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Adriana Dávila y Jorge Romero disputan la dirigencia del PAN entre pugnas y divisiones.
EMEEQUIS.– Una nueva presidenta o presidente de partido asumirá hoy las riendas del PAN, en medio de una pugna interna entre simpatizantes de Ricardo Anaya y Marko Cortés y calderonistas. Asumirá un partido con algunos de los peores resultados electorales de su historia, con una serie de derrotas en el Congreso, las urnas y la agenda pública.
Según el Instituto Nacional Electoral (INE), el PAN cuenta con 277,665 afiliaciones, irónicamente, el más bajo de todos los partidos políticos registrados a nivel federal, pese a ser la primera fuerza política de oposición.
Los dos perfiles que compiten por el puesto son Adriana Dávila y Jorge Romero. Dávila tiene una amplia experiencia política, así como un sólido perfil en comunicación, al haber sido reportera y encargada de comunicación política varios años, pasando por El Universal, la Cámara de Diputados y la CONAGUA. Su corte político está relacionado con Felipe Calderón, ya que fue coordinadora de precampaña del expresidente en Tlaxcala.
Romero está relacionado con dos círculos dominantes dentro del PAN: el de la Benito Juárez, al que pertenecen personajes como Santiago Taboada y Christian Von Roehrich, relacionados con investigaciones inmobiliarias, aunque el primero mencionó en los debates por la Ciudad de México que está limpio y retó a presentar pruebas en su contra.
Al mismo tiempo, es el gallo de la actual dirigencia del PAN a cargo de Marko Cortés, que ha estado en el poder desde que Ricardo Anaya y su grupo tomaran el control de Acción Nacional meses antes de que Andrés Manuel López Obrador ganara la presidencia de la República.
CÓMO ESTARÁ LA VOTACIÓN
Para este tenso proceso interno se abrieron 136 centros para el voto de los militantes que iniciaron a las 10 de la mañana a emitir sus sufragios.
El proceso puso a disposición de los participantes 354 mesas receptoras en distintos estados del país, como Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, CDMX, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas.
“Esta campaña no se trató de una persona, se trató de ti, de cómo tú te imaginas al PAN y de los cambios que tenemos que hacer juntas y juntos, sin nos unimos y nos ponemos de acuerdo, podemos hacer un PAN renovado y renovados, ser un PAN ganador, que sea una alternativa y que le sirva a México”, dijo Romero en uno de sus últimos videos de campaña.
En otro mensaje, anclado a sus perfiles de redes sociales, también lanzó un mensaje a la militancia: “Es el momento de dar el último paso, de fortalecer nuestra causa, de demostrar que juntas y juntos somos invencibles, la fuerza de Acción Nacional está en cada uno de ustedes, en su convicción, en su compromiso”.
Mientras que Dávila, hace casi 10 días, dijo en un video que “me preguntaron si yo me sentía orgullosa de las dirigencias de Acción Nacional, y mi respuesta fue por supuesto que no, no me siento orgullosa de las dirigencias de los cuates y las cuatas, no me siento orgullosa de las dirigencias que otorgan candidaturas sentados en un café, no me siento orgullosa de las dirigencias que emiten comunicados donde evidencian corrupción”.
A las 5 de la tarde cerrarán los centros de votación y será hasta las 10 de la noche que se den los resultados de la contienda.
EL MAR DE ESCÁNDALOS DE MARKO CORTÉS
Durante 2024, el electorado presenció dos historias de política con espíritus contrarios. Por un lado, el fortalecimiento y la suma de activos de Morena y sus aliados rumbo a la victoria el pasado 2 de junio, con el ascenso de la actual presidenta en funciones, Claudia Sheinbaum Pardo. Un festival que aunque tuvo peleas internas, logró cerrar filas y arrebatar todavía más poder del que ya habían ganado en 2018. La otra historia, la del PAN, fue una crónica de pérdida de activos políticos y una suma de escándalos encabezados por su actual dirigente, Marko Cortés.
El primero de la campaña fue cuando Cortés le reclamó al gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, la deslealtad del reparto de notarías y otros puestos públicos cuando se ganó el estado, admitiendo explícitamente algo que había negado antes: el reparto de botines políticos por conveniencias, y no por méritos profesionales. Esto ocurrió el 9 de enero, recién iniciado el año.
El segundo tuvo que ver con los fallos internos que lanzaron al ruedo a Xóchitl Gálvez a la competencia por la presidencia de la República, cosa que se repitió en otros lados del país con candidatos como Santiago Taboada en la Ciudad de México y en Veracruz con José Francisco Yunes Zorrilla. La candidata perdió por casi 30 puntos, pese a que el aparato panista publicó varias encuestas que la ponían a la cabeza.
Luego, el propio Marko Cortés fue acusado por Gálvez de violencia durante la campaña, teniendo como acto más representativo haberla reprendido el día de la elección por llamar a Claudia Sheinbaum para admitir la derrota en las urnas.
Las derrotas siguieron con las peleas públicas que Cortés tuvo con figuras como Felipe Calderón y Javier Lozano, entre otros, y posteriormente la traición a su bancada por parte de Miguel Ángel Yunes Márquez, quien se unió al oficialismo para votar a favor de la Reforma al Poder Judicial.
@emeequis
