EMEEQUIS.– Durante estos meses, Coahuila vivió esta batalla como uno de los últimos dos bastiones del PRI. Y los dos punteros que llegan al día de las elecciones no se han dado tregua: Armando Guadiana de Morena y Manolo Jiménez de Va por México (PAN-PRI-PRD) se han disputado las preferencias de la ciudadanía.
Los pleitos empezaron desde la misma línea de meta. En diciembre de 2022, encuestas como la de FactoMétrica daban la ventaja al virtual candidato Guadiana, un hombre apasionado de los toros, los gallos y la industria del carbón (los números lo posicionaban con un 44.9% contra 34% para Jiménez).
El 5 de enero, Guadiana formalizó su candidatura en un video con Mario Delgado, donde aseguró que se establecería la 4T en el estado “y que cambiemos definitivamente después de noventa y tantos años, porque no hay mal que dure 100 años ni coahuilense que los aguante”.
Guadiana había empezado su campaña con reclamos dentro de los aliados de Morena, ya que Ricardo Mejía Berdeja, subsecretario de Seguridad del estado, reclamó que la encuesta interna del partido estuvo amañada: “Quiero descalificar tajantemente esos resultados porque, de entrada, tengo severas dudas sobre la manera en cómo se levantaron (los votos)”, acusó.
Para enero, Guadiana recibió más fuego amigo, ya que morenistas (simpatizantes de Mejía Berdeja) pidieron que el partido reconsiderara el candidato. Este fue el punto de inflexión que provocó un descenso de Guadiana en las encuestas. Febrero también fue marcado por los reclamos de Mario Delgado contra las autoridades electorales por ordenar quitar los espectaculares de Guadiana y no los de Manolo Jiménez.
Sin embargo, la aventura de Guadiana siguió, ahora sí, con enemigos fuera de su partido.
En un mitin el 12 de marzo, Jiménez dijo que formaba parte de los coahuilenses “que estamos dispuestos a darlo todo para defender a nuestro estado de aquellos que quieren venir a transformarlo en un estado fallido”.
También en febrero, el coordinador de campaña de Guadiana, Luis Fernando Salazar, abandonó el equipo del candidato. El también ex diputado dijo en entrevista con el medio local RCG que había hablado tranquilamente con Guadiana, a quien le dijo: “¿Sabes qué?, que yo tengo una visión de campaña que no es aceptada por el equipo”.
Mientras esto ocurría, el ascenso de Manolo Jiménez era innegable: el 21 de febrero, un sondeo de De las Heras lo colocó en el 48% de las preferencias electorales, dejando a Guadiana en un tímido 30%. Una diferencia que encendió las alarmas al interior del partido del presidente.
A principios de abril, Manolo Jiménez ya aprovechaba esta ventaja y señalaba a Morena como un partido emisario de la violencia: “Por ningún motivo vamos a permitir que nos vengan a transformar nuestro Coahuila en una entidad violenta”, dijo en uno de sus eventos de campaña.
LOS DOS DEBATES EN COAHUILA, ENTRE SEÑALAMIENTOS
La guerra se intensificó en el primer debate entre candidatos, el 17 de abril, en un intercambio de declaraciones que no sólo se limitó a los punteros. Fue el momento que Ricardo Mejía, ahora candidato del PT, aprovechó el momento para llamar a Guadiana candidato “impuesto” y acusar a Jiménez de ser parte del “moreirato”. El morenista le reclamó a Mejía por no haber aceptado su candidatura y señaló al candidato de Va por México por representar una larga continuidad de administraciones priístas que han cometido actos de corrupción.
Esa noche también destacó por las esquivas respuestas de Manolo Jiménez a los cuestionamientos de la periodista Sandra Romandía, quien señaló que el abanderado del PRI-PAN-PRD había otorgado contratos de construcción a su familia cuando fue alcalde de Saltillo.
Aunque el momento que trascendió en redes sociales y en los encabezados de la prensa fue cuando el candidato Guadiana pidió ir al baño, diciendo que dejaría su sombrero para “apartar su lugar”.
También trascendió que Mejía acusó al titular de la Agencia de Investigación Criminal, Federico Fernández, de espionaje. Señaló que el mismo funcionario, perteneciente al gobierno de José María Fraustro Siller del PRI, se jactaba de haberle intervenido los teléfonos y de “que ya sabe cómo me muevo y que está coordinándose con el titular de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) para hacerme una ‘sorpresa’”.
El tiempo transcurrió camino al segundo debate, y Jiménez sostuvo su ventaja. Esa noche, Mejía Berdeja bombardeó a Manolo Jiménez con acusaciones de fallas de seguridad cuando el aliancista gobernó en Saltillo, así como por hacer del municipio el primer lugar a nivel mundial de suicidios en jóvenes, así como el aumento en el uso de cristal.
Guadiana presumió que votó a favor de la Guardia Nacional, a lo que Lenin Pérez, candidato del PVEM, le reclamó que “en cinco años le hemos pagado ocho millones de pesos (refiriéndose a cuando el morenista era senador). Ha tenido tres iniciativas y tres intervenciones, ojalá que cuando regrese al Senado haga conciencia de la necesidad de pelear por los recursos de seguridad y de tantos subsidios que se le han quitado a los estados y a los municipios para defender la paz y la tranquilidad de los coahuilenses”.
RECTA FINAL, LA LAS DECLINACIONES A FAVOR DE GUADIANA
Con Manolo Jiménez a la cabeza de las encuestas, la maquinaria morenista encabezada por Mario Delgado llamó a los aliados de Morena en otras ocasiones, el Verde y el PT, a dejar el paso libre para el avance del amante de los toros. En un principio, Karen Castrejón Trujillo, líder nacional del Verde, afirmó que su abanderado no apoyaría a “un candidato que es parte de la industria taurina y carbonífera”.
Sin embargo, este idealismo duró poco, ya que el 27 de mayo por la mañana, Delgado y Castrejón anunciaron la declinación del Verde a favor de Guadiana, sin siquiera avisarle a Lenin Pérez que había sido sacado del juego, lo que provocó que el candidato ecologista se negara a dejar la contienda y acusara a la lideresa de su partido de no representar los deseos de la militancia.
La segunda ficha en caer fue la del PT, que dio su apoyo a Guadiana, también sin el consentimiento del candidato. Morena organizó una conferencia en la que Delgado, Citlalli Hernández, secretaria del partido, y Alberto Anaya, dirigente del PT, anunciaron el movimiento. Ricardo Mejía declaró que “sólo muerto no apareceré en la contienda electoral”.
Esta respuesta se filtró de una conversación de WhatsApp del petista. También señaló que “el Tigre estará en la boleta, todos a votar por el tigre este 4 de junio y cualquier situación que se presente como lo dije en Saltillo en Monclova en Piedras Negras en Muzquiz sólo muerto no estaré en la contienda electoral estamos a horas con más ganas con más coraje con más determinación demostremos el orgullo coahuilense Coahuila no se vende Coahuila se defiende. No a la imposición, si a la democracia”.
Es decir que el nombre del candidato petista aparecerá en las boletas sí o sí, pese a la declinación de su partido.
Según un análisis de PollsMX, que parte de los resultados de diversas casas encuestadoras, Manolo Jiménez mantiene una ventaja de hasta el 53%, mientras que los números más optimistas posicionan a Guadiana con el 38.80% de la intención de voto, en una elección que parece apuntar a una holgada victoria de la alianza Va por México.
@Ciudadelblues
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