple: la edad promedio de los sacerdotes mexicanos actualmente es de 63 años.

Para las personas de esas generaciones, el acceso a la tecnología es visto como un problema, más que como una solución.

Para transmitir las celebraciones de Semana Santa, algunos se vieron obligados abrir sus cuentas en Facebook con ayuda de sus fieles. Mientras las televisoras nacionales se enfocan en difundir lo espectacular: misa en la Basílica de Guadalupe vacía. Además, algunas televisoras locales transmiten las misas de sus obispos, como en los casos de Hipólito Reyes Larios, en Xalapa, y el cardenal Francisco Robles Ortega, de Guadalajara.

El padre Darío Bragado (90 años) durante su recorrido para bendecir desde el aire. Foto: Especial.

Algunos sacerdotes, ante el desconocimiento del manejo de las redes sociales, sobre todo los de mayor edad, han preferido no transmitir las misas. Otros consideran que ya existe mucha oferta en las redes y han declinado aceptar la sugerencia de utilizarlas. 

El fraile dominico de la parroquia de La Candelaria en Tacubaya, Antonio Ramos, de 75 años de edad, es uno de quienes se resiste a la tecnología.

Considera que “en la misa debe estar el pueblo” y si por la emergencia del Covid-19 los fieles no pueden asistir, entonces es mejor no realizar la eucaristía a puerta cerrada, ni transmitirla por redes sociales.

No tiene conocimiento de cómo transmitir las celebraciones vía redes sociales, pero se decidió, para estar activo, por elaborar mensajes de voz un minuto sobre el significado de la Semana Santa, que envió a sus contactos vía WhatsApp.

Otros religiosos, en cambio, han encontrado en las redes el espacio ideal para dirigirse a su feligresía, como el dominico Julián Cruzalta, quien a través de su cuenta de Twitter @juxticia difunde memes religiosos, fragmentos bíblicos, incluso lee pasajes desde sus páginas de Youtube o Facebook, en los que reflexiona sobre la fe, la esperanza, Dios y el presente de la humanidad. 

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La utilización de la tecnología digital, dice, es una oportunidad que no deben desperdiciar los sacerdotes en México, donde existe la tradición generacional de rezar en casa.

Para acompañar a la grey, dice, los curas deben estar preparados y lograr que el mensaje alcance su objetivo a un pueblo que en estos momentos no asiste a templos y vive una experiencia única.

Y en su reconstrucción, esta #IglesiaDigital también busca establecer  pautas. 

El Opus Dei, por ejemplo, en sus “Seis Consejos para vivir bien la Misa online” pide a los fieles no conectarse en pijama o con ropa deportiva, cuidar la escenografía colocando una Cruz o una imagen de la Virgen cerca de la pantalla, actuar como si estuvieran en el templo, levantarse en la lectura del Evangelio y también arrodillarse.

“Una vez más la tecnología viene en nuestra ayuda, aunque es lógico que nos cueste un poco más mantener la atención y la piedad”, dice la congregación, que recomienda escuchar las misas en familia.

Otros religiosos, como el obispo Miguel Alba Díaz, en la Paz, Baja California Sur, solicita a los fieles respetar  la transmisión de  las misas y  “no enviar al hijo por la cerveza o decirle a la mujer que el café está muy frío”. 

BENDICEN… DESDE EL HELICÓPTERO

En la reinvención de las iglesias en esta época de pandemia, cabe de todo.

Algunos jerarcas católicos han sido creativos para hacer sentir a su grey su cercanía en estos momentos, como el arzobispo Francisco Javier  Chavolla, de Toluca, quien acompañado de su obispo auxiliar, Maximino Martínez, en una iniciativa poco común abordó un helicóptero el pasado 26 de marzo y sobrevoló el territorio de la Arquidiócesis, llevando consigo la imagen del Santísimo y otras reliquias, para bendecir desde los aires a todos sus fieles, en un recorrido que se prolongó por una hora.

Otro obispo, Ramón Castro, de Cuernavaca, el Jueves Santo llegó al municipio de Puente de Ixtla para abordar una avioneta y sobrevolar varias zonas de Morelos para dar su bendición. Incluso pidió a los creyentes que se asomaran desde sus casas y que con un espejo viendo hacia el cielo lanzaran destellos en señal de saludo.

 El obispo Ramón Castro durante su vuelo en avioneta. Foto: @Luishechl

El 25 de abril pasado, el obispo Eugenio Lira, de Matamoros, utilizó una avioneta para sobrevolar la zona agrícola de San Fernando, en Tamaulipas, para dar la bendición a los agricultores.

 El obispo Eugenio Lira también sobrevoló en avioneta. Foto: @MonsLira

En la Arquidiócesis de México, el 11 de abril pasado, el canónigo Darío Bragado Rodríguez (90 años de edad), de la Catedral Metropolitana, junto con el sacerdote Juan José Cedeño, sobrevolaron la Ciudad de México para bendecirla, por iniciativa de sus fieles preocupados por la epidemia de Covid-19.

 El padre Darío Bragado bendijo desde el aire.

Sacerdotes con menos recursos económicos, como los que ofician en la diócesis de Xalapa, utilizaron camionetas para recorrer las calles de sus comunidades con la imagen del Santísimo y a través de altavoces dieron la bendición, que fue recibida por las personas que salieron de sus casas o desde sus ventanas pudieron asomarse.

MISA SIN FIELES, RETO PARA SACERDOTES

Sin duda ha sido una de las imágenes más simbólicas de esta pandemia: el Papa Francisco, desde el centro lluvioso y melancólico de una Plaza de San Pedro desierta, lanza al mundo una oración Urbi et Orbi que va dirigida, vía internet, a los feligreses de todo el planeta:

“La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, proyectos, rutinas y prioridades”, dice el Papa a nadie, desde una plaza completamente vacía, en un mensaje que ha superado los más de 35 millones de reproducciones en sus diversos idiomas: (https://www.youtube.com/watch?v=nOlYQB8Twdk)

Pero celebrar misas sin fieles, para los sacerdotes mexicanos también se ha convertido en un reto.

La historia mexicana registra que en la Guerra Cristera, entre 1926 y 1929, fueron cerrados los templos de todos los cultos, pero se realizaban misas clandestinas en casas o distribuían hojas con figuras religiosas, salmos y oraciones.

El obispo auxiliar Alfonso Miranda, de Monterrey, quien oficia misas en la Basílica de la Purísima y las transmite vía Facebook  comenta: “Si la iglesia está completamente vacía, se siente uno raro… se siente vacío, soledad física pero al mismo tiempo se siente que la gente está contigo te acompaña a través de las redes sociales”.

Por ello las celebraciones de Semana Santa, con templos cerrados, han sido un reto: “Es uno de los momentos más hermosos sentimental y emocionalmente de un sacerdote, para mí los momentos más bellos de mi sacerdocio son las misiones de Semana Santa, no te cuesta nada celebrarlos porque todo tiene sentido, es cálido y tienes presencia, todo es emoción y participación: el sentimiento está al máximo. 

Pero hoy fue diferente. “Hoy fue un reto porque no están esas emociones, esa participación entusiasta de la gente, ese colorido, ese pueblo volcado en las calles y sin embargo el reto fue celebrarlo con la misma profundada espiritualidad y devoción ese fue el reto: hoy el Señor me pide un esfuerzo doble para celebrar con todo mi ser, aunque todos los demás complementos como el pueblo no etuvieron presentes”, dice el obispo Miranda.

El religioso Omar Sotelo, de la congregación de los Paulinos, comenta que la vida de la iglesia son sus fieles, “se les extraña”, por lo que transmitir mensajes online es un reto para que la congregación sienta la cercanía de su comunidad.

“PUEDE CONVERTIRSE EN UN SHOW”

Pero hay voces de alerta: el crecimiento de celebraciones en las redes sociales, sin un mensaje con el que los fieles se identifiquen, “puede ser peligroso y convertirse en un show en donde a los obispos y sacerdotes les interese más cuántos likes tienen” considera el analista en religión, Guillermo Gazanini.

La iglesia católica, dice el especialista, “se ha ido más por el espectáculo y en este momento está compitiendo de una forma tal en las redes sociales que los obispos salen tal cual sólo para ver quién los ve y quién da el ancho. No he visto un contenido serio de lo que debe pasar con esto, después no hay las debidas orientaciones, no hay los pronunciamientos para fortalecer el espíritu. Nos hemos ido más por el color que por la sustancia y creo que la Conferencia del Episcopado Mexicano tiene un  papel activo en redes sociales, pero ambiguo en cuanto a orientar a las personas”

Para el Observatorio Eclesial “…es indispensable tener un mensaje relevante qué comunicar y saber cómo comunicarlo de forma atractiva. Hasta ahora, lo que inunda las redes son misas y devocionales que en la vida real ya atraían a cada vez menos gente, y que trasladadas simplemente a las pantallas no se ve por qué tendrían que volverse virales, especialmente entre la juventud, que ha hecho de lo virtual su espacio privilegiado”.

La transmisión de las misas por internet, para el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Alfonso Miranda Guardiola,  era la única opción que se tenía: “no es algo que la iglesia haya hecho por gusto, estamos haciéndolo cuidando la salud del pueblo, evitando los contagios con las medidas estrictas y necesarias”, dice.

No está de acuerdo en que esas transmisiones religiosas se conviertan en un show, porque una vez que se empiecen a quitar las restricciones sanitarias estrictas, y poco a poco se regrese a la normalidad, el pueblo se va a volcar a las iglesias y el sacerdote igual se volcará a confesar, dar misas y hacer todo lo posible con mayor dinamismo: “hoy por hoy lo emblemático, a pesar de la pandemia, son muy elocuentes las imágenes de la gente escuchando la misa y la oración a pesar de la distancia, no se tiene precedentes”, considera. 

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La cuarentena nacional por la epidemia de coronavirus, en todo caso, ha sido un reto para la jerarquía católica: lograr la atención  de sus fieles a través de las redes sociales y mantener su cercanía a través de Youtube, Facebook, Twitter… lo que sea.

Un esfuerzo no superior, si cabe, al que ya han hecho en los últimos años, porque los feligreses católicos en México van disminuyendo, pese a que el país se mantiene como el segundo país, después de Brasil, con el mayor número de fieles en el mundo. 

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