EMEEQUIS.– Son 170 conejos, mil 500 cuyos y más de 45 mil ratones los que serán utilizados por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) con fines científicos.
Se trata de un contrato por 10 millones 700 mil pesos para la adquisición de animales de laboratorio para experimentación que la comisión que dirige el Dr. José Alonso Novelo Baeza firmó con la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), según los registros de Compranet.
El procedimiento se abrió el 25 de febrero de este año, unos días antes de que el gobierno federal, por medio de la Secretaría de Salud, hiciera público el primer contagio en México por Covid-19, la nueva enfermedad que había surgido a finales de diciembre en Wuhan, China, y que desde entonces se preveía que se esparciera por todo el mundo.
El contrato entre entes públicos se consolidó el 9 de marzo, cuando en la conferencia de las 19 horas –que lidera el subsecretario de Prevención y Promoción a la Salud, Hugo López-Gatell– se hablaba de apenas siete casos confirmados en México por coronavirus, todos importados. Los registros públicos asientan que, de 2013 a la fecha, la Cofepris no había otorgado ningún contrato de esta índole.
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“En este momento de fuerte incertidumbre y confusión, hay algo que sabemos con seguridad: la experimentación en animales no solo es poco ética sino también injustificable desde una perspectiva científica”, dijo la organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) por medio de un comunicado un mes más tarde, en abril, cuando la pandemia comenzaba a poner contra la pared a miles de científicos en el mundo que trabajan para encontrar una vacuna o un medicamento que funja como tratamiento para la enfermedad.
Los últimos registros en México indican que hay 124 mil 301 casos confirmados y 14 mil 649 defunciones, y hasta el momento no se ha establecido la efectividad de ningún medicamento para reducir los índices de mortalidad ni el desarrollo de una vacuna eficiente para prevenir más contagios.
SU PECADO: PARECERSE AL SER HUMANO
“Partida 1. Cobayos albinos cepa hartley, que cuente con certificado de calidad, genético, microbiológico, parasitológico. Criados bajo condiciones ambientales controladas (SPF). Machos y hembras solicitados en el intervalo de peso de 200 a 600 gramos, cantidad requerida 1,500 piezas”. Así comienza la primera parte de la descripción del contrato expedido por la Cofepris en marzo pasado.
Regordetes, pelo blanquísimo y abundante, ojos rojizos, tiernos. En internet se les ve comiendo zanahorias, recorriendo túneles, con coronas de flores adornando sus cabezas o portando pecheras para pasear con correa a un lado de sus dueños.
Los cobayos o cuyos son originarios de Sudamérica, se presume que son de raíces peruanas y llevan consigo una penitencia: tienen similitudes biológicas con los humanos, por ello son útiles en muchos campos de la investigación. Así se han ganado un apodo en México y en el mundo, se les llama también “conejillos de indias”.
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Estos conejillos han sido claves en el avance de la medicina a nivel mundial. Antes de usarse en humanos, las vacunas contra la difteria y la tuberculosis se probaron en ellos. Y este 2020 su popularidad está volviendo, pues laboratorios de todo el mundo están usándolos para probar las vacunas experimentales para prevenir la infección del Covid-19.
El laboratorio estadounidense Inovio Pharmaceuticals Inc. reconoció a mediados de mayo que habían testeado vacunas experimentales en cobayos y ratones, uno de los pasos previos antes de arrancar con las pruebas en humanos. Después de los cobayos, dijo Inovio, vendrían pruebas en hurones y monos.
En las partidas dos, tres y cuatro del contrato que firmó Cofepris se solicitan, junto a los cuyos, a ratones albinos: 18 mil 750 de la cepa NIH, machos y hembras mayores de cuatro semanas de edad; 700 ratones albinos cepa CD1 y 26 mil de la cepa BALB-C.
Los Mus musculus, se les describe en revistas científicas, son pequeñísimos y por ende manipulables. Y cargan la misma penitencia de los cuyos, comparten el 95% de los genes con el ser humano; el sistema inmune y nervioso tanto de los ratones como de los humanos es similar.
PETA ha dicho que tan sólo en Estados Unidos cada año son asesinados más de 100 millones de ratones en laboratorios con fines científicos. Se les usa para todo: pruebas de toxicología –“envenenados hasta morir”, denuncia la organización–, se les electrocuta, se les quema, se les mutila y también se les tortura psicológicamente a partir de experimentos que les provocan terror, ansiedad, depresión e impotencia.
“Se les suministra de todo, desde cocaína hasta metanfetaminas. Se les meten tumores cancerígenos y se les inyectan células humanas durante experimentos de manipulación genética”, detalla la organización. Estos animales también están en la lista de candidatos para probar, antes que los humanos, los avances científicos que buscan la cura al coronavirus.
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De orejas larguísimas y de interior rosado, con rostros delgados pero de redondas mejillas, y ojos brillantes, rosas rubíes, la Cofepris estipuló en su quinta y última partida del contrato la compra de 170 conejos albinos raza Nueva Zelanda, sexo indistinto, criados bajo condiciones ambientales controladas.
Estos conejos, también parecidos a los seres humanos, han servido para desarrollar pruebas y medicamentos para enfermedades como la tuberculosis, el cáncer, la difteria, la diabetes y enfermedades del corazón. También son utilizados para probar productos cosméticos.
Descripción de las partidas de animales en Compranet.
LA COFEPRIS Y LA EXPERIMENTACIÓN EN ANIMALES
La Cofepris tiene dentro de su estructura a la Comisión de Control Analítico y Ampliación de Cobertura (CCAYAC), el Laboratorio Nacional de Referencia que comanda la Dra. Armida Zúñiga Estrada, que es el área que analiza los medicamentos y vacunas cuyo uso se aprueba en México.
CCAYAC, además de realizar el análisis de alimentos y antibióticos, cuenta con áreas de estudios de estupefacientes, sustancias tóxicas, productos de belleza y control de productos biológicos, también produce sus propios animales de laboratorio.
EMEEQUIS solicitó entrevista con la Cofepris para conocer la motivación de invertir más de 10 millones de pesos en la adquisición de animales de laboratorio con fines de experimentación, en medio de la emergencia sanitaria, sin que hasta el momento haya dado respuesta.
AVANCE EN LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES
En México está activa la Norma Oficial Mexicana 062-ZOO-1999 sobre las “Especificaciones técnicas para la producción, cuidado y uso de los animales de laboratorio”, que marca la posibilidad de que en México se usen ratas, ratones, hámsters, cuyos, conejos, perros, gatos, porcinos y primates no humanos para experimentación.
Sin embargo, en México y en el mundo se ha levantado la voz para evitar la experimentación en animales no humanos por considerar que se atenta contra sus derechos y su integridad.
Apenas en marzo pasado, el Senado de la República aprobó por unanimidad, con 72 votos a favor, la propuesta del senador de Morena, Ricardo Monreal, de prohibir el uso de animales vivos en la producción, investigación, fabricación y desarrollo de cosméticos, en la cual se estableció buscar la protección y la integridad de los animales.
Esta propuesta está basada en la Declaración Universal de los Derechos de los Animales de la UNESCO que establece que ningún animal debe ser sometido a malos tratos ni actos crueles y que se deben priorizar el desarrollo de técnicas alternativas a la experimentación animal.
Fechas y costo del contrato en Compranet.
EL COVID PONE A PRUEBA EL VALOR DE LA VIDA DE ANIMALES
De acuerdo con la revista Science, cada semana la Organización Mundial de la Salud (OMS) reúne decenas de científicos y especialistas que trabajan con animales de laboratorio, incluidos ratones, hurones y monos que exponen los avances que han tenido en el camino a encontrar la cura o una vacuna para combatir el Covid-19.
Especialistas de la Universidad de Hong Kong, por ejemplo, infectaron recientemente a ocho hámsters sirios, mientras que los Laboratorios Rocky Mountain de Estados Unidos han probado sus avances en monos.
Pese a esto, PETA ha dicho que hay también un grupo de científicos que trabajan en pro de encontrar tratamientos y vacunas contra la Covid-19 sin experimentar con animales. Hablan de los modelos tridimensionales reconstruidos de tejido respiratorio humano, otros que como los científicos de India que apostaron por métodos de simulación avanzada en computadora y de investigadores en Inglaterra que están haciendo crecer el virus en células “para lograr una mayor comprensión de la forma en que se propaga y causa la enfermedad”, así como otros esfuerzos en Inglaterra y China de probar directamente los descubrimientos en humanos voluntarios.
Hasta el momento, las autoridades mexicanas no han detallado qué tipo de experimentos están realizando para avanzar en la búsqueda de un medicamento o vacuna que sea funcional para el coronavirus. Mientras tanto, miles de ratones, conejos y cuyos están llegando a las oficinas de la Cofepris para fungir como material de experimentación, hasta ahora, desconocida.
@alecrail