EMEEQUIS.– Una extraña fortuna ha terminado por fusionar la suerte del Instituto Nacional Electoral (INE) con el destino político del senador Ricardo Monreal, y de su relación con Morena y con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Y ha sido el propio AMLO el artífice de la impensable ironía, pues su Plan B de Reforma Electoral ha terminado en la cancha del zacatecano, quien la ha sometido a una fase de “congelamiento”.
El paquete de reformas a leyes secundarias, que fue aprobado la madrugada del miércoles por la Cámara de Diputados, en una sesión plagada de irregularidades de procedimiento legislativo e impuesta por la aplanadora obradorista, ha detenido así su acelerada carrera, al menos por un instante.
Desde un principio, el coordinador morenista en el Senado, Ricardo Monreal Ávila, advirtió que los proyectos serían procesados dentro de la legalidad y cumpliendo la ruta legislativa, a pesar de la premura del gobierno:
“El Senado actuará con serenidad y buen juicio, será una discusión racional, inteligente; vamos a cuidar el procedimiento legal, el procedimiento ordinario, no habrá vía rápida. Vamos a procurar que sean escuchados todos los grupos parlamentarios”.
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Y esta mañana, al ser recibidas en el Senado, Monreal comentó en su cuenta de Twitter: “Recibimos la minutas en materia electoral; se turnarán en las comisiones competentes, de conformidad con el reglamento. Es menester que las y los senadores, dispongan del tiempo suficiente para su análisis exhaustivo”.
El senador dijo que le “preocupan” varios puntos, como la desaparición de las juntas distritales del INE y el establecimiento del requisito de que los legisladores federales que busquen ser reelectos, tengan que desempeñar su cargo hasta la fecha de inicio de las campañas.
El bloque de contención, formado por PAN, MC, PRI, PRD y el Grupo Plural, adelantó que no respaldará la aprobación de ningún periodo extraordinario, y se pronunció por que el dichoso “Plan B” sea discutido hasta el siguiente periodo de sesiones, que comienza en febrero.
Y es que el actual periodo ordinario de sesiones termina el 15 de diciembre, sólo le resta una semana.
Persisten las dudas todavía de que Monreal ceda a las presiones de Palacio y saque del refrigerador el Plan B para votarlo antes del cierre del periodo ordinario.
Mientras tanto, Ignacio Mier reconocía errores en la minuta.
¿“ADIÓS, QUE TE VAYA BIEN”?
Las circunstancias han puesto a Ricardo Monreal frente a una de las mayores encrucijadas de su trayectoria política: puede convertirse en el héroe que salvó al INE o en el hijo pródigo que obediente retorna bajo la potestad de AMLO.
El distanciamiento con el tabasqueño comenzó en la elección de 2021, en la que se le imputa haber apoyado la candidatura de la opositora Sandra Cuevas a la alcaldía capitalina de Cuauhtémoc. Desde entonces se cancelaron los desayunos, los encuentros, las llamadas, con el presidente de la República. Y, desde luego, la exclusión del zacatecano de las listas de aspirantes a la candidatura de Morena a la presidencia en 2024.
Comenzó así un acoso a Monreal en redes por parte de las huestes morenistas, y la embestida contra el círculo de cercanos, cuyo mayor registro se dio a principios de año con el encarcelamiento de su secretario técnico en la Junta de Coordinación Política (Jucopo), José Manuel del Río Virgen, bajo operación del gobernador morenista de Veracruz, Cuitláhuac García.
Fue entonces cuando Adán Augusto López, secretario de Gobernación, entró al Senado a tomar por fuerza las riendas del grupo parlamentario.
Después vino el turno de Monreal, donde se impuso en la disputa por el nombramiento del presidente de la Mesa Directiva de la cámara alta, con la designación de Alejandro Armenta, un capítulo en el que el zacatecano resultó votado, sin haber sido postulado, por morenistas y opositores, fortaleciendo así su liderazgo.
A partir de entonces se recrudecieron los rechazos de Palacio, y los insultos contra Monreal en redes digitales. Hasta que llegaron las rechiflas y abucheos, por parte de morenistas, en los eventos donde se presenta.
Monreal, por su parte, ha capitalizado los rechazos fortaleciendo su liderazgo en el Senado, y ampliando sus posibilidades, al punto que anunció que si en 2024 no lo postulaba Morena, podría buscar la nominación en Va por México.
Fue entonces cuando AMLO le abrió la puerta, apenas la semana pasada, el lunes 28 de noviembre. El tabasqueño insistió en su decisión de que el candidato de Morena a sucederlo será electo por encuestas, y que si los resultados de dichos sondeos son descalificados por alguno de los participantes, “los ciudadanos” le dirán: “¡que te vaya bien!”.
Pero en Va por México, Monreal también tiene presiones. Su antiguo amigo, el exsecretario de Gobernación y actual senador por el PRI, Miguel Ángel Osorio Chong, instó ayer al exgobernador de Zacatecas: “Lo que tiene qué definir él es que lo que ha venido expresando, lo va a reflejar en un voto por las libertades, por la democracia del país. De manera personal le hago un llamado personal a Ricardo Monreal, y a las y los senadores de Morena, a que voten por las y los mexicanos que nos van a estar escuchando. Que voten en contra, más allá de una definición personal, política de Ricardo Monreal, que sea congruente en su voto por la democracia del país”.
“NO ES FRUTO DEL CONSENSO, SINO DE LA IMPOSICIÓN”: MURAYAMA
Por su parte, el consejero electoral Ciro Murayama comentó en su cuenta de Twitter que la aprobación del Plan B de AMLO en la Cámara de Diputados, consistente en reformas a leyes secundarias para reducir las capacidades presupuestales, técnicas y legales del Instituto Nacional Electoral (INE) y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), no tiene precedentes en cuanto a ausencia de consenso.
Consideró que se trata del avance de una “embestida autoritaria contra elecciones limpias”, y argumentó: “Nunca había ocurrido que se cambiara la ley electoral así: con prisa, sin debate, sin conocer qué votan, sin opiniones técnicas, sin diálogo. Es la primera reforma electoral que surge del poder y no como reclamo opositor. No es fruto del consenso, sino una imposición”.
Agregó: “Las reformas democráticas se hicieron para resolver problemas políticos. Hoy es al revés: tenemos elecciones limpias y genuinas, pero la reforma del gobierno daña al sistema electoral. México se debate entre autoritarismo y democracia. Esta reforma es un retroceso autoritario”.
Mientras tanto, Ignacio Mier, coordinador de la bancada morenista en San Lázaro, reconoció que hay un error en la minuta enviada al Senado, pues hay renglones que contradicen la Constitución y deberán ser corregidos. “Fue una reserva que quedó, no la habíamos originalmente propuesto, no quisimos solicitar a la Secretaría de Servicios Administrativos y la Mesa Directiva que se hiciera la corrección, sino asumirlo y anunciar, que, por lo que hace específicamente al artículo 15, fracción cuarta, hay dos renglones de este cuarto párrafo que no debieron haber aparecido y que, sin embargo, fueron votados. Que se agregó al 3 por ciento de la votación nacional, en términos reales, no para efectos de comunicación, o haber ganado el 16 por ciento de los estados”.
@emeequis
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