Tuvo dos homenajes en Bellas Artes. Foto: Edgar Negrete / Cuartoscuro.com.
EMEEQUIS.– “Una mujer que miró el futuro y lo conquistó”, frase con que la secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, intentó capturar la grandeza de Silvia Pinal, la llamada última diva del cine mexicano en su despedida en el Palacio de Bellas Artes, donde tuvo un segundo y definitivo adiós.
En el máximo recinto cultural de México la funcionaria recordó que Silvia Pinal fue musa de grandes creadores como Luis Buñuel y Emilio “El Indio” Indio Fernández en la pantalla grande, además del muralista Diego Rivera, quien la inmortalizó en un óleo.
También la recordó en su faceta de alumna de los grandes maestros de la literatura como Carlos Pellicer, Salvador Novo y Javier Villaurrutia. “Su talento y belleza y sensibilidad quedaron inmortalizados en obras perennes del arte en México, que forman parte ya de nuestra memoria colectiva”.
Agregó: “Silvia Pinal siempre se mostró generosa con quienes se encontraban en su camino, con una sonrisa, un abrazo, un consejo, incluso una oportunidad de trabajo. Abrazo con cariño a Silvia, Alejandra, Luis Enrique, a toda su familia y estoy segura que el corazón de los mexicanos está hoy con ustedes, con toda la familia Pinal igualmente, sé que nuestra Silvia ya está en los brazos de Viridiana (su hija fallecida en la juventud) a quien tanto amó.
“Mujer de retos, de decisiones, premios, reconocimientos, distinciones, mujer mexicana ejemplo de persistencia. Silvia, tú nos enseñaste a mirar a las mujeres, sus problemas, sus ambiciones y preguntas, su dolor. Que tu nombre sea sinónimo de éxito, que el mundo sea testigo de tu imborrable huella, que hoy brilla con más fulgor. Silvia Pinal una mujer que miró el futuro y lo conquistó, muchas gracias”.
Silvia Pasquel, su hija, recordó que en ese mismo recinto le hicieron un homenaje en vida hace dos años. “Hoy también nos juntamos aquí para darle la despedida a la más grande diva que ha dado este país. Para todo el público mexicano es una pérdida, pero para nosotras, su familia, se nos va nuestra amada madre. Quiero darle las gracias al Palacio de Bellas Artes que nos abrió sus puertas en aquel hermoso homenaje, que nos abra sus puertas el día de hoy para despedir a esta gran mujer”.
Alejandra Guzmán señaló: “Mi madre es grandiosa. Estuvimos todos juntos cuando ella trascendió, cuando tuvo su último suspiro. Es algo que ella me regaló y que nos regalo a tod la la familia. Siempre me enseño que este matriarcado tenía siempre magia, siempre arte, siempre cosas que llevaremos todas. Creo que es la mejor herencia que puedo tener, esa casta, esa raíz que echó hasta el final. Se fue en paz y tranquila, merecía descansar. Para mí es la madre más bella”.
Stephanie Salas, nieta, apuntó: “Gracias por todo, abuela, gracias porque nos enseñaste a ser mujeres valerosas, a amarnos entre todo tu legado de mujeres y tu hijo también. Todos los días que nos despertamos al llamado, al espectáculo, o a tomar un avión, siempre nos vamos a acordar que tú estás impulsándonos a saber que esta carrera de respeto, trabajo, muchísima credibilidad y entrega, alegría. Agradezco el último aliento que estuve contigo, con tu belleza, con tu aura. Te voy a extrañar muchísimo, Silvia Pinal ¡Viva la gran diva!”. Recibió aplausos al final de sus palabras.
En uno de los momentos más emotivos de la ceremonia, su amigo, el cantante vernáculo Humberto Cravioto, entonó con mariachi la melodía La barca de oro, que en parte de su letra dice así:
“Yo ya me voy
solo vengo a despedirme
adiós mujer
adiós para siempre, adiós
No volverán
mis ojos a mirarte
ni tus oidos
escucharán mi canto
Voy a aumentar
los mares con mi llanto
adiós mujer
adiós para siempre, adiós”.
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