EMEEQUIS.– El 20 de septiembre de 2017, dos ingenieros y un arquitecto encontraron daños superficiales y estructurales en el Hospital General de Zona No. 32 de la Ciudad de México. Un día antes había ocurrido un sismo de magnitud 7.1 grados con consecuencias desastrosas para la Ciudad de México, Puebla y Morelos.
En su dictamen, los ingenieros Rodolfo Rosas Herrera y Rubén Romero Villanueva, junto con el arquitecto Juan Antonio Santoy Montiel, declararon haber encontrado desprendimientos en los acabados del hospital, así como en plafones de tablaroca, muros con recubrimiento, azulejo y cristales rotos.
Pero lo que realmente preocupaba eran los daños estructurales: “En la escalera principal se observaron fisuras y desprendimiento de los soportes metálicos (lo cual impide su utilización), las escaleras de emergencia no sufrieron daños pero necesitan mantenimiento en las placas de descanso para su correcto funcionamiento”.
Lo que realmente preocupaba del HGZ 32 eran los daños estructurales (acta de daños).
Imágenes del HGZ 32 tras el sismo de 2017.
El reporte fotográfico muestra grietas en las paredes, huecos en los techos, fisuras en muros, columnas y trabes, acabados de los pasillos hechos trizas, una trabe comprimiendo un anaquel en la zona de bodega y otros muros con líneas en forma de equis, el síntoma de un daño estructural.
En opinión del especialista que estuvo en el recorrido –se lee en el dictamen– se pueden ocupar las áreas que no requieran el uso de la escalera afectada, las cuales son las de urgencias y quirófano. “La torre hospitalaria está evacuada y se podrá utilizar hasta que se rehabiliten las escaleras de emergencia y elevadores”.
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Aquel dictamen sirvió para catalogar al hospital “Mario Madrazo Navarro” de Villa Coapa como uno de los seis hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) con daños considerados graves de un total de 17 repartidos en donde el sismo del 19 de septiembre dejó más daños: Ciudad de México, Morelos y Puebla.
De esos seis hospitales considerados en estado grave, el HGZ No. 32 es el único que volvió a la vida este 2020 en medio de la emergencia sanitaria por Covid-19.
Otros, como el Centro Médico Nacional La Raza y el Centro Médico Nacional Siglo XXI, también en el listado de 2017, aunque restaurados de los daños menores, hicieron recordar a sus trabajadores la vulnerabilidad.
“Es como cuando uno se fractura, aunque uno se recupere, nunca terminas de sentirte seguro”, dice el Ing. Tomás de la Cruz, encargado del servicio de inhaloterapia en La Raza.
DE LAS RUINAS A HOSPITAL COVID-19
En abril pasado, Zoé Robledo, titular del IMSS, presentó el Plan de Preparación y Respuesta Institucional COVID-19, que tenía como finalidad la reorganización de la infraestructura hospitalaria, el equipo médico y el personal de salud para combatir la Covid.
Se le vio entonces junto con el presidente Andrés Manuel López Obrador recorriendo los pasillos del HGZ No. 32 que, se presumía, volvía a operar desde aquel fatídico 19 de septiembre, ahora para atender la emergencia sanitaria.
López Obrador en abril pasado durante el recorrido que hizo al HGZ 32. Foto: lopezobrador.org.mx
No se habló de los viejos daños del hospital que, pese a la inversión para la reconstrucción, no había sido terminado en su totalidad y que según la base de datos disponible en la página Fuerza México, en los detalles de daños se lee: “Daño grave en escalera, requiere demolición y restitución. Daños en elevadores, acabados y fachadas del inmueble”. Con un cálculo para las obras de 200 millones de pesos.
En octubre de 2018, se reportó un avance del 68% en el desarrollo de las obras, la mayoría superficiales, pero quedaba pendiente la extracción de corazones de concreto y la demolición de la escalera de emergencia.
“Nos sorprendió volver al hospital en medio de la contingencia porque llevaba años, desde el sismo, inhabilitado. A nosotros nos reubicaron en ese entonces. Ahora con el Covid nos pidieron presentarnos aquí”, cuenta Rosy, 28 años, enfermera del HGZ No. 32.
Se instauraron así 50 camas en la planta baja y 20 camas más en el primer piso. Antes, este hospital tenía un total de 206 camas para los pacientes que requirieran ser internados. El mismo IMSS reconoció en un comunicado que había permanecido inhabilitado desde el sismo de 2017, pero que se realizó recientemente, aparentemente de forma exprés, un proyecto de reforzamiento de la infraestructura, de las columnas perimetrales, de escaleras para evitar su movimiento y la remodelación de todas las áreas hospitalarias.
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En la nota “Personal de clínica 32 del IMSS teme derrumbe”, la reportera Diana Lastiri señala haber tenido acceso a un dictamen de seguridad estructural emitido el pasado 24 de marzo en el que se avala que el edificio es habitable y no presenta riesgos. Mientras que el periodista Samuel Adam reportó en mayo pasado que una auditoría interna, realizada entre octubre y diciembre de 2019, detectó un sobrecosto de 141 millones de pesos que no estuvo ni autorizado ni justificado y que la obra sigue inconclusa.
Ante la falta de información pública actualizada sobre las condiciones del inmueble, EMEEQUIS consultó a personal del hospital, quienes dijeron sentirse inquietos ante el desconocimiento del estatus de las remodelaciones. Este medio también pidió una versión oficial del IMSS, sin que hasta el momento se haya dado respuesta.
“EN ESTE SISMO SÍ NOS TEMBLARON LAS PIERNAS”
Tomás de la Cruz tiene 28 años trabajando para el IMSS, los últimos años en el Centro Médico Nacional La Raza; es especialista en inhaloterapia y en estos momentos brinda soporte técnico a los ventiladores que suplen la respiración de los pacientes con Covid-19. Este hospital también se volvió centro Covid en la emergencia sanitaria.
Estaba en el último piso recogiendo equipos que servirían para darles la oxigenación necesaria a pacientes de coronavirus, cuando escuchó la alerta sísmica a lo lejos. Bajó entonces dos pisos, junto con sus compañeros, a un área más segura.
Parado frente a los elevadores vio a médicos, enfermeras y pacientes armados con cubrebocas y caretas esperar al fin del sismo junto a él. Vio cómo la señora que estaba frente a él se empezó a tambalear de un lado a otro y cómo aquellos que seguían caminando con normalidad comenzaron a perder el equilibrio. ¡Crack! Un crujido en todo el edificio provocó que todos se agitaran. Gritos. “¡Calma, calma!”. La gente comenzó a abrazarse entre sí, entre el miedo y la falta de estabilidad en ese suelo.
“¡Cuál sana distancia! Somos humanos. Después de 15 sismos en este hospital, te lo digo, es el único que ha hecho que se me doblen las piernas”, dice.
En otro pasillo, uno de sus compañeros grababa otro video. Las paredes parecía que ondeaban, como si fuera una larga s en movimiento. “Grabó ahí porque ahí fue una de las zonas de daños en el sismo de 2017”, cuenta.
Los registros muestran que se visitaron cuatro áreas del hospital entre el 21 y el 22 de septiembre de 2017. Daños en plafones, acabados, rieles del cubo de elevadores, losetas e instalaciones, desprendimientos de fachadas y acabados, grietas en muros divisorios y daños en la cancelería de la fachada principal. En total, a octubre de 2018 se calculaba un gasto por 12 millones 500 mil pesos para la restauración que ya fue completada.
“Sí se hicieron las mejoras, pero es como cuando uno se fractura: aunque uno se recupere, nunca terminas de sentirte seguro, nunca vuelves a estar del todo bien”.
EL SIGLO XXI TAMBIÉN GUARDA HERIDAS
Las áreas de especialidades, cardiología, oncología y pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI, que hoy es un hospital Covid, también guardan entre sus muros rastros del sismo de 2017.
Los registros de la plataforma Fuerza México muestran daños en el puente voluntariado del IMSS, en acabados, pisos de entrada y agrietamientos en muros secundarios, más daños secundarios en otro puente y en el cuarto de máquinas. El costo estipulado hasta octubre de 2018 fue de 6.5 millones de pesos para la restauración.
La empresa Constructora Germer, S.A. de C.V. fue la encargada del proyecto, una vieja contratista del IMSS que obtuvo más de 4 mil millones de pesos de contratos en el sexenio de Felipe Calderón, cuando Juan Francisco Molinar Horcasitas –ya fallecido– era el titular del Instituto.
LOS HOSPITALES PERDIDOS TRAS EL 19S
Además del Hospital General de Zona No. 32, hay otros tres hospitales –que sumaban 739 camas para enfermos– y dos Unidades Médicas Familiares del IMSS cuyos dictámenes arrojaron que su estado era grave tras el sismo de 2017. Ninguno, salvo el 32, volvió a operar desde entonces.
El Hospital General Regional (HGR) No. 25 Zaragoza, Iztapalapa, según dos dictámenes de 2017, no presenta daños estructurales, sólo afectaciones en los acabados y en los muros divisorios.
Aspectos del Hospital Ignacio Zaragoza en Iztapalapa (2017).
Sin embargo se desalojó y apenas el 29 de enero de este año el IMSS de Zoé Robledo firmó un convenio con la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) para su demolición por considerar que tiene “daños estructurales irreversibles”.
En este hospital laboraban 225 médicos y 431 enfermeras, se otorgaban 11 mil consultas de especialidad, 9 mil de urgencias y 750 intervenciones quirúrgicas cada año.
Para el Hospital General de Zona 7 en Cuautla, Morelos, se recomendó un dictamen profundo para determinar el daño en la estructura, que fue visible en la visita rápida tras el sismo. Las fotos muestran grietas, muros caídos y pisos agrietados. Hasta octubre de 2018 se reportaba apenas un 6% en el avance de las obras para su recuperación. Hasta el momento sigue olvidado.
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Lo mismo ocurre con el Hospital General Regional 36 “San Alejandro”, en Puebla, cuyas actividades fueron absorbidas por el HGZ No. 20, aumentando así los servicios en urgencias y mayor demanda. Aunque no se detectó daño estructural, pero sí daños secundarios severos, no se ha restaurado.
Imágenes del Hospital San Alejandro en Puebla (2017).
En una situación similar están la Unidad de Medicina Familiar 21 Francisco del Paso en la CDMX y la Unidad de Medicina Familiar 32 en Puebla.
De acuerdo con la información presentada por el Dr. Felipe Cruz Vega,
jefe de División de Proyectos Especiales del IMSS, en la conferencia vespertina sobre Covid, el sismo del 23 de junio de 2020 sólo dejó daños en la Unidad Médica Rural de San Juan Ozolotepec en Oaxaca, dejándola inhabilitada casi en su totalidad, sólo apta para brindar consultas externas.
Si hubiesen sido reparados a tiempo, estos cinco centros de atención médica podrían contribuir a la batalla diaria contra el coronavirus, en un país donde la demanda de servicios médicos obligó a pagar por la transformación del Autódromo Hermanos Rodríguez y al Centro Citibanamex como centros de recepción de enfermos por Covid.
@AleCrail