EMEEQUIS.― Aunque el círculo oficial ha defendido las conferencias de prensa cotidianas de AMLO en periodos de veda electoral como derecho a la libertad de expresión, como si el presidente fuese cualquier ciudadano, lo cierto es que sus mañaneras han entrado a su momento estelar con el proceso de sucesión presidencial de 2024 para “mantener vivo a su electorado”.
Así lo expone el periodista español Raúl Cortés, quien ha sido corresponsal en América Latina y director de la agencia EFE en México, así como en Bolivia y Uruguay: “Va a ser un gran reto para las autoridades electorales, porque en muchos aspectos ya la mañanera ha vulnerado las treguas, los momentos en los que el gobierno debe dejar de promover sus acciones, y a veces, inclusive, yo me atrevería a decir que la autoridad electoral ha venido a ser algo benevolente, algo indulgente con respecto a lo que se dice en las mañaneras”.
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“Imagino a Peña Nieto, a Calderón, diciendo algunas cosas en tiempos de elecciones como ha sucedido con López Obrador y sus mañaneras y los comentarios que él hace, y obviamente lo veo uno como algo inaudito. Entonces bueno, el Instituto Nacional Electoral (INE) va a tener por delante también un desafío mayúsculo, ya lo creo”, dice el periodista.
En entrevista con EMEEQUIS, a propósito de la publicación de su libro “El Choque Inevitable”, que Penguin Random House ha colocado en las librerías desde enero, bajo el sello de Grijalbo, Raúl Cortés remite a la crisis constitucional que enfrentó la más reciente transición presidencial en Estados Unidos:
“Donald Trump puso una denuncia de fraude electoral tras perder las elecciones contra Biden y se generó una crisis institucional muy grave con el asalto al Capitolio. Los medios de comunicación tomaron un papel, un partido, no sólo los medios de comunicación, también las redes sociales, un papel muy trascendente en lo que muchos definieron como una censura y otros lo vieron como una forma de frenar una crisis que podía realmente tener consecuencias catastróficas”.
Cortés, quien llegó a México en 2006 durante las protestas postelectorales de ese año, en el que Andrés Manuel López Obrador perdió la elección presidencial ante el pianista Felipe Calderón por un escaso margen, considera que no hay que desestimar las denuncias recurrentes de fraude por parte del tabasqueño:
“Ha denunciado fraude electoral en dos elecciones presidenciales, en 2006 y 2012; pero desde la oposición. Habrá que ver qué sucede si hay algo parecido en 2024 estando él en el poder y cómo actúan los medios de comunicación y las redes sociales y en general el ecosistema de comunicación en México, qué opciones, qué medidas toman; y por supuesto las instituciones del estado mexicano, entre ellas las fuerzas armadas”.
MANTIENE VIVO A SU ELECTORADO
Con 20 años de trayectoria como corresponsal y directivo de EFE en América Latina y un recuento de coberturas periodísticas en Perú, Estados Unidos, Argentina, Chile, Cuba, Panamá, y Paraguay, Raúl Cortés considera que el objetivo de las mañaneras sigue teniendo efectividad:
“Yo creo que teniendo a una masa crítica que lo apoya de forma tan fiel, bueno pues sí está logrando su objetivo con las mañaneras, porque bueno él quiere mantener vivo a su electorado. Esa es la lógica, o sea ya no está tanto dirigido al círculo rojo, al círculo informado, sino que yo creo que tiene dos vertientes: por un lado está dirigida al círculo informado, y a él le encanta ese debate y está pendiente de lo que se publica en las redes, de lo que se publica en los medios, que me sorprende mucho que él tenga tanta información, seguramente sus colaboradores le van pasando datos, pero sabe algo, o sea, en la mañanera se acostumbra a comentar lo que ha sucedido en los días anteriores o en la víspera en términos de publicaciones que les son negativas y no sólo de medios nacionales, sino también de medios internacionales; pero por otro lado, también quiere seguir enviando su mensaje a la audiencia que tiene en YouTube, en Facebook, en sus perfiles de redes sociales y plataformas digitales”.
“Al final la mañanera lo que busca ―apunta el comunicador― es llegar a un público muy amplio donde y probablemente ahí no hay muchos de los lectores de Reforma, el medio de comunicación al que más crítica. A Obrador le sirve atacar a Reforma para seguir alimentando ese resabio de alguna parte de la sociedad, ese sentimiento de una parte de la sociedad respecto a cosas que sucedían en el pasado. Y obviamente lo que muy hábilmente hace López Obrador es poner en ese blanco a los periódicos que él llama conservadores, neoliberales, para atacarlos, y así seguir alimentando su movimiento político”.
Cortés considera que la mañanera no tiene un desgaste que algunos analistas le reputan, “porque el nivel de audiencia que ha tenido las mañaneras más o menos se ha ido manteniendo desde el principio del sexenio, hay una masa crítica que le es muy fiel, o sea, siempre detrás de él y siempre lo apoya. Pero yo creo que sigue funcionando y sigue generando estas situaciones que para mí son preocupantes porque lo único que generan son polarización”.
Especifica: “En términos de la comunicación, o sea, de las teorías de la comunicación y todo lo que tiene que ver con la generación de opinión pública, el objetivo (de la conferencia cotidiana de AMLO) es aprovechar el desarrollo tecnológico de los últimos años y ha permitido que las autoridades lleguen directamente a los ciudadanos, primero a través de internet y después a través de las redes sociales, para saltarse el filtro de los medios de comunicación”.
DEBILIDAD DE LA PRENSA, POR FALTA DE TRANSPARENCIA
El autor de “Un choque inevitable”, que además ha desarrollado una carrera académica en instituciones como la Universidad Anáhuac, el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), el Instituto Universitario de Investigación José Ortega y Gasset en México, y la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, donde es profesor de ética periodística, señala que el papel de la prensa como intermediario entre el poder y los ciudadanos es endeble debido a la falta de transparencia de los medios.
“Los medios de comunicación ―explica―, a pesar de que algunas veces con razón hemos sido atacados por tener intereses, relaciones, vínculos con grupos de poder económico, etcétera, somos los intermediarios entre el poder y el ciudadano; somos los únicos que estamos preparados, que nos hemos especializado para procesar la información que viene del poder y hacérsela llegar a la sociedad”.
Lamenta, sin embargo, que “en México hay una falta de preocupación alarmante sobre cómo hacer periodismo desde los propios medios. Según la última estadística que existe al respecto, en realidad del año 2014, fue difundida por la Universidad Autónoma Metropolitana, por el gran teórico de la ética periodística, Raúl Martínez, ya fallecido, de 3,500 medios de comunicación que estaban registrados entonces en la Secretaría de Gobernación (Segob), apenas 35 tenían código de ética, es decir un 1%. Entonces no hay un interés aparente en resolver eso, y es grave porque si nosotros como medios de comunicación y como periodistas no somos capaces de explicarle a la gente cuáles son nuestros procesos para llegar a dar una noticia y por qué hacemos las cosas de una forma y no de otra; si no somos capaces de transparentar nuestra labor, seguiremos perdiendo prestigio especialmente cuando desde la tribuna presidencial en este caso, un gobernante, está fustigando a los medios día tras día. Y lo hace más directamente a través de YouTube, de Facebook o de Twitter, o sea a través de las redes sociales, llegando directamente a los ciudadanos”.
Un aspecto ineludible en cuanto a la transparencia de los medios es la publicidad gubernamental: “A pesar de que el gobierno ha reducido el gasto en esa partida, igualmente sigue habiendo pues una decena de medios de comunicación que acaparan no sólo los ingresos en términos de publicidad oficial y comunicación gubernamental. En los 3 primeros lugares están las 2 principales cadenas de televisión y el diario La Jornada, eso ha seguido así y no ha habido por parte del gobierno ni por parte del Congreso, que está en manos al final del oficialismo, el suficiente ímpetu como para cambiar la forma en que se asigna la publicidad oficial, y sigue siendo uno de los debates para para este gobierno como lo era también para los anteriores. Se hizo una Ley General de Comunicación Social que modificó algunas cosas y redujo el presupuesto, pero al final pues la publicidad oficial en realidad es también el sustento de muchos medios de comunicación pequeños, normalmente en interior del país que sin ella no pueden subsistir”.
El periodista indica que “el choque” de la presidencia de AMLO no ha sido tanto con los propietarios de medios, salvo casos aislados como el dueño de Reforma o la familia Scherer, de Proceso:
“Ha sido más con los reporteros y con los líderes de opinión, y ha sido con personas de internet que a veces ni siquiera son gente que lidera opinión, o sea, a lo mejor y lo vemos muy claramente en esta sección de ‘Quién es quién en las mentiras’, que por cierto es una sección que no cumple, en mi opinión, en absoluto el objetivo primigenio de una sección dedicada a la verificación de información”.
Puntualiza: “En la agencia Reuters he colaborado en los últimos tiempos en el departamento de verificación de datos de fact checking y existe una metodología para desmentir informaciones falsas en las redes sociales que nosotros aplicamos. En el caso de lo que se presenta los miércoles en el Palacio Nacional, no me parece que sea exactamente así. Yo no veo ningún tipo de metodología, es un poco tu palabra contra la mía, y especialmente lo que se hace es rebatir opiniones, no rebatir hechos, y además, bueno, la persona que dirige esta sección no es periodista, no tiene una trayectoria periodística que la avale, ha tenido bastantes resbalones, el famoso ‘no es falso pero se exagera’, esa situación es incómoda”.
NI RUEDA DE PRENSA NI ACTO DE GOBIERNO
Raúl Cortés ejemplifica con tres casos la compleja naturaleza que tiene el evento de las mañaneras: el juicio en Estados Unidos de Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública en el gabinete de Felipe Calderón, “uno de los archienemigos del presidente López Obrador” y las acusaciones de plagio contra la ministra Yasmín Esquivel.
En el primer caso, explica, “el presidente optó por hacer una un resumen, como periodístico o pretendidamente informativo, y prometió todos los días reportar sobre lo que estaba sucediendo en el juicio, cuando en realidad es la labor que deben realizar los medios de comunicación. Él decía que los medios de comunicación no están informando, lo cual es falso, porque realmente basta con abrir cualquier página web de cualquier periódico o ver sus redes sociales y uno descubre enseguida que lo de García Luna, se está reportando en todos lados”.
Y añade: “Además, el relato estuvo basado en la información de La Jornada, que es, volviendo a lo que ya comentaba, el periódico que tiene el primer lugar en publicidad oficial, y el tercero en términos generales de publicidad oficial por detrás de Televisa y TV Azteca, lo cual no pues no deja de ser llamativo”.
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El segundo caso, considera, muestra también una voluntad de hacer juicios sumarios pero por parte de los medios: “Refleja creo yo el interés que tiene López Obrador en manejar la opinión pública pero a la vez también la obcecación yo creo de muchos medios de comunicación en atacar al mandatario (…). El Presidente pues ha hablado en varias ocasiones en la mañanera sobre el tema, y yo creo que ahí, de la misma forma que él ha hecho un juicio sumario con respecto a lo a lo que está pasando en Estados Unidos con García Luna, también muchos medios de comunicación han hecho juicios sumarios sin que todavía haya una definición respecto a lo que debe suceder con la magistrada. Recordemos que la cosa está en manos de la UNAM y de la Secretaría de Educación Pública”.
En el vértice de ambas deformaciones, observa, está la naturaleza de las presentaciones diurnas del mandatario: “Porque al final ¿qué es una mañanera? Se presenta como una rueda de prensa, pero en la práctica muchas veces se parece más a un evento de gobierno. Es más, lo que plantea el presidente de que debe haber un ‘diálogo circular’ con los reporteros, se aleja completamente de lo que debería ser en realidad una rueda de prensa que por definición es un evento en el que una autoridad se pone frente a unos periodistas y recibe sus preguntas para dar unas respuestas determinadas. No tiene por qué haber un diálogo circular. El Presidente está en una posición que no es equitativa e igualitaria respecto a los reporteros porque no debe ser así el juego democrático, no colocar al presidente como si fuese un ciudadano, como si fuese una persona con la que puedes estar tomándote un café y charlando de cualquier tema, no. Una rueda de prensa es un evento serio”.
Concluye que en el fondo, es una prolongación de una relación negativa entre los medios y López Obrador:
“Llegué a México por primera vez en 2006 y entonces como recordarás el actual presidente, que entonces era el candidato presidencial que había perdido en las urnas, estaba denunciando un fraude, había acampado en el Paseo de la Reforma. Entonces en el primer minuto me di cuenta de que había una relación, y lo cuento ahí al principio del libro, no de amor y odio, sino de no puedo vivir sin ti contigo y no puedo vivir sin ti, con los medios de comunicación. No solamente desde el lado de AMLO, sino también desde el lado de los medios. Creo que de alguna forma se han retroalimentado, lo cual no necesariamente ha sido positivo para la sociedad”.
Finalmente, Raúl Cortés explica que en “El choque inevitable” trata de generar en el lector algunas interrogantes sobre lo que puede acontecer en el futuro inmediato:
“El año que viene tenemos elecciones federales, y como seguramente recuerdas, en 2020 Donald Trump puso una denuncia de fraude electoral tras perder las elecciones contra Biden y se generó una crisis institucional muy grave con el asalto al Capitolio. Los medios de comunicación tomaron un papel, un partido, no sólo los medios de comunicación, también las redes sociales, un papel muy trascendente en lo que muchos definieron como una censura y otros lo vieron como una forma de frenar una crisis que podía realmente tener consecuencias catastróficas. Entonces, en los medios de comunicación en ese momento tomaron un papel un partido no solo los medios de comunicación, también las redes sociales, un papel muy trascendente en lo que muchos definieron como una censura y otros lo vieron como una forma de frenar una crisis que podía realmente tener consecuencias catastróficas”.
“O sea, en México veremos qué es lo que sucede, pero tenemos unas elecciones presidenciales, unas elecciones generales el año próximo y habrá que ir teniendo en cuenta que el presidente López Obrador ha denunciado fraude electoral en dos elecciones presidenciales, en 2006 y 2012; pero desde la oposición. Habrá que ver qué sucede si hay algo parecido en 2024 estando él en el poder y cómo actúan los medios de comunicación y las redes sociales y en general el ecosistema de comunicación en México al respecto, qué opciones qué medidas toman; y por supuesto las instituciones del estado mexicano, entre ellas las fuerzas armadas”.
― O sea, ¿el momento estelar del megáfono de las mañaneras va a ser el proceso sucesorio?
― “Ya lo está siendo de alguna manera, yo creo que el presidente muchas veces pareciera que sigue en campaña, a pesar de que ya lleva cuatro años en el gobierno.
“Y es cierto, él al final hace una cosa que hacen todos los presidentes o han hecho todos los presidentes. No nos olvidemos de que los antecesores tenían también eventos diarios que eran una forma también de promoción de gobierno en distintas partes del país. Lo que pasa es que no estaban camuflados bajo esta figura de rueda de prensa, de mañanera, eran directamente eventos de gobierno. Lo que hay ahora es un híbrido: no es una rueda de prensa pero tampoco es un evento de gobierno, pero viene a ser algo parecido (a ambos), o sea ahora también es cierto que va a ser un gran reto para las autoridades electorales, porque yo creo que en muchos aspectos ya la mañanera ha vulnerado las treguas, los momentos en los que el gobierno debe dejar de promover sus acciones, y a veces, inclusive, yo me atrevería a decir que la autoridad electoral ha venido a ser algo benevolente, algo indulgente con respecto a lo que se dice en las mañaneras.
“Pienso en lo que lo que había antes y me imagino a Peña Nieto, a Calderón, diciendo algunas cosas en tiempos de elecciones como ha sucedido con López Obrador y sus mañaneras y los comentarios que él hace, y obviamente lo veo uno como algo inaudito. Entonces bueno, el Instituto Nacional Electoral (INE) va a tener por delante también un desafío mayúsculo, ya lo creo”.
@estedavid
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