EMEEQUIS.- La violencia en Culiacán está provocando una cadena de cierres y pausas en la operación de negocios, un fenómeno que ha comenzado a afectar gravemente la economía local. La situación, que se ha intensificado tras los eventos violentos de la semana pasada, ha empujado a muchos comerciantes a tomar decisiones drásticas sobre el futuro de sus establecimientos.
Óscar Sánchez Beltrán, presidente de la Unión de Comerciantes de Culiacán (UCC), reveló que más de 30 negocios no han reabierto tras los recientes episodios de inseguridad, una cifra que sigue aumentando con el cierre de empresas importantes en los últimos días.
Según explicó, la crisis de ventas derivada de la violencia ha sido un factor determinante. “Algunos comercios ya estaban a punto de cerrar por la mala racha que ha tenido este año, pero la inseguridad ha acelerado su partida”, apuntó Sánchez Beltrán. No todos los cierres son definitivos; algunos han optado por hacer una pausa en sus actividades, esperando que las condiciones mejoren.
Este tipo de decisiones, según el líder empresarial, afectan especialmente a aquellos negocios operados y administrados directamente por sus dueños, quienes no encuentran las condiciones económicas y de seguridad para seguir adelante. “La mayoría está tomando la decisión de cerrar momentáneamente y reabrir cuando baje la inseguridad“, sostuvo Sánchez Beltrán.
Entre los sectores más golpeados se encuentran los comercios que venden productos no esenciales, como ropa, accesorios y tecnología. Estos rubros dependen en gran medida del flujo de clientes, que ha disminuido drásticamente a raíz de los incidentes violentos.
Por otro lado, los negocios que comercializan alimentos frescos o preparados han registrado una respuesta algo más favorable, aunque sus ventas siguen siendo muy inferiores a lo necesario para mantener su operación de manera sostenible. A pesar de ello, Sánchez Beltrán advirtió que si la percepción de inseguridad entre la población continúa, el impacto podría escalar y en los próximos meses se podrían perder más de 3 mil negocios en toda la ciudad.
Este fenómeno no solo afecta a los pequeños comerciantes. La Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) de Culiacán también ha reportado una preocupante tendencia en el sector de la gastronomía, especialmente en aquellos establecimientos que operan en horarios nocturnos.
CANIRAC CONFIRMA CIERRE DE RESTAURANTES
La presidenta de la Canirac Culiacán, Laura Guzmán Torróntegui, confirmó que al menos 15 restaurantes han tenido que cerrar sus puertas debido a la baja afluencia de clientes y las ventas que apenas llegan al 10% de lo que se esperaría en condiciones normales.
“Tres semanas con ingresos tan bajos no permiten cubrir los gastos operativos: el 33% de lo que se gana se va en insumos, otro 33% en mano de obra, y lo que queda no es suficiente para sostener al personal”, explicó.
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Muchos restauranteros han optado por pausar sus operaciones con la esperanza de que la situación de inseguridad se estabilice.
Sin embargo, Guzmán Torróntegui subrayó que cerrar temporalmente también genera costos elevados. En lugar de esto, sugirió que los empresarios evalúen otras medidas, como reducir el número de mesas, ofrecer un menú más limitado enfocado en los platillos más rentables y evitar gastos innecesarios.
Además, hizo un llamado a la ciudadanía a no propagar información errónea en redes sociales, ya que esto alimenta el pánico colectivo y empeora el entorno comercial.
El panorama económico de Culiacán enfrenta un futuro incierto, donde la inseguridad, la percepción del miedo y la crisis de ventas se entrelazan, amenazando con provocar un colapso en sectores clave de la economía local. Mientras tanto, las autoridades y líderes empresariales buscan alternativas para frenar esta espiral negativa y evitar la pérdida masiva de empleos y comercios.
Con información de El Sol de Sinaloa y El Debate