La meta oficial se antoja demasiado ambiciosa: que las seis refinerías con que cuenta el país, más el aporte de la de Dos Bocas, procesen un millón y medio de barriles de crudo diario para el final del sexenio. Más si tomamos en cuenta que el promedio actual es de 650 mil, es decir, poco más de la tercera parte.
México perdió su gran oportunidad hace poco más de una década, cuando pudo comprar un par de refinerías en el Golfo (en Estados Unidos). Una inversión de entre 300 y 400 millones de dólares le hubiera bastado para ahora importar su propio producto, cuenta Jaime Brito, vicepresidente de Precios y Estrategias de Mercado de Argus Media.
Una palabra con la que definen especialistas el futuro del Sistema Nacional de Refinación es “incertidumbre”. El diagnóstico de analistas sobre las metas trazadas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador de elevar el procesamiento de crudo para la producción de gasolinas, resulta poco alentador en su cumplimiento.
Ramsés Pech, analista del sector energético, apunta que no estamos preparados todavía para que las seis refinerías del país operen a un 90% de su capacidad, como pretende este gobierno, pues hacen falta varios elementos. Así es la visión de los cuatro especialistas que dieron un balance durante el Encuentro Internacional de Energía México 2019.
LAS CIFRAS Y EL ANÁLISIS
El plan que ha sostenido AMLO y ha respaldado la titular de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle, es que, en este sexenio, las seis refinerías (Cadereyta, Madero, Minatitlán, Salina Cruz, Salamanca y Tula), más el aporte de Dos Bocas, procesen casi un millón 500 mil barriles de crudo diarios para la elaboración de combustibles, principalmente de gasolinas, de acuerdo con las últimas prospectivas de petróleo crudo y petrolíferos.
“Es una meta que se antoja un poco difícil, en la actualidad, de acuerdo con el último reporte de Pemex, el Sistema Nacional de Refinación estaba procesando 653 mil barriles…y más aún cuando hace unas semanas la secretaria Rocío Nahle salió a decir que van retrasados”, comentó Marcela Dueñas, gerente de relacionamiento con el mercado de S&P Global Platts.
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En su área de Platts Analytics se piensa que, con la rehabilitación de las refinerías que se llevará a cabo, sí se podrá aumentar la capacidad de procesamiento, pero sólo a 910 mil barriles diarios hasta 2025, es decir a un 56%.
En lo que concierne a uno de los proyectos estrella, que es la refinería Dos Bocas, en Tabasco, se estima que puede entrar con una probabilidad de 45% hasta 2026. Con estas cifras se tiene que la importación de gasolinas seguirá en niveles de en 70 y 80% en el mediano plazo y a lo mucho se podrá disminuir a 50%, dijo la especialista.
¿QUÉ HACE FALTA?
Para que un plan de refinación funcione se debe tener un enfoque global, no sólo es de mantenimientos y rehabilitaciones, o de dinero; si no se tiene la materia prima, es imposible aumentar el procesamiento, indicó Jaime Brito.
“Se tiene que considerar la posibilidad de poder importar crudo ligero, porque desgraciadamente, si las refinerías que tienes actualmente únicamente, dos de ellas pueden destruir el residuo de vacío, y las otras cuatro tienen que procesar crudo como el Olmeca, y ya no tienes de ese tipo de crudo, pero lo tienes que importar, empiezas a poner sobre la mesa otros temas que no tienen que ver con lo técnico o con lo presupuestal, sino con lo ideológico”.
La administración pasada comprendió esto y el año pasado se importó por primera vez crudo ligero en la historia de México. En Estados Unidos, por ejemplo las refinerías tienen la posibilidad de variar su dieta de crudo, pueden elegir entre 20 y 40 tipos para incrementar sus márgenes, no obstante, en nuestro país no se tiene esa flexibilidad.
Jaime Brito también tiene su visión muy particular sobre el proyecto de Dos Bocas, y es que no importa donde se haga una refinería el hecho es que ninguna va a poder producir gasolinas y diesel tan barato como una del Golfo de México.
“Si tú quieres construir una refinería que se va a llevar de aquí al 2026 o 2035, en todo ese tiempo vas a seguir importando productos, cada año vas a importar 20 mil millones de dólares de producto; si lo sumas el plan de la refinación para construir esa nueva refinería, te va a costar 100 mil millones de dólares cada año”.
Esto te da que no tiene mucho sentido construirla. Pero si se habla desde una lógica de un Plan de Desarrollo Regional para producir empleos y detonar la economía de la región, tal vez tenga el perfecto sentido social, coinciden los especialistas.
¿CÓMO LLEGAMOS TAN BAJO?
Por su parte, el director de cuentas de IHS Markit Energy, Erick Sánchez Salas, señaló que hay que entender primero cómo es que estamos un nivel de procesamiento de crudo por debajo de 40% de la capacidad de refinación nacional.
En 2003 fue el año cuando se alcanzó el pico de utilización de las refinarías, de entre 83 y 85%. En 2009 descendió a 72-75% y se mantuvo así hasta 2013, a partir de ahí se registra una caída a lo que se tiene hoy.
Explica que tan solo en el cuarto trimestre de 2018, por lo menos dos refinerías estuvieron fuera de operación (Madero y Minatitlán). Además, ha habido algunos detalles que tienen que ver con incidentes que afectan la operatividad de las plantas.
Los mantenimientos que no se han dado derivan en problemas que se van agravando y resultan en paros no programados, que se van multiplicando: “Hay que entender, para bien, que las refinerías son como una máquina que, estando en óptimas condiciones, al igual que un reloj, funcionan las 24 horas. Cada paro que no está programado impacta en la eficiencia y los costos de Pemex”.
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A manera de conclusión, Marcela Dueñas comentó que, si bien se hacen proyecciones con base en la información dada, las cifras y tendencias, es difícil hablar del futuro del Sistema Nacional de Refinación.
“Las reglas cambian. La anterior administración decía: pues Pemex es una empresa que está muy endeudada, vamos a invertir en lo que sea más rentable, que era exploración y producción, y es por eso que no le pusieron dinero a la refinación. Esta administración piensa lo contrario en soberanía energética y están muy enfocados en que podamos refinar más. Entonces ¿qué va a suceder con nuestro sistema de refinación? la verdad es que no sabemos”.
@ptcervantes