La guerra que Felipe Calderón Hinojosa declaró al narcotráfico, y que continuó su sucesor, Enrique Peña Nieto, no sólo fracasó en materia de seguridad, sino también en lo que fue su eslogan de batalla: “Para que la droga no llegue a tus hijos”.
A la par que se disparaban las cifras de homicidio, desapariciones, tráfico de armas, extorsión, narcomenudeo y otros delitos, el consumo de estupefacientes también aumentó, principalmente entre adolescentes.
Cifras de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017 (Encodat) –la más reciente hasta ahora– revelan que el consumo de sustancias psicoactivas ilegales alguna vez en la vida aumentó más del doble entre los años 2002 y 2016, pasando de 4.1% a 9.9% de la población mexicana.
El consumo creció más rápido entre los adolescentes de 12 a 17 años. En este sector, el porcentaje que ha probado drogas ilícitas aumentó 4.8 veces: de 1.3% a 6.2%. Casi se quintuplicó.
En el mismo periodo, el consumo subió de 5.7% a 14.5% entre los jóvenes de 18 a 34 años, y de 4% a 7% entre los adultos de 35 a 65 años, dejando en claro que las drogas siguen llegando a cualquier persona.
Actualmente hay 8.4 millones de mexicanos que han probado drogas ilegales alguna vez en su vida, como marihuana, cocaína, crack, alucinógenos, heroína o metanfetaminas, entre otras. De este grupo, 889 mil son menores de edad y 4.9 millones tienen entre 18 y 34 años.
EN MUJERES, EL MAYOR AUMENTO
Aunque los consumidores siguen siendo en su mayoría hombres, el consumo de drogas ilícitas ha crecido más rápidamente entre las mujeres de todos los grupos de edad. Y entre las adolescentes, el incremento es brutal.
Mientras que el consumo en hombres de 12 a 17 años aumentó casi tres veces, pasando de 2.3% a 6.6%, en el caso de las mujeres de la misma edad, el consumo se incrementó 19 veces: de 0.3% a 5.8%.
INICIAN CADA VEZ MÁS JÓVENES
Tan pronto asumió el poder en diciembre de 2006, Felipe Calderón dejó en claro cuál sería su estrategia para combatir el crimen organizado: sacar a los militares a las calles y enfrentarlos a balazos.
Se valió de un aliado crucial: Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública, hoy detenido en Estados Unidos acusado de colusión con el narcotráfico.
La estrategia calderonista comenzó a cobrar sus primeras víctimas –“daños colaterales”, diría el ex panista– y la seguridad se deterioraba en diferentes estados del país, sin que el gobierno federal variara un ápice su estrategia de seguridad.
TE RECOMENDAMOS: PLATA Y PLOMO
Había una razón para ello, o al menos eso era lo que el gobierno y el Partido Acción Nacional vendían en sus spots de televisión: “que la droga no llegue a tus hijos”. Esta frase se convirtió en el eslogan de la lucha contra el narcotráfico durante todo el sexenio de Calderón (diciembre de 2006 a noviembre de 2012).
Enrique Peña Nieto llegó luego al poder. El nuevo mandatario enterró el lema de guerra panista, pero en los hechos mantuvo intacta la estrategia de su antecesor mientras las drogas seguían llegando a los hijos de cualquier persona con mayor facilidad que antes del inicio de la guerra contra el narco.
De acuerdo con la Encodat, los consumidores de drogas ilegales inician a edades cada vez más tempranas. En 2002, cuatro años antes de la campaña calderonista, los hombres comenzaban a probar estupefacientes a los 20 años, mientras que en 2016 ya lo hacían poco antes de cumplir 18.
En el caso de las mujeres consumidoras, antes iniciaban entre los 23 y 24 años y ahora lo hacen poco después de cumplir la mayoría de edad.
LA ESTRATEGIA DE AMLO
“Oficialmente ya no hay guerra. Nosotros queremos la paz”, declaró Andrés Manuel López Obrador a dos meses de suceder a Peña Nieto en el poder. Así, en su conferencia del 30 de enero de 2019, el recién llegado mandatario dio por terminada, al menos de palabra, la guerra que inició Felipe Calderón.
En distintas ocasiones el tabasqueño ha criticado la política antidrogas de sus antecesores y se ha pronunciado por impulsar programas para combatir la pobreza y la injusticia social como fórmula para reducir la violencia.
Aunque AMLO aprovecha cada tribuna para pregonar su política de “abrazos y no balazos” y que “no se puede combatir la violencia con más violencia”, en lo hechos creó una Guardia Nacional con elementos del Ejército y la Marina para hacerse cargo de las tareas de seguridad. La corporación no ha sido bien recibida por especialistas y ONG defensoras de derechos humanos al considerar que militariza la vida pública mexicana.
La violencia tampoco cedió. Este 2019 se convirtió en el año más letal del que se tenga registro en México, con 34 mil 582 víctimas de homicidios dolosos.
Apenas en julio del año pasado, AMLO presentó otro de los ejes que conforman el plan antidrogas de su sexenio: la Estrategia Nacional de Prevención de Adicciones “Juntos por la paz”.
TE RECOMENDAMOS: EL BÚNKER DE GARCÍA LUNA
El plan busca reducir el consumo de drogas en la niñez y juventud mexicana, con un enfoque de género, erradicando la perspectiva punitiva de criminalizar al consumidor para atenderlo desde una perspectiva de salud integral, que vaya acompañada de la cultura y el deporte.
Lo que hasta ahora se sabe del plan es que cuenta con cuatro ejes estratégicos: educación, bienestar, cultura y comunicación.
“Se dará a los jóvenes opciones de trabajo, de deporte y de fortalecimiento de la autoestima, para que sean felices sin necesidad de recurrir a las drogas. Nunca más se les dará la espalda, los vamos a abrazar, a proteger para que no se sientan solos, no tengan vacíos y no tomen el camino de las conductas antisociales; para que no apuesten por una felicidad efímera”, expresó el mandatario al presentar la estrategia.
Pasará tiempo para saber si su plan contra las adicciones tendrá éxito o será un rotundo fracaso, al menos hasta que se publiquen los próximos datos de Encodat.
@saulhht