EMEEQUIS.– “Si nos retiramos nos dan de baja del internado”. Eso le dijeron a cinco estudiantes de medicina del Instituto Politécnico Nacional (IPN) para que no se fueran del Hospital General de Tulancingo, Hidalgo.
Hace unos días, autoridades de la UNAM y del IPN anunciaron que retirarían a sus estudiantes de medicina de los hospitales públicos, luego de advertir que las condiciones de las clínicas ponían en riesgo de contagio a sus alumnos.
Pese a ello, testimonios obtenidos por EMEEQUIS revelan que autoridades hospitalarias están presionando a los internistas de pregrado a trabajar, bajo amenaza de darlos de baja.
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“Los cubrebocas no están disponibles de forma inmediata”, denuncia un estudiante de la UNAM que hacía su internado en una clínica del IMSS. “No nos dan ningún tipo de protección”, señala una alumna del IPN.
De acuerdo a reportes de prensa, el coronavirus ha causado al menos seis muertes en el personal médico y ya suman alrededor de 150 contagios en diversos hospitales del país. En Monclova, Coahuila, y Tlalnepantla, Estado de México, incluso se han reportado contagios comunitarios de personal médico.
LAS PRESIONES
No importó que el IPN anunciara, el pasado 6 de abril, que todos sus estudiantes de medicina del internado rotatorio de pregrado y de enfermería debían retirarse de sus labores de servicio social en el Sector Salud.
“Mi escuela se comunicó con el hospital y aún así no nos dejan ir”, denuncia una estudiante de esa institución, quien prefiere no revelar su nombre, por temor a que las autoridades le cancelen el internado.
La jefa de enseñanza del Hospital General de Tulancingo, dependiente de la Secretaría de Salud local, les ha dicho a estos cinco jóvenes que no se pueden ir, porque si lo hacen, los darán de baja inmediatamente.
Esa es la orden que supuestamente tiene ella de Alejandro Efraín Benítez Herrera, el recientemente nombrado secretario de Salud en Hidalgo, quien tomó el cargo después de que Marco Antonio Escamilla renunciara “por motivos de salud” el 15 de marzo pasado.
“Según nuestra jefa de enseñanza, el secretario de Salud del estado de Hidalgo dijo que si nos íbamos nos dieran de baja inmediatamente”, alerta la estudiante.
Hay cinco estudiantes del IPN que laboran en ese hospital, pero también hay otros 20 de diferentes instituciones. “Los que estamos en los demás servicios estamos cerca, pero no directamente en contacto (con los pacientes de coronavirus), pero no nos dan ningún tipo de protección”, advierte.
En total son 25 internos de pregrado. “En medicina interna son cuatro. No les dan ningún tipo de protección más que el cubrebocas común y están en contacto con neumonías ‘atípicas’”.
El viernes pasado, médicos y enfermeras de ese hospital demandaron a la Secretaría de Salud estatal que se les den los insumos necesarios para hacer frente al COVID-19, de acuerdo con una nota de El Heraldo.
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“Es un riesgo grande, porque no sólo nosotros estamos en riesgo de contagiarnos, sino los demás pacientes internados. Yo por lo menos estoy lejos de mi familia, pero hay compañeros que viven con sus padres y abuelos enfermos que tienen miedo de llevar el virus a sus casas”, denuncia la estudiante.
Los alumnos del Politécnico no se van porque tienen miedo a que les cancelen el internado, que tiene una duración de un año y que ya estaba por terminar para algunos.
Los internos de pregrado realizan actividades de atención médica de los pacientes hospitalizados. Suelen participar, bajo supervisión, en la elaboración de historias clínicas y de procedimientos invasivos de acuerdos a sus competencias.
También son los responsables de tomar estudios urgentes de laboratorio durante las guardias, así como coordinar la programación de análisis ordinarios para los pacientes, según indica la dirección de enseñanza de algunos sitios de Internet gubernamentales, como el del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
LA ORDEN DE RETIRARSE
El pasado lunes 6 de abril la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) decidió retirar a sus alumnos de pregrado en más de 70 sedes del Sector Salud en todo el país. “Desgraciadamente en muchos casos los internos están realizando acciones que no les corresponden sin contar además con la protección y capacitación adecuada”, explicó la máxima casa de estudios en un comunicado.
Antes de que se publicara este documento, el 17 de marzo, el Consejo Técnico de esa Facultad acordó que todos los internos de pregrado fueran retirados de los servicios de urgencias, en la ruta de los pacientes de COVID-19 y de áreas de terapia intensiva. No obstante, “las respuestas de las instituciones de salud fueron diversas y heterogéneas”, dice el texto.
Además, las sedes “no cuentan con equipo de protección suficiente para los internos (…) ante estas condiciones, la Facultad de Medicina toma la decisión de separar a los internos de las sedes clínicas”, explica el comunicado, en el que se indica que esta medida estará vigente por lo menos del 6 hasta el 30 de abril de este año.
Ese mismo día, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) también anunció que todos sus estudiantes de medicina del internado rotatorio de pregrado y de enfermería, que hacen su servicio social en el sector salud, debían retirarse de los nosocomios.
“Como medida de protección y seguridad para nuestros alumnos, a partir del día de hoy y hasta nuevo aviso retira a sus estudiantes de medicina del internado rotatorio de pregrado para capacitarlos, y a sus estudiantes de enfermería que realizan el servicio social en el Sector Salud”, se lee en el comunicado dado a conocer en las redes sociales de esa casa de estudios.
En la conferencia matutina del día siguiente, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, dijo que la medida de precaución tomada por ambas instituciones era “pertinente”.
“Nos parece pertinente que la Universidad Nacional Autónoma de México o en su caso, también el Politécnico Nacional hayan decidido esta medida de precaución en masa, dado que ahorita era muy importante proteger a este personal joven, no tanto por la juventud, sino por el hecho de que están en entrenamiento”, comentó.
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En esa ocasión Gatell hizo hincapié en que no quería que los futuros médicos estuvieran en espacios de atención del virus. “Lo que sí se puede hacer es buscar un reemplazo, una alternativa para que nos puedan apoyar en otras áreas de mucho menor riesgo y liberen personal que hoy está en esas áreas y que se dedique a COVID”.
“¿TIENEN MIEDO?”
“¿Tienen miedo? Todos tenemos miedo pero debemos ocuparnos y no preocuparnos”. Esa fue una de las primeras respuestas a la inquietud de los estudiantes de la Facultad de Medicina de la UNAM frente a si debían o no seguir laborando en los hospitales durante la pandemia, con la escasez de insumos para su protección.
“El país necesita de ustedes, necesita de todos nosotros (…) existe carencia y estamos exigiendo se les den insumos, los reubicamos en sedes para que puedan cumplir con su ciclo académico.
“(…) A lo largo de la carrera enfrentamos pandemias, terremotos, carencias y dificultades, está en sus manos y de todos los que decidimos ser médicos”, contestaba la semana pasada la Secretaría de Enseñanza Clínica, Internado y Servicio Social a la comunidad de medicina de esa facultad. Lo hizo en un post de Facebook que después borró.
Hasta la semana pasada, internos de pregrado de la UNAM seguían operando en varios hospitales del país. Y aunque no todos estaban en contacto directo en áreas donde se atendían pacientes con coronavirus, sí seguían colaborando en otras partes de los hospitales.
“La realidad es diferente”, dice un miembro del internado médico de pregrado de la Facultad de Medicina de la UNAM. Él colabora en El Hospital General de Zona No. 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La realidad es diferente, dice, porque aunque a él no le tocó atender a ninguna persona contagiada de coronavirus, sí le dio atención a pacientes que tenían síntomas de coronavirus en otras áreas del hospital, como ginecología. Para esta labor él tenía un cubrebocas como material de protección.
Sin embargo, menciona que para protegerse con una mascarilla tenía que ir a un área específica a solicitarla. “Los cubrebocas no están disponibles de forma inmediata”, denuncia.
POR 2 MIL 400 PESOS
La realidad es diferente y los hospitales también lo son. Hay unos de dos pisos o más, amplios. Hay otros que son de un piso y que tienen pocas áreas, en las que su personal se mezcla. A veces el personal médico que atiende a pacientes con dolor de cabeza, tos y dificultad para respirar, síntomas del coronavirus, tiene que cruzarse en los pasillos con quienes no están en contacto directo con posibles infectados.
“Muchas personas que contraen el COVID-19 sólo presentan síntomas leves (…) Es posible contagiarse de alguien que, por ejemplo, solamente tenga una tos leve y no se sienta enfermo”, dice la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su página.
Esta organización todavía sigue investigando cuál es el periodo de transmisión de este nuevo virus, que ya ha causado 174 muertes en México y con el que 3,181 personas se han infectado en el territorio mexicano hasta el miércoles. Al día de hoy sigue sin saberse cuál es el tiempo exacto de transmisión.
La realidad es distinta también para quienes tienen un contrato y para quienes no. Este estudiante hace hincapié en que en los hospitales no hay áreas especiales donde los estudiantes internos de pregrado puedan cambiarse la ropa.
Después de acabar su turno, que comienza a las 7 de la mañana y suele extenderse hasta pasadas las 3 de la tarde –una hora fija en la que tendrían que irse por instrucciones de su escuela–, los internos de pregrado salen a la calle con la misma ropa que usaron en el hospital, porque no hay un área designada para cambiarse.
Muchos de los estudiantes de la máxima casa de estudios no se niegan a acudir a los nosocomios, pero piden que se les capacite. También señalan que es necesario contar con las condiciones adecuadas, como seguridad social por parte de la institución en donde laboren y material de protección personal, como cubrebocas y otros aditamentos durante esta emergencia sanitaria.
Ser internista de pregrado es un símil a ser un becario. Las condiciones laborales bajo las que operan estos jóvenes son precarias. No cuentan con algún tipo de seguridad social por parte de las instituciones que los emplean y su sueldo no supera los 2 mil 400 pesos al mes.
CONTAGIOS DE PERSONAL MÉDICO
Hasta el día de hoy se ha reportado que el coronavirus ha causado seis muertes en el personal médico y ya suman 150 contagios en diversas instituciones de salud de todo México.
Enfermeras, enfermeros, médicos y médicas, laboratoristas y personal administrativo se han infectado de este virus. Tan sólo en Coahuila, reportes de prensa señalan que ya suman 76 trabajadores de la Salud con este virus.
En ese estado se encuentra el Hospital 7, del IMSS, en Monclova. Allí han fallecido tres trabajadores de la salud a causa esta nueva cepa de coronavirus para la que todavía no hay vacuna ni tratamiento específico.
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Otros 20 más se contagiaron en la Clínica 72 del IMSS, en Tlalnepantla, Estado de México, según informó el día de ayer Zoé Robledo, titular de ese instituto.
En países donde el brote ya alcanzó su punto más alto, como Italia, más de un centenar de sanitarios han perdido la vida a causa del COVID-19. Ya suman 105 médicas y médicos fallecidos a causa de este virus, según señala una nota de Telemundo.
Al día de hoy, hay 143 mil 626 casos positivos y 18 mil 279 decesos en Italia, según el reporte de la Universidad Johns Hopkins. Ese país es el que encabeza la lista con el mayor número de muertes por coronavirus en todo el mundo.
@vancg_